Crecí con cuentos de hadas, cuentos en donde el final feliz es inevitable, historias de personas buenas que al final encontraban el amor, historias donde los pobres se hacían ricos y en donde los malos sufrían las consecuencias de sus actos.
Crecí con la loca idea de que solo por ser bueno, las cosas buenas tienen que pasar, crecí esperando el final feliz, el amor eterno y la estabilidad. Crecí con la idea de que el destino, pondría a mis pies todo lo que necesito, pero no es así. No es el destino y no es el tiempo, quienes deciden que va a ser de mí.
Soy yo, soy yo la única persona responsable de mi felicidad, del amor y de la estabilidad. Soy yo quien conscientemente tomo decisiones, buenas o malas, pero mías; soy yo, que con acceso a la información decido ignorar o acceder a datos relevante para mi vida; soy yo, quien decide continuar o terminar una relación dañina; soy yo, que sabiendo que tengo un problema busco o no ayuda, así que a fin de cuentas solo soy yo.
Y cuando por fin comprendí que no había villanos, héroes, princesas, brujas o caballeros en mi vida; es decir, que no había responsables de mi felicidad o de mi desdicha, decidí escribir mi propio cuento. Un cuento en donde la protagonista no tiene que ser perfecta, en donde puede estar fuera de los estándares de belleza y aun así sentirse hermosa, en donde tiene derecho sentirse frustrada, cansada, molesta, sin ser mala, en donde dejo de esperar a que los demás la “rescaten”, donde sino es feliz puede irse sin importar lo que los demás puedan pensar.
Así que decidí escribir un cuento, en donde si bien el pasado influye en el presente, el futuro solo depende de la protagonista. Un cuento que no tiene final feliz, sí que la felicidad es el camino, un cuento en donde las cosas no siempre saldrán bien, pero eso no es malo, si no necesario. Un cuento donde la protagonista sabe decir no, no sé y no quiero, sin sentirse culpable; una historia donde no tiene que hacer feliz a los demás, donde las únicas expectativas a cumplir son las propias, una historia donde el final es incierto, pero lo que sí es seguro es que será el que ella elija.