La canciller alemana, Angela Merkel, se dirige este miércoles 18 de marzo a la nación en un discurso solemne en el que explica que la lucha contra el coronavirus solo tendrá éxito si los alemanes comprenden que este es un reto colectivo. Les pide que cumplan las restricciones impuestas porque “esto es serio”. "Tómenlo en serio”, ha insistido a la ciudadanía sobre la gravedad de la situación. “Desde la Segunda Guerra Mundial, no ha habido un desafío para nuestro país que dependa tanto de nuestra acción conjunta y solidaria”, asegura Merkel, según el texto del discurso que pronunciará en la televisión este miércoles por la noche.
Al margen del tradicional discurso de Año Nuevo, en sus 14 años de mandato, Merkel nunca se había dirigido a la nación. La canciller es poco dada a los grandes discursos y la ceremonia, pero ha considerado que esta vez, la gravedad de la situación requiere salirse de la norma. La de hoy será una intervención extraordinaria, “histórica”, titulaba incluso algún diario alemán en su edición digital.
El instituto Robert Koch alemán cifra en 8.198 los positivos en el país y 12 el número de muertos por el coronavirus. El número de infectados crece en torno a 1.000 cada día, mientras la primera economía de la zona euro está abocada a la práctica parálisis. Dicho instituto cree que la pandemia podría alargarse durante dos años e infectar hasta a diez millones de alemanes de no mediar una vacuna. El Ejecutivo de Berlín ha anunciado hoy que habilitará hoteles y grandes locales para montar hospitales de emergencia ante el previsible aumento de casos.
Merkel vaticina que las próximas semanas serán más difíciles todavía, pero recuerda que el suministro de alimentos está garantizado y que no tiene sentido acaparar alimentos y es además poco solidario. La canciller hace una mención especial a las cajeras de supermercado y reponedores que “están haciendo uno de los trabajos más duros que hay en este momento”.
“El coronavirus está cambiando la vida de nuestro país de forma dramática. Nuestra idea de normalidad, vida pública e interacción social están siendo puestas a prueba como nunca antes”, sostiene en su discurso la canciller, recordando que millones de personas no pueden ir a trabajar y los colegios y los comercios están cerrados.
Merkel explica a la nación que mientras no haya una vacuna, lo único que se puede hacer es “frenar la propagación, estirarlo a lo largo de los meses y así ganar tiempo”. Para dar con una vacuna, pero también para que los enfermos puedan ser atendidos. Merkel considera que Alemania tiene un excelente sistema de salud, pero que aún así, los hospitales alemanes también se verán desbordados si no se consigue frenar la enfermedad.
Merkel pide a sus conciudadanos “el cierre de la vida pública en la medida de lo posible. El Estado seguirá funcionando, el suministro seguirá asegurado y queremos preservar tanta actividad económica como sea posible […] pero todo lo que pueda poner en peligro a las personas debemos reducirlo ahora”. Por eso, sostiene, son necesarias “restricciones como nunca antes se han visto en la República Federal”. “En una democracia, nunca deben ser decididas [dichas restricciones]a la ligera y solo temporalmente. Pero, por el momento, son indispensables para salvar vidas”.
El País