'Decisión difícil, pero muy humana'

Oaxaca (21 octubre 2019).- En el catecismo del Presidente Andrés Manuel López Obrador hay un nuevo apóstol, aunque no se le nombre: Ovidio Guzmán, el hijo de "El Chapo". En el rosario de frases presidenciales, maniqueas, machaconas, imposibles de no apoyar, hay un nuevo eslogan: se le liberó por humanismo.

López Obrador comenzó a usarlas en su gira por Oaxaca, el viernes, un día después de que el Cártel de Sinaloa demostró su superioridad por encima del Gobierno.

"Había una orden de detención de un presunto delincuente, famoso.

"Nosotros no tenemos duda acerca de que fue la mejor decisión (dejar escapar al hijo del capo). El poder no es prepotencia, el poder no es violencia, el poder es humildad", dijo.

La sombra del "El Chapo" perseguía al Presidente. Así pasó por Tlaxiaco, Putla Villa de Guerrero, Nochixtlán y San Juan Bautista Cuicatlán. Así cerró su gira por 80 hospitales y abrió otra por más de 100 comunidades indígenas. Promocionando a su Gobierno, llevando el testimonio de su bondad ante los criminales, de su piedad ante los indefensos, sean el hijo de "El Chapo", el Ejército, civiles...

El sábado la redondeó en dos mítines con una frase en apariencia inapelable: "¿Saben? Si no se actúa como se decidió actuar, iba a haber una masacre".

Con el bastón del mando en la mano, con collares de flores, con el semblante aún cansado tras la peor crisis de su Gobierno, avanzó en su retórica, convirtiendo el error en una victoria.

"Todos los mexicanos no estaríamos con esta tranquilidad espiritual porque quién sabe cuántos hubiesen perdido la vida", dijo en Nochixtlán, donde el aplauso era seguro, pues ahí todavía se pasea el miedo del 19 de junio de 2016, cuando un enfrentamiento entre policías federales y maestros de la CNTE dejó ocho muertos y más de 100 heridos.

Humillado el Ejército ante el crimen por la orden de liberar a un delincuente, el Presidente de vez en vez le dio su apapacho: "Estoy seguro que están contentos porque ahora no vamos a enfrentar a hermanos con hermanos".

Le aplaudieron mixtecos y chocholtecos y nahuas y amuzgos y mestizos convencidos.

"Es un gran humanista, que le preocupa el tema de la vida antes que de la muerte", dijo en Cuicatlán, en la sierra norte oaxaqueña, un profesor de la Universidad para el Bienestar, creada por el Gobierno en marzo de este año.

Caía la tarde entre los inmensos cerros de árboles verdes y tierra roja. En el horizonte mixteco las nubes de la tormenta se movían como en algún pasaje bíblico. López Obrador seguían machacando: "Iba a ser una masacre y decidimos...".

La nueva retórica del Presidente tiene implícito el reconocimiento de que la autoridad no pudo ni detener a un delincuente ni garantizar la seguridad de la población, pero sus seguidores no repararon en eso.

"Se estima que los muertos, sobre todo población civil, habrían rebasado los 200", asustó Marcelo Ebrard. Había ido el sábado a Oaxaca a apoyar al Presidente, cuando lo llamó Donald Trump. El estadounidense lo había tratado de localizar desde un día antes, pero López Obrador estaba en la sierra, dando su discurso de gansos y elefantes reumáticos, dando sus explicaciones, incomunicado.

"Me buscó desde ayer, pero estaba allá por Putla y no podía yo comunicarme".

López Obrador se había negado a responder si Trump, en campaña de reelección, le había pedido la cabeza del "Chapito".

Cuando Trump por fin pudo localizarlo, López Obrador repitió sus excusas: "Le expliqué que estaban en riesgo muchas vidas, muchos ciudadanos...", dijo.

"¡Qué orgullo tener a un Presidente tan sabio!", resumió ayer un "Servidor de la Nación" en la capital de Oaxaca.

"¡Presidente! ¡Presidente!", gritaban cientos de fieles en la Plaza de la Danza.

"¿Están alegres de que hoy esté aquí con nosotros el Presidente Andrés Manuel López Obrador?", preguntó el Gobernador Alejandro Murat, convertido en el fan principal del tabasqueño. Y lo llamó "libertador" y "representante de la esperanza".

"Acabamos de tomar una decisión muy difícil, pero muy humana en el conflicto en Culiacán, Sinaloa...", insistió López Obrador, manoteando, cada vez más convencido de su propio discurso.

Piedad para las víctimas y para el hijo de "El Chapo", palo para quienes cuestionan sus sabias decisiones. "No nos importa que los conservadores, los autoritarios, quieran que se gobierne de otra manera...".

Agencia Reforma

Jorge Ricardo