Columna | Variables
Jacinto Gómez Pasillas
El informe de los primeros 100 días del Gobierno del Presidente López Obrador ha seguido siendo materia de análisis crítico y controversia, aunque ahora ha surgido el debate público sobre la reciente decisión y aprobación legislativa en la Cámara de Diputados de la figura de Revocación de Mandato (Presidencial) y la consulta correspondiente.
El hecho objetivo es que se dio la aprobación del dictamen sobre esta figura en la Cámara de Diputados Federal por clara mayoría que rebasó las dos terceras partes de la votación necesaria por tratarse de una reforma constitucional, por lo que pasó a la Cámara de Senadores (como revisora) para su consideración.
Es también un hecho objetivo, que a diferencia de la de Diputados; en la de Senadores no hay los votos suficientes para la mayoría calificada (dos terceras partes de los votos) que permita su aprobación; y que esto obligará a que se dé la negociación legislativa que implica acordar cambios y/o ajustes a la minuta enviada por la Cámara de orígen (Diputados).
Es posible que en el proceso de revisión y debate en Comisiones y Pleno de la Cámara de Senadores se pudieran generar los acuerdos de ajustes de redacción de forma y fondo en la minuta en consideración para que se dé la aprobación con cambios y sea devuelta a la Cámara de origen para su consideración ya revisada y se logre la aprobación final de la iniciativa de ley de modificación constitucional para establecer la consulta de Revocación de Mandato a partir de 2021, en los términos que se acuerden.
Fuera de lo anterior, todo es especulación y tremendismo en las expresiones, sea a favor o en contra de la iniciativa en comento.
Sin entrar al refuego político de las críticas, calificaciones y descalificaciones, generadas en este tema; vale hacer algunas consideraciones al respecto:
El derecho a no estar de acuerdo es incuestionable, pero en la argumentación en contra aflora al sesgo de argumentos tejidos a partir de premisas falsas.
Especular para descalificar no es sano ni en política, ni en ningún aspecto de la actividad social.
Ante la intemperancia de quienes afirman que ya se votó para Presidente por un período fijo de 6 años y que no es válido revocar el mandato a un funcionario electo, podría plantearse como pregunta:
¿Qué es más democrático? Que representantes en votación indirecta determinen sin consulta a los electores y por mayoría de los integrantes de un poder (el legislativo en el Régimen Parlamentario), “derribar” al titular de otro poder (el ejecutivo)? ¿O que se privilegie la expresión de la VOLUNTAD DIRECTA de los ciudadanos como electores para ratificar la continuidad de un gobernante por el período de su mandato, o que concluya porque se le perdió la confianza por ineficiencia o cualquier otra causa evidente?
En lo personal, no veo, ante la contundencia de nuestra experiencia histórica como nación, que sea válido o creíble considerar que hay una intención oculta en la consulta para la “Revocación de Mandato”, de abrir la puerta a la reeleción presidencial; o en el colmo de la especulación, abrir la puerta a la sudamericanización de México.
Con argumentos así y otros más que se esgrimen, lo único que logran quienes lo plantean, es evidenciar ante la ciudadanía posiciones de enajenación política propias de la desesperación, que son contra producentes a los propios Partidos Políticos ahora de oposición.
Otro tema que será muy debatido es el del anuncio del Presidente de la República, sobre el fin del NEOLIBERALISMO como base de las Políticas de Gobierno.
Por otro lado, es inminente que en la Cámara de Diputados se inicie el Debate sobre la Derogación de la “Reforma Educativa” generada por el Gobierno anterior, al llevarse al pleno el Dictamen de Comisiones Unidas de Educación y de Puntos Constitucionales por el que “se abrogan las diversas disposiciones de la Reforma Educativa 2013 contenidos en la Constitución y sus respectivas Leyes Secundarias, que modifican los artículos 3°, 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.
Hubo al respecto un fuerte trabajo de Comisiones para escuchar a todos los grupos e individuos en pro o en contra mediante el llamado procedimiento de “parlamento abierto”, y hubo propuestas alternas de los grupos parlamentarios de oposición a través de su propia iniciativa sobre Reforma Educativa.
Habrá que esperar el debate y comentar sobre este tema fundamental para todos, pero sobre todo para los alumnos, maestros y padres de familia.
También es inminente que se aborde en el Poder Legislativo Federal la “Reforma Laboral” con modificación sustancial a las leyes Reglamentarias de la Norma Constitucional, ante lo cual los Sindicatos Obreros y Patronales sostienen posiciones encontradas en algunos aspectos y coincidentes en otras, y en que será necesario que se escuche a todos los factores activos de la Economía y el mundo Laboral.
Este tema, como el de Educación, también es fundamental para el futuro de México.
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Jacinto Gómez Pasillas