El poder está en ti

Colaboración especial/José Luis Muñoz Pérez

¿Te has preguntado  por qué hay personas que con sólo proponerse alguna meta logran obtenerla sin importar lo grande o pequeña que sea?, o ¿has logrado percatarte de que existe gente que tiene todos los talentos y habilidades para lograr sus sueños y  permanecen estancados en el fracaso?, sé que tanto tú como yo hemos logrado ver esa diferencia en la que se abre una brecha inmensa entre la gente que es feliz, exitosa (lo que no implica que sea millonaria nada más), sana, feliz, plena y la gente que en cambio es desdichada, o se encuentra en un estado de frustración constante.

Muchas veces me he preguntado en donde estriba la diferencia entre esas personas, y sin pretender encasillar en un status quo de “gente feliz” y “gente infeliz”, si es importante buscar esa diferencia, confieso que yo llegué a pensar en un universo injusto que quería ver a las personas infelices cada vez más desdichadas (si, lo sé, el dramatismo puede llegar a reinar en mis conjeturas), sin embargo  tuve la oportunidad de vivir una experiencia (que ahora sigo experimentando)  en la que me ha dado la respuesta a esta incógnita, ¿estás listo para descubrir la maravillosa respuesta?, pues bien, he aquí el hilo negro (pues yo sí lo he descubierto): la única diferencia entre una persona que logra sus objetivos sin importar cuáles sean, y una que no, consiste exclusivamente en la autoconfianza, la fe que tiene cada una en sí misma. Si, ya sé que esta magnífica premisa te puede llegar a parecer trillada, además de sobreexplotada por autores como Paulo Coelho, y otros, que tal vez no sean literariamente extraordinarios, incluso estoy segura de que vas a pensar que es sólo una frase hecha o una idea que sirve para mover masas y vender (confieso que yo llegué a creerlo), pero puedo decirte que esta máxima, el poder interior y la confianza en sí mismo es la más absoluta verdad.

Líneas atrás te comenté que he vivido una experiencia que sin duda me ha orillado a mirarme y creer en mí, en mi poder personal, y no estás tú para saberlo ni yo para contarlo, pero he aquí mi conmovedora historia (y no, no te emociones pensando en una novela tipo historias engarzadas): hace poco más de un año comencé con un problema de salud, y por más que había luchado contra la enfermedad no lograba sanar, y es que cuando te encuentras ante un diagnóstico tan desalentador como el cáncer, lo primero que te viene a la mente es que vas a morir, efectivamente yo pensaba y temía que me iba a morir (luego entendí que todos nos vamos a morir algún día, y que el drama de la muerte no era tan funesto como pensaba), pues bien, comencé con los tratamientos indicados por los médicos, y aún así el cáncer volvía a manifestarse de manera más agresiva cada vez en cuestión de semanas, cabe decir que dentro de mi tratamiento me enfoqué en tratamientos integrales, buscando igualmente terapias holísticas (siempre he tenido la convicción de que los métodos alternativos son mejores y más efectivos que los métodos de la medicina tradicional), aun cuando seguía las instrucciones médicas y de mis terapeutas al pie de la letra, nada parecía funcionar, el cáncer no cedía, e incluso aparecía empeorando mi salud, como podrás imaginar yo estaba devastada y creía firmemente que moriría más temprano que tarde.

Recuerdo bien, que desde que inicié mi proceso de sanación, retomaba todo lo que a lo largo de mi vida había ido aprendiendo: sanación pránica, reiki, alimentación consciente, meditación, yoga, thetahealing, barras de Access, comunicación celular, biodecodificación, decretos, constelaciones familiares, además de tratamientos tradicionales (cirugía, quimioterapia, radioterapia), tratamientos alternativos, nutrición celular, etc., podría decirse que lo estaba haciendo todo, incluso mis médicos, terapeutas, familiares y amigos me decían constantemente frases alentadoras que por cierto yo veía como frases hechas y vacías, tales como “tú puedes hacerlo”, “confía en ti”, “eres una guerrera”, “tú todo lo puedes”, aunque no mentiré, había mensajes desalentadores de los médicos sobre mi panorama, “puedes morir”, “no hay tratamiento para tu cáncer”, “tu caso es muy complicado y peligroso”, “los tratamientos alternativos no funcionan” –afortunadamente diagnóstico no es destino-, es decir, estaba bombardeada tanto positiva como negativamente, todo esto me descolocaba y no me permitía centrarme en mi fuerza interior (sin sonar a película de superación personal).

También he seguido de cerca historias fascinantes y realmente sorprendentes en los que algunos pacientes con cáncer, por no decir muchísimos casos que presentaban panoramas sumamente desalentadores, desahuciados, o a juicio de los médicos sin más remedio y condenados a morir, sin embargo optaron por seguir tratamientos alternativos como reiki, meditaciones, alimentaciones o suplementos, y a pesar de lo funesto de los vaticinios médicos, lograban sanar de forma inexplicable, sin duda yo veía todas estas historias, y las comparaba con mi situación, cuando más deprimida y desmoralizada me encontraba, preguntaba constantemente al universo (o a Dios, o poder superior o como quieras llamarlo)  “¿por qué ellos sí y yo no?”, siempre que lanzas preguntas al universo, el universo te lanza la respuesta de alguna manera u otra, fue a partir de ese momento que comencé a tener reflexiones, epifanías (me gusta llamarlo intuición) y entendí todo: por qué hago todo y nada funciona, porque sí lo hago TODO, entonces llegó a mí la respuesta y es que,  efectivamente, yo estaba haciéndolo todo, pero no estaba depositando confianza, fe, acudía al tratamiento a ver si funcionaba, pero no le imprimía la fuerza de mi interior para que así fuera, incluso actuaba desde el miedo, el miedo a morir, el miedo a que nada funcionara, ¿cuál era la diferencia entre todas esas personas cuya sanación había sido un éxito y yo?, la respuesta siempre había estado a mi alcance y era tan obvia: esas personas cuya salud envidiaba, habían logrado su meta, es decir, recuperar su salud por la simple y sencilla razón de que creían, creían en sí mismos, creían en su fuerza para salir bien librados, confiaban en los métodos elegidos, confiaban que eran tan fuertes para programar a su cuerpo y encaminarlo a la salud, en cambio yo dudaba de mí, dudaba de mis elecciones, dudaba de todo, y donde hay duda jamás habrá contundencia.

Una vez que comprendí la gran premisa me dije a mí misma “el poder está en mí”, y giré a verme a mí, buscar en mi interior esa fuerza para salir avante en la batalla, y ¿sabes qué?, ¡claro!, lo logré, al comenzar a creer en mi capacidad,  a confiar en mi misma, todo comenzó a cambiar y sin duda mi salud empezó a mejorar, hoy puedo decirte que aunque no he “tocado mi campanita” aún, por arte de magia (mi magia) los tumores han ido disminuyendo de tamaño en pocas semanas, y tengo la plena certeza de que muy pronto habré ganado, porque yo gano cada día y lo puedo ver y comprobar.

Pues bien, para no hacer esta historia más larga y tediosa vayamos sintetizando, ¿qué es lo que cada uno debe hacer para lograr cumplir una meta?, sé que tienes la respuesta, ¿ya adivinaste?, ¡exacto! CREER EN SÍ MISMO, todos tenemos dentro un guerrero, pero si no tienes la inteligencia de tenerte fe, ese guerrero nunca saldrá a pelear por ti, y si no eres capaz de salir al mundo a pelear tus propias batallas ¿qué puedes esperar del resto del mundo?, el triunfo no depende de nadie más que de tí. Tal vez estés pensando en este momento que todo esto se lee muy bonito, y que estamos a base de frases hechas, pero esa magia interna de tener fe en uno mismo no ocurre de la noche a la mañana, es fácil de lograr, pero requiere de hábitos, te cuento cómo fue que yo lo logré:

  • Primero debes fijarte una meta, un sueño, un objetivo, no importa si quieres ir a la Luna, o si quieres bajar de peso, si quieres incrementar tus ingresos o conquistar a una persona que te encanta, puede ser lo que tú quieras, lo importante es que tengas trazado un objetivo, porque, ¿de qué sirve un poder si no existe un propósito que nos motive a ejercerlo, que nos motive a vivir o a triunfar?, fijarnos metas nos mantendrá en constante movimiento y siempre avanzaremos.
  • Busca tus virtudes, cualidades y habilidades, date cuenta de que eres más grande y valioso de lo que piensas, haz una lista de todas las cosas buenas que tienes en tu ser  y no me refiero a tener bonitos ojos, o a verte bien de rojo, sino a esas cualidades que hacen que  las personas valgan la pena, la bondad, la tenacidad, la generosidad, la amabilidad, inteligencia, etc., incluso pregunta a tus seres queridos cuáles son las virtudes que ellos ven en ti, toma nota de ellas y, lo más importante, agradécelas y créelas.
  • Encuentra canciones, libros, blogs que te motiven, y no hablo de libros de autoayuda (aunque si te gustan por qué no), sino libros de personas que admiras, empresarios, escritores famosos, deportistas, enfócate en lo que haga que creas en ti y te levante el ánimo, pues el éxito, el triunfo no se da en personas que viven en la amargura y la tristeza.
  • Jamás le otorgues poder al miedo, pues este es un sentimiento que en el universo tiene la más baja y obscura frecuencia, es el que te paraliza, te estanca y te hace ver panoramas deplorables.
  • Ten la convicción de que mereces ser feliz, mereces cumplir tus sueños, deja de mirarte a ti mismo como a un monstruo, todos tenemos defectos y nadie es perfecto, pero también es cierto que todos merecemos lo bueno de la vida, mírate a ti mismo con dulzura, acéptate tal y como eres, reconoce tus virtudes y acepta tus defectos para  trabajar en perfeccionarlos.
  • Celebra los pequeños logros, el camino hacia una meta puede ser largo y tener pequeños obstáculos, por ello es importante mirar los avances y celebrarlos, esto generará más confianza en tu poder y evitará que pienses en rendirte.
  • Hazte responsable, toma el control de tu vida, el papel de víctima es muy cómodo, y está genial para las telenovelas, pero nadie crece pensando que todos los demás son los culpables de su infortunio, una persona empoderada es la que decidió salir de su zona de confort, y es lo suficientemente inteligente como para tomar las decisiones que lo hagan feliz, tomar acción y responsabilizarse de las consecuencias sin sentirse culpable y sin culpar a nadie más.

Ahora que has visto que la clave del éxito estriba en la fe que tienes en ti mismo cerraré con la frase más famosa de Dan Custer: “tanto si tú crees que puedes como si tú crees que no puedes, en ambos casos tú tienes la razón”.

Tips al momento

Defiende Loera a Cruz 

Juan Carlos Loera que aspiraba a la candidatura a la alcaldía por Ciudad Juárez y terminó siendo el abanderado al Senado en la segunda posición por Morena, salió a defender al alcalde con licencia Cruz Pérez Cuéllar.

A través de las redes sociales publicó un video, acompañado del siguiente mensaje "Denuncio públicamente a la Gobernadora de Chihuahua por abuso de poder contra el alcalde juarense con licencia y por intromisión en el actual proceso electoral. Es urgente que el IEE actúe en consecuencia y se acaben los actos abusivos de quien debería velar por nuestro bienestar".

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