The NYT News Service
Washington DC, Estados Unidos (23 marzo 2019).- La investigación que durante dos años consumió la atención de Estados Unidos y la de su Presidente, Donald Trump, al fin terminó.
El Fiscal especial Robert Mueller entregó ayer un informe de su indagatoria sobre la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016, informó el Departamento de Justicia.
William Barr, titular del organismo, informó que podría informar al Congreso este mismo fin de semana sobre las conclusiones personales del equipo especial que desde mayo de 2016 ha indagado en los esfuerzos del Kremlin en los comicios, su relación con el equipo cercano de Trump, y que además contó con un mandato amplio para investigar cualquier otro delito con el que se topara durante sus diligencias.
En un aparente respaldo a la investigación, que el Presidente ha atacado siempre como una "cacería de brujas", Barr dijo que los funcionarios del Departamento de Justicia nunca tuvieron que intervenir para evitar que se tomara un paso inapropiado o injustificado.
Un funcionario dijo que Mueller no recomendaría nuevas imputaciones, una declaración dirigida a poner fin a la especulación de que Trump u otras figuras clave podrían ser acusadas en el futuro.
Tampoco es claro qué tanto sabrá el público: mientras legisladores y candidatos presidenciales demócratas llamaron a revelar el informe completo, abogados del Presidente se preparaban para indagar el alcance de su poder para mantener en secreto algunas partes del reporte.
Mueller, director del FBI entre 2001 y 2013, fue asignado en mayo de 2017 para dirigir la exhaustiva investigación.
Su equipo se centró en cómo agentes rusos intentaron influir en el resultado de la carrera presidencial de 2016 y si alguien vinculado a la campaña de Trump, de manera consciente o inconsciente, cooperó con ellos.
La investigación, iniciada meses antes por el FBI, desenterró una operación de influencia rusa de gran alcance: al menos 13 oficiales de inteligencia o ciudadanos rusos, junto con tres compañías, fueron imputados en casos que probablemente languidecerían en los tribunales, porque los acusados no pueden ser extraditados a Estados Unidos.
Y aunque no surgió evidencia pública de que el Mandatario o sus asesores ayudaron al esfuerzo, el daño al círculo de Trump fue extenso.
Al menos seis de sus ex asesores fueron acusados o condenados por delitos como mentir a investigadores federales o al Congreso.
Otros siguen bajo investigación en los casos en que la oficina de Mueller se entregó a fiscales federales en Nueva York y en otros lugares.
Queda en el aire saber la opinión de los fiscales sobre el comportamiento del Presidente: si lo criticaron, lo exoneraron, o no hay un juicio sobre sus acciones.
Pese a ello, y sin haber visto el reporte hasta ayer, según la Casa Blanca, durante la semana Trump dejó ver que se sentía confiado por su contenido.
"Dejen que se publique", dijo a reporteros el miércoles.
"Dejen que la gente lo vea".