Una encuesta

En mis manos tengo una encuesta, de esas a las que no se les concede mayor importancia pero que, en lo político, se antoja determinantes. Su objeto fue tomar la temperatura de popularidad de los alcaldes a nivel nacional. La encuesta se realizó por teléfono a seiscientos ciudadanos en cada municipio del país. Las cifras que arroja son elocuentes ahora que el 61% de la aprobación que tiene López Obrador se promociona como si nadie pudiera alcanzarla. Entre los diez municipios mejor valorados destacan los alcaldes de Parral (Chihuahua), Santa Catarina (Nuevo León), Apodaca (Nuevo León), Veracruz (Veracruz), Reynosa (Tamaulipas), Aguascalientes (Aguascalientes), General Escobedo (Nuevo León), Tampico (Tamaulipas), Chihuahua (Chihuahua) y Huixquilucan (Estado de México). Por partidos políticos, los presidentes municipales se agrupan de la siguiente manera atendiendo al número de su preferencia: 2, 3, 4, 5, 6, 8, 9 y 10, están en manos de Acción Nacional; 3 y 7, en las del Revolucionario Institucional; y el 1, es Independiente. Las cifras revelan que ningún municipio gobernado por Morena está entre las diez mejores evaluadas, por mucho apoyo que reciba López Obrador. Es decir que independientemente de quién esté en la Presidencia de la República, el ciudadano se pronuncia en la encuesta según la autoridad local responde a sus necesidades y al cumplimiento de las promesas. Entre los veinte peor evaluados, 12 corresponden a municipios gobernados por Morena, 4 al PAN, 1 al PRI, 1 a Movimiento Ciudadano y 1 al PRD. No hay dudas de que el mejor reconocimiento en tanto que instituto político lo recibe el PAN y el peor evaluado es Morena.

Diferentes elementos coinciden en los números. En unos casos, ganó el candidato de Morena por el efecto arrastre de López Obrador; una vez en el gobierno municipal, por inexperiencia o incompetencia, los alcaldes de Morena no han sabido estar a la altura de la encomienda, lo que devuelve al partido a la realidad. No basta con que un partido tenga un buen candidato a la Presidencia para que un candidato a una alcaldía sea también bueno. En el caso del PAN se da la circunstancia contraria: un mal candidato a la presidencia no influye a la hora de que los ciudadanos de determinada localidad reconozcan las capacidades del candidato de ese partido al municipio. En cuanto al desempeño, no hay comparación posible. Los alcaldes de Acción Nacional son los mejor evaluados. A un año de las elecciones pasadas y con toda la propaganda gubernamental, el reconocimiento que reciben de sus respectivos ciudadanos indica el buen hacer al frente de las alcaldías. Una observación que implica admitir que los panistas son los mejores preparados y que, independientemente de sus limitaciones, se han rodeado de un equipo eficiente. Morena tiene un problema en relación con las elecciones de 2021. Si no corrige su manera de gobernar los municipios quizás se enfrente a una debacle importante. Todo lo contrario acontece con Acción Nacional. Si el municipio es el nivel de gobierno más cercano a los ciudadanos, un buen gobierno asegurará buenos resultados en la gubernatura.

Por encima de todo esto destaca el alcalde de Parral, Chihuahua, un independiente que aventaja a López Obrador en 10 puntos, con 71,4%. El dato es más elocuente si se repara en que es un Independiente. Lozoya demuestra que no es necesario tener un partido para desempeñarse con solvencia al frente de un municipio, pero los ciudadanos de Parral demuestran que lo importante no es un partido político, sino alguien capacitado para gobernar un municipio y hacerlo con tal eficacia que le merece el 71% de respaldo popular. De hecho, mantiene casi 10 puntos de distancia respecto de segundo. Parece incontrovertible que lo importante es una buena gestión y no las banderas partidistas que abrazan unos y otros.