Madrid, España (22 abril 2019).- A una semana de las elecciones generales en España, la campaña electoral empezó con el miedo a la extrema derecha como protagonista.
Después de que se consolidara la alianza entre las formaciones conservadoras Partido Popular (PP) y Ciudadanos con la emergente ultraderecha Vox, el temor al extremismo se reflejó en las encuestas, que dan la victoria al Presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez.
"Más vale malo conocido que bueno por conocer. Yo a los de Vox no los quiero en el Gobierno", se escucha por las calles.
Las controversiales propuestas de este partido generaron incertidumbre entre los españoles porque entre ellas destaca la eliminación del salario mínimo, la derogación de la Ley de Memoria Histórica, la legalización para portar armas, además de sus constantes críticas al feminismo y la inmigración.
"Son la involución de las libertades. Son xenófobos, ultranacionalistas y antifeministas. Criminalizar la migración, limitar los avances en política de género y a favor de la mujer, son políticas típicas de un partido de corte fascista", opinó para REFORMA Eduardo González, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y experto en violencia política.
Mientras, la extrema izquierda está al borde del colapso.
El partido Podemos vive horas muy bajas después de varias guerras internas como la salida de su cofundador Íñigo Errejón, así como por la polémica compra de una vivienda de lujo de su líder Pablo Iglesias y de la portavoz del partido y su pareja, Irene Montero.
"Al final han demostrado ser iguales a los otros partidos. Pregonar la humildad y criticar los excesos de otros políticos para luego comprarte una vivienda de más de medio millón de euros en un barrio de lujo, sólo demuestra que eres igual que ellos", dijo Enrique, ex simpatizante de Podemos y ahora votante del PSOE.
Cataluña: la carta de la derecha
La Oposición no ha dado tregua al Gobierno socialista, criticando su laxa postura frente al independentismo y acusando al Presidente de haber "puesto la alfombra" a los secesionistas al pactar con ellos para llegar a la Moncloa tras la moción de censura contra Mariano Rajoy.
El candidato del PP, Pablo Casado, insistió en que las elecciones del 28 de abril deben ser un plebiscito contra el independentismo, mientras que Santiago Abascal, líder Vox, pidió la ilegalización de los partidos secesionistas.
Mauricio Hernández | Reforma