Hay momentos, circunstancias, situaciones que además de la competencia profesional de un individuo exigen una integridad incuestionable. La inseguridad en Chihuahua es ya intolerable; es la prioridad del gobierno estatal. No hay otro asunto, no hay otra causa, no hay más objeto. Tampoco hay ya excusas, ni pretextos, ni reparos. El gobernador, Javier Corral, ha tomado una decisión importante, por la que hay que felicitarlo, al nombrar a Emilio García responsable de la seguridad del estado. Emilio García es un hombre preparado y competente, abogado prefiere presentarse como policía. La distinción no es menor: un policía que se congratula de serlo por encima de su título en leyes es alguien que desde el principio declara abiertamente que es un servidor de la comunidad. La vocación de servicio se antoja decisiva en estos momentos, pues la seguridad sólo puede estar en manos de quienes anteponen la sociedad al interés particular. Emilio García es un policía de raza, convencido de que la investigación en todos sus ámbitos es el camino adecuado para resolver y prevenir la delincuencia. A su profesionalismo, hay que añadir un temperamento constante y perseverante, una mente aguda y versátil, requisitos para que la inseguridad en Chihuahua disminuya significativamente.
Desde otro punto de vista, Javier Corral acierta con el nombramiento y, a la vez, declara que también para él la seguridad es una prioridad. A partir de ahora la suerte del gobernador está asociada con la del director de seguridad. El nombramiento desde luego obedece a una coyuntura social, pero también es una respuesta política al futuro inmediato. El gobernador debe de preparar su salida situando en un lugar visible a sus candidatos. Difícilmente puede darse este movimiento si la seguridad y, por tanto, el descontento ciudadano comprometen sus preferencias. La seguridad se antoja piedra de toque para las elecciones de 2021. Quizás el nombramiento de Emilio García llega un poco tarde. Con todo hay tiempo para revertir la situación. Cabe conjeturar que el nuevo titular contará con el apoyo incondicional del gobernador en recursos materiales y humanos. Una excelente oportunidad no sólo para atender lo inmediato, sino para sentar las bases de una manera de actuar que se proyecte en el futuro. Combatir la inseguridad no es asunto de la noche a la mañana, sino a mediano y largo plazo. En ocasiones, los escasos resultados en esta materia se deben a la premura, en lugar de la planeación; al resultado intempestivo, en vez de a una estrategia integral; a la exigencia de resultados a costa de un proyecto eficiente y sólido.
Emilio García es un hombre que puede ofrecer todo esto si le dejan trabajar y no lo presionan con resultados que buscan el rédito político en lugar de disminuir la violencia. Puedo decir que ahora Chihuahua está en buenas manos, que el gobernador tomó una decisión fundamental. Profesionalismo, integridad, probidad, cualidades de Emilio García que permiten mirar al futuro con optimismo. Su tarea no debe circunscribirse exclusivamente al presente. Es legítimo exigir una planeación ajustada y coherente a las condiciones del estado para el futuro. Sin duda hay que felicitar a Javier Corral por el nombramiento, pero también recordarle que dicho nombramiento le obliga a una serie de responsabilidades que debe cumplir.
Jorge Camacho Peñaloza