BERNARDO DE MIGUEL/ El País Internacional
Bruselas, Bélgica (14 mayo 2019).- Más gasto en armamento, sí. Pero independencia estratégica, no. Estados Unidos ha advertido por escrito a la Unión Europea de que sus planes actuales de defensa están poniendo en peligro décadas de integración de la industria de defensa transatlántica y de cooperación militar a través de la OTAN.
En una misiva enviada el 1 de mayo, Washington carga en contra de Bruselas y advierte de posibles represalias políticas y comerciales si Bruselas mantiene su intención de desarrollar proyectos europeos de armamento sin apenas contar con países terceros.
La diatriba agrava la tensión entre Europa y la Administración Trump cuando los ánimos ya estaban caldeados por la negativa de Alemania y Reino Unido a impedir la participación de la empresa china Huawei en el desarrollo de la telefonía de quinta generación.
La reacción de Estados Unidos llega poco después de que el Parlamento Europeo diese el visto bueno provisional, el pasado 18 de abril, a la creación de un Fondo Europeo de Defensa dotado con 13 mil millones de euros para el período 2021-2027.
Washington, además, se opone a las condiciones generales de la llamada Cooperación Permanente Estructurada (PESCO, por sus siglas en inglés), por la que 25 países de la UE han iniciado el desarrollo de 34 proyectos de armamento.
"EU está profundamente preocupado con la aprobación del Reglamento del Fondo Europeo de Defensa y con las condiciones generales de la PESCO", advierte la subsecretaria estadounidense de Defensa, Ellen Lord, en la carta dirigida a Federica Mogherini, la Alta Representante de Política Exterior de la UE.
El Reglamento permite que participen empresas extracomunitarias, pero exige que la propiedad intelectual del proyecto sea exclusivamente europea y no permite que países terceros impongan controles a la exportación del armamento construido.
La participación en los proyectos de la PESCO también es limitada y sometida a la aprobación unánime de los países de la UE, por lo que Washington teme que el veto de un solo socio les deje fuera.
El durísimo texto americano acusa a la UE de desarrollar sus capacidades militares de una manera que produce duplicación, sistemas militares que no son interoperativos, dispersión de los escasos recursos de defensa y una competencia innecesaria entre la OTAN y la Unión.
El Departamento estadounidense de Defensa advierte de que, a su juicio, el proyecto del Fondo y la PESCO suponen una dramática marcha atrás después de tres décadas de creciente integración de la industria de defensa transatlántica.
Washington añade que no solo se podría dañar la constructiva relación entre la OTAN y la UE, sino que potencialmente podría revivir las enfrentadas discusiones que dominaban hace 15 años nuestros contactos sobre las iniciativas europeas de defensa.
Estados Unidos exige que se modifique el proyecto de Reglamento del Fondo para suprimir las condiciones sobre propiedad intelectual y control de exportaciones. Y que en PESCO se elimine el derecho de veto y que se permita al país que lidera cada proyecto invitar a las empresas que desee.
Ambos textos, sin embargo, ya fueron pactados en febrero de manera provisional por el Consejo de ministros de la UE y el Parlamento Europeo. Washington exige ahora una humillante rectificación en una carta de la que ha enviado copia a Katainen y al presidente del Parlamento, Antonio Tajani.