¿6 en 1?

Dejo de lado el tema que iba a comentar en esta ocasión, pues resulta difícil sustraerse a opinar sobre un tema muy delicado de la coyuntura presente, grave  incluso (aunque este vocablo este muy manoseado) no solo por lo que tiene de explicito, sino por  lo implícito en el mismo. Me refiero al “Discurso” del General (en situación de retiro desde diciembre 2015) Carlos Gaytán Ochoa en el desayuno efectuado el 22 de octubre pasado en las instalaciones de la Sria. de la Defensa Nacional.
No voy a entrar al refuego de las declaraciones y reacciones que ha generado este insólito (por decir lo menos) hecho, por parte de personajes destacados del gobierno, de la política y de los sectores empresarial, social y señaladamente de Editorialistas y Periodistas (Sobre todo de T.V), que han emitido juicios y prejuicios al respecto, desde sus particulares puntos de vista y posiciones, en favor o en contra del destinatario claro de ese discurso o mensaje que es el Presidente AMLO y su gobierno. Me remito  a destacar, en breves comentarios, los principales párrafos del documento “leído” para dejar a la reflexión algunas interrogantes.
Antes, quiero repasar, y lo he planteado en anteriores colaboraciones, sólo algunas opiniones en que reflejó mis puntos de vista como ciudadano observador e interesado en el acontecer nacional al margen de filias o fobias con respecto al gobierno actual y a sus críticos y opositores:
-    Creo que el Presidente de la República y su gobierno tienen en su haber aciertos y errores, como todos los gobiernos anteriores y los que sigan.
-    El Presidente López Obrador viene de una larga trayectoria de oposición que influye en su desempeño y retórica y en su forma singular de gobernar.
-    Heredó un país polarizado por las crisis de ineficiencia, corrupción, desigualdad e inequidad social y pobreza.  La polarización ya existía y fue culpa de los errores acumulados de administraciones anteriores; no es  culpa del actual, pero si su responsabilidad de evitar que se profundice y fomentar y rescatar no solo credibilidad del gobierno sino confianza, seguridad pública y convivencia armónica y equitativa de todos los sectores de la sociedad.
-    Su legitimidad de origen le da la fuerza y el apoyo para la aplicación de sus políticas de gobierno, pero aunque tiene prisa por realizar y consolidar sus proyectos (así lo ha dicho) debiera recordar la inconveniencia e imposibilidad de adelantar las acciones de su sexenio compactándolas en uno o dos años de ejercicio. En la medida que se apresure demasiado, apresurará las acciones de sus opositores y afectados por sus medidas de cambio que tienen capacidad como poderes fácticos.
El refrán popular es sabio: “Despacio que llevo prisa.”
-    Su respeto a la pluralidad y a la libertad de expresión debe atemperar su indiscutible derecho a responder a sus detractores; es vox populi que le gusta –vamos otra vez al refrán- “estarle picando al avispero”, y muchos de sus señalamientos y afirmaciones por su agresividad dan razón y pretexto a sus adversarios para buscar exhibirlo como autoritario o impositivo.
-    El estancamiento de la economía es evidente, así como la insuficiente inversión pública que semiparaliza la actividad económica en muchas regiones del país y la reactivación de dicha actividad económica y consecuentemente del empleo formal.
-    La inseguridad pública y los altos índices delictivos hacen urgente la atención al reclamo social de acción más efectiva y clara para enfrentar las provocaciones y desafíos de la Delincuencia Organizada.
Expresado lo anterior hay que insistir en que “ni todo está bien, ni todo está mal” en el desempeño del actual como de cualquier gobierno.
Debe tenerse claro que el respeto a la Libertad de Expresión debe ser completo y basado en el respeto mutuo, teniendo presente que él ser completo no significa ser ilimitado, en el sentido de que la libertad de expresión de alguien termina donde empieza la libertad de expresión de los otros, por cuanto  al respeto a la pluralidad y diversidad social.
Lo anterior cobra mayor importancia ante la realidad de las “Redes Sociales” y su uso y  abuso y el rol de los medios de comunicación que ante la polarización social presente deben preservar su objetividad y autonomía no solo del Poder Público sino de los Poderes Fácticos.
-    La prudencia y serenidad debe reclamarse a todos los actores políticos y sociales. Sí  al gobierno pero sí también a los grupos e individuos con capacidad de representación y liderazgo.
Paso a comentar el discurso del 22 de octubre pasado del General en retiro Carlos Gaytán Ochoa.
           Para entender plenamente la intencionalidad del mismo hay que leerlo completo (es breve de 2 cuartillas y cargado de mensaje), se puede conseguir a través de Google; pero transcribo los que considero los párrafos más significativos por cuanto a mensaje:
“Se me ha concedido la palabra para expresar ante ustedes algunas preocupaciones que, en virtud de la situación actual, sin duda, compartimos todos los aquí presentes”
“Nos sentimos agraviados como mexicanos y ofendidos como soldados.”
“Actualmente vivimos en una sociedad polarizada políticamente, porque la ideología dominante, que no mayoritaria se sustenta en corrientes pretendidamente de izquierda….”
“…. no podemos soslayar que el hoy titular del Ejecutivo ha sido enpoderado legal y legítimamente.”
“Sin embargo, es también una verdad inocultable, que los frágiles mecanismos de contrapeso existentes, han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo, que viene propiciando decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad”
“¿Quién aquí ignora que el alto mando enfrenta, desde lo institucional, a un grupo de “halcones” que podría llevar a México al caos a un verdadero estado fallido?”
- “…. he tratado de mantenerme dentro de la disciplina a la que estoy obligado….”
- El párrafo de conclusión no tiene desperdicio:
“Pero solicito -a todos los presentes, el respaldo y la solidaridad para mi general secretario…. y pongo a su entera disposición mis conocimientos…. y mi experiencia acumulada durante 50 años de servicio, para lo que a bien tenga determinar.”
Caben algunas interrogantes para reflexionar:
¿Por qué no fué invitado a un desayuno de altos oficiales, el Presidente de la República que es el jefe de las fuerzas armadas?
¿Quién designó orador oficial del evento al General en retiro Carlos Gaytán?
¿Cuando dice nos sentimos agraviados y ofendidos”, lo dice a nombre de todos los militares presentes?
¿Cuando dice “…. la ideología dominante…. pretendidamente de izquierda “está caracterizando al Gobierno de la República?
¿Cuando dice que “….han permitido un fortalecimiento del ejecutivo ….propiciando decisiones estratégicas que no han convencido a todos….” implica una crítica abierta a decisiones superiores de gobierno?
¿Cuando habla de “….el hoy titular del ejecutivo….” es por qué no quiere decir el nombre del Presidente de la República?
¿Cuando habla de “…. un grupo de halcones…” a quienes se referirá?
¿Cuando dice “….he tratado de mantenerme dentro de la disciplina a la que estoy obligado….” se referirá a la disciplina militar y que se ha salido de ella?
¿Cuando solicita “el respaldo y solidaridad para mi general secretario”, ignora que el Presidente de la República es constitucionalmente el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas (lo cual incluye a Ejército y Marina Armada), y pone “a su entera disposición sus conocimientos y experiencia….”, lo estará haciendo por lo que se ofrezca?
No creo que este General realmente represente el sentir del Ejército ni de sus oficiales y mandos, todos ellos formados en el H. Colegio Militar.
Obviamente, en México no hay condiciones ni históricas ni sociales, ni militares para la aventura de una intentona de golpe de estado.
Es evidente que como en otros momentos en sexenios pasados, hay y ha habido inquietudes e inconformidades en algunos elementos del ejército; siempre procesadas y sublimadas por el poder civil.
Es aplicable, hoy como antes, la expresión de un alto mando del siglo XX, cuando afirmó:
         Ningún militar mexicano querrá ser nunca un “Victoriano Huerta”.
Ojalá que quienes festejaron este impertinente discurso, recuerden las experiencias históricas del pueblo mexicano.