El nuevo plan de negocios de Pemex

ALGUNAS CONSIDERACIONES.

En memoria del

Profr. RAYMUNDO ESCALANTE VALE

Maestro y Sindicalista Ejemplar.

Uno de los múltiples problemas que han detonado al inicio del nuevo gobierno es el de la crisis que vive PEMEX producto de varios factores como son:

El descenso creciente desde años antes en el volumen de petróleo crudo producido y el consecuente abatimiento de los ingresos de esta paraestatal, que sigue siendo clave para el fisco federal, aunque se haya presumido por los 2 últimos regímenes sexenales la “DES PETROLIZACIÓN” de los ingresos del gobierno y de la economía del país en general (lo cual es solo parcialmente cierto).

La creciente incapacidad de Pemex para producir el suficiente volumen de combustibles (GASOLINA, DIESEL, INCLUSO TURBOSINA) a fin de abastecer suficientemente la demanda del mercado nacional, y el disparo en la importación de estos combustibles (desde EUA) en cantidades que fueron aumentando cada año y que han significado y siguen significando una enorme y constante sangría de divisas (dólares) para el país y un fabuloso negocio para las empresas transnacionales.

Esta parte del problema se debe a que desde principios de la 2ª mitad del siglo XX no se ha construido nuevas refinerías en México y sólo se amplió y modernizó al mínimo alguna de las existentes, que por el paso del tiempo cada vez tienen más fallas e incapacidad de producir a toda su capacidad.

Este problema es en los últimos años “plan con maña” para preparar y justificar lo que el Presidente Peña Nieto cuajó como una entrega a la que llamó “Reforma Energética”, explicando que ya no era “rentable” producir combustibles, que en lugar de ampliar la capacidad de refinación del petróleo nacional, era ¡MÁS BARATO! importar los productos refinados (gasolina y gas principalmente) de EUA y darle a empresas trans-nacionales las concesiones – contratos para la exploración y perforación de pozos y extracción de petróleo crudo, sacándole la vuelta al principio constitucional e histórico de la propiedad de la nación sobre esos recursos del subsuelo; sin preocuparles que ponían en riesgo a futuro (que ahora es ya presente) la Seguridad Nacional y la Soberanía Económica, haciendo a México mucho más dependiente en un aspecto clave de la vida económica del país como es el de la auto-suficiencia energética, además de la afectación a las “reservas de divisas” del estado mexicano.

Agréguese a todo lo anterior la pesadísima deuda de PEMEX, por la contratación de Préstamos Internacionales que se fueron acumulando y de los cuales poco se preocuparon los sucesivos gobiernos por adelantar pagos de capital y/o finiquitar contratos, aún cuando en lo que va del siglo ha habido épocas de ingresos bastante altos por los precios fluctuando al alza, o sin desplomarse por la cobertura de seguros; dedicando los excedentes anuales por ingresos petroleros al gasto de la Federación y de los Estados, y desde luego a solo “abonar” pagos de intereses por estas deudas a las Instituciones Financieras prestamistas, satisfechas con tan cumplido “PRESTATARIO” como ha sido México.

A estos sucesivos gobiernos anteriores sobre todo en lo que va del siglo, poco les preocupó convertir a PEMEX, en lo que los agudos y nada imparciales críticos han destacado como la empresa petrolera más endeudada del mundo.

Es notable que este descomunal endeudamiento no fuera motivo de bajas de grado a PEMEX por parte de las agencias Internacionales de calificación crediticia en años anteriores (si mucho algunas advertencias), hasta este año en que ahora sí están muy preocupadas.

Habría que recordar respecto a esta crisis, la cínica afirmación que el Secretario de Hacienda del entonces recién concluido gobierno del Presidente Salinas de Gortari en 1994, cuando en el inicio del gobierno del Presidente Zedillo se quejaron, al reventar una crisis y devaluación sin precedentes, de que el gobierno anterior les había dejado una situación económica “PRENDIDA CON ALFILERES” contestó con una gran caradura: “Y PARA QUE LE QUITARON LOS ALFILERES”.

Conviene recordar a quienes como críticos señalan que el apoyo financiero del Gobierno a la Empresa Petrolera del Estado Mexicano, es insuficiente y no resolverá su crisis económica ni las necesidades de inversión, rescate y recuperación de sus actividades básicas de producción de petróleo crudo, refinación y abasto de combustibles y productos derivados del petróleo suficientes o por lo menos que reduzcan significativamente la actual dependencia energética del país con relación sobre todo a Estados Unidos; que enfrentar una crisis como la de Petróleos Mexicanos, es una tarea romana para cualquier gobierno, aún los de países con mayor desarrollo, que sólo puede hacerse con un esfuerzo extraordinario y sostenido a mediano y largo plazo para lo cual deben asumirse los riesgos que pueda implicar el nuevo “Plan de Negocios de PEMEX” recién delineado por el actual gobierno de la República. Que es mejor un plan perfectible, que la inacción o el “dejar hacer, dejar pasar” o peor aún el retroceso que algunos exigen abierta o indirectamente al plantear que lo mejor es retomar la “Reforma de la entrega Energética” que diseñó el anterior gobierno y dejar de lado las acciones anunciadas por el actual gobierno para lograr la autosuficiencia energética a mediano y largo plazo.

Es necesario que tengamos presentes algunos de los datos del endeudamiento acumulado de PEMEX que nos dan la magnitud del problema que se enfrenta:

• Al inicio de 2018, PEMEXtenía una deuda acumulada de ¡2BILLONES 5 MIL MILLONES DE PESOS!, de la cual aproximadamente el 90% es en dólares.
• En 2017, la empresa pagó más de ¡100 MIL MILLONES DE PESOS!, sólo por intereses de la deuda; pero además entre otras linduras, pagó en ese mismo año un SOBRE-PRECIO de 100% por el arrendamiento de equipos de cómputo en contratos con 2 empresas por 1,672 millones de pesos (La Jornada, 10 de julio de 2018).
• El servicio de la deuda de la misma empresa, creció un 15% en 2018 (a 122 MIL 057 MILLONES DE PESOS) entre intereses, “comisiones” y algunas amortizaciones.
• El déficit de PEMEX en 2018 fue por 61,898.2 millones de pesos; siendo el costo financiero el mayor de los gastos de la empresa (24.4%). Así, sus ingresos propios fueron de 436, 842 millones de pesos, mientras que el gasto total (egresos) fue por 498 mil 740.2 millones de pesos. Y el gasto de inversión el mismo año se redujo 10.5% con relación al año anterior, pues sólo ejerció 181 mil 360 millones de pesos.

Este endeudamiento acumulado de petróleos mexicanos sólo puede ser comparable en magnitud y corrupción con el tristemente famoso “FOBAPROA”  (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) y el RESCATE BANCARIO; de los que derivó después solo para justificar el GRAN FRAUDE,  EL IPAB (Instituto para la Protección del Ahorro Bancario) que tiene como función proteger el ahorro de los pequeños y medianos ahorradores.

Se crítica que ahora se trata de convertir a PEMEX en una carga para el gobierno mexicano, que el apoyo será insuficiente para que la empresa salga adelante, pero que será una pesada carga presupuestal para el gobierno de la República (manejando como siempre “verdades interpretadas”) y que no hay claridad en un plan de apoyo a PEMEX “decepcionante” pues la estrategia es equivoca y difícilmente se logrará un aumento en la producción de petróleo o una recuperación de los volúmenes de extracción de años anteriores.

Al margen de las críticas puede decirse que en pocas palabras, el NUEVO PLAN DE NEGOCIOS DE PEMEX” plantea  que entre 2020 y 2022 (3 años) la empresa reciba un apoyo total de 269 mil millones de pesos, de los cuales aproximadamente 41 mil millones de pesos, provendrán de inyecciones de capital que le hará el Gobierno Federal y de reducciones significativas a la carga fiscal de la propia empresa.

Así, el apoyo del gobierno debe servir a la empresa para que tenga recursos y pueda invertir en sus programas de exploración, perforación y aumento de capacidad de producción de crudo y refinación de combustibles y derivados, para que entre 2023 y 2024, tenga ya una situación de empresas más sana, productiva y eficiente.

Dejando a los analistas y comentaristas expertos en la materia el manejo prospectivo sea en contra o en favor del Plan para PEMEX dado a conocer por el gobierno, plantearía como observador ciudadano común, algunas interrogantes:

¿Habría realmente un plan mejor que el presentado oficialmente para PEMEX, que no sea  el de pretender que se reponga la “Reforma de entrega Energética” Peñanietista?

¿Se critican la insuficiencia y los altos costos de operación de PEMEX, pero se omite conocer que está en una realidad generada por las anteriores administraciones?

¿Con el peso de una deuda como la heredada en PEMEX, puede esta o cualquier otra empresa del mundo lograr una solución a los problemas de producción suficiente, con la necesaria inversión que sea inmediata y no a mediano y largo plazo?

¿Por qué los gobiernos anteriores, particularmente los últimos, endeudaron sin límite a PEMEX, y como justificaron las enormes cantidades de recursos monetarios aplicados? ¿No convirtieron a PEMEX, como parece, en un barril sin fondo, que ahora sí exigen remediar?

Se destaca que PEMEX es líder mundial en deuda, ¿Pero quienes la endeudaron? ¿Ese endeudamiento no estuvo manchado de corrupción? ¿Solo los funcionarios anteriores sacaron provecho de la empresa, sin grandes empresas o empresarios coludidos en el aprovechamiento ilícito de los recursos provenientes de tanto préstamo contratado?

¿Entre los comentócratas, grupos políticos y de presión críticos, nadie vió, consideró o combatió con el mismo ímpetu concertado de ahora, los peligrosos niveles de endeudamiento de la empresa realizados en los años anteriores, para denunciarlos y buscar frenarlos?

¿Acaso los datos numéricos sobre montos de deuda acumulada y de intereses a pagar, mayores cada año; no eran y son de conocimiento público o de los expertos analistas?

Concluyó recordando que el progreso y desarrollo económico y social de México dado en el siglo XX, particularmente en la segunda mitad del siglo, no se explicarían sin dos factores fundamentales:

• La Expropiación Petrolera, realizada por el Presidente Lázaro Cárdenas en 1938.
• La Nacionalización de la Industria Eléctrica por el Presidente Adolfo López Mateos, en 1960.

Estos dos acontecimientos merecen entrar a su repaso por las circunstancias actuales, en ocasión posterior.

Variables hará una breve pausa de dos semanas. Estará con ustedes de nuevo el próximo jueves 15 de agosto.

Gracias.