Bruselas, Bélgica (17 marzo 2019).- Las marchas contra el cambio climático tienen rostro joven.
Cientos de miles de estudiantes, la mayoría menores de edad, se lanzaron a las calles de las ciudades europeas para exigir a sus Gobiernos que tomen de inmediato medidas ambiciosas para luchar contra el cambio climático.
Desde Varsovia a Lisboa, desde Atenas a Dublín, pasando por localidades menores, las calles de las ciudades europeas vieron un cortejo de adolescentes que parecen haber forjado una conciencia climática mucho más fuerte que la de los adultos.
Suecia y Bélgica fueron el germen hace meses. Las redes sociales, que les sirvieron de amplificador, dieron fortaleza a las convocatorias iniciadas el viernes, culmen de marchas que fueron creciendo desde principios de año.
En el origen de estas propuestas en Europa hay dos chicas jóvenes. La belga de 17 años Anuna De Wever y, sobre todo, la sueca de 16 Greta Thunberg, cuyo primer gesto recuerda a la metáfora de la mariposa que con su aleteo provoca huracanes al otro lado del mundo.
En agosto de 2018, ante el Parlamento de su país, Thunberg se sentó a protestar con un simple cartel. Medio año después se convirtió en el rostro de una protesta que se extendió por más de 2 mil ciudades de todo el mundo.
De Wever había reunido a 70 mil adolescentes el 27 de enero en Bruselas.
Determinados, saben lo que quieren.
"En 50 años estaréis muertos, nosotros no", gritaban en París.
La ciencia da la razón a su protesta. A finales de 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático exigió a los Gobiernos un cambio urgente y sin precedentes para limitar el aumento de la temperatura media global en 1.5 grados centígrados con respecto a los niveles de la era preindustrial.
Advierten que si no se alcanza ese objetivo -y no hay medidas suficientes por ahora para hacerlo- las consecuencias serán catastróficas.
Thunberg fue propuesta por diputados noruegos para el próximo Nobel de la Paz porque entienden que la amenaza del calentamiento global es una de las principales causas de guerra y conflicto y cualquier lucha contra esa amenaza es una contribución a la paz.
Anouk, una belga de 15 años, marchaba ayer del brazo con sus compañeros de secundaria:
"Queremos que haya transparencia, no vale sólo con promesas, queremos que tomen medidas y que nos presenten las pruebas de lo que hacen, que rindan cuentas", dijo a Anouk a REFORMA.
"No hay planeta B", cantaba por las calles de Bruselas.
La joven afirmó que no busca sólo que los políticos prometan medidas.