El COVID-19. Más notas y comentarios

Uno de los dichos populares dice: “La gente no tiene remedio”; otro dice “Es (puede ser) peor el remedio que la enfermedad”.

Los traigo a colación por la actual situación de discusión, cuestionamientos, creciente inquietud y preocupación en la sociedad, distorsión de percepciones e incluso de aprovechamiento político y Fake News (noticias falsas) que se han dado por la entrada a México de la Pandemia del COVID-19 (corona virus).

Estimó conveniente agregar notas y comentarios adicionales a lo escrito en mi artículo anterior sobre este tema, dada la dinámica de la extensión y afectación a la salud por este nuevo virus, tanto a nivel mundial como nacional, con el afán de colaborar en las llamadas a la prudencia y a la sensatez de las personas en general, pero sobre todo al sentido de responsabilidad (política, social y profesional) de los actores políticos, líderes de organismos sociales e integrantes de los medios de comunicación, y a los generadores de informaciones y usuarios en Redes Sociales; a fin de que se anteponga el sentido de solidaridad y el bien superior de la salud de los mexicanos en el combate a esta Pandemia en nuestro país y en la concertación de esfuerzos y acciones de todos por encima de los antagonismos, disputas y confrontaciones de carácter político y/o ideológico.

No sólo las autoridades de los diversos niveles, sino los ciudadanos con liderazgo y los ciudadanos comunes, deben (debemos) poner en juego el sentido de responsabilidad social y moral. Actuar en contrario o ser omiso, sería una irresponsabilidad que contribuiría al Pánico y a la Histeria Colectiva que afecten seriamente la estabilidad de las comunidades y la convivencia social.

Esto ya se ha manifestado en países de Europa e incluso en EU y empezó a darse en algunas ciudades de México. Recordemos que la histeria es un estado de intensa excitación nerviosa, provocada en las personas por alguna circunstancia o situación anómala, que genera reacciones exageradas y/o conductas agresivas, que al deriva o replicarse en grupos o multitudes se convierte en “histeria colectiva” (o psicosis colectiva) que afecta a grupos específicos de una comunidad.

Lo que se ha presentado en nuestro país es el fenómeno de “COMPRAS DE PÁNICO” por una tendencia de las personas al acaparamiento, basado en el miedo, que se proyecta en la compra de cantidades grandes de un producto, anticipándose a un supuesto o real desastre. Este frenesí de compras se manifiesta en acciones sin lógica, como por ejemplo la compra de grandes cantidades de rollos de papel sanitario (para. W.C.), que en parte se explica por la tendencia a la imitación; si se ve que otros compran mucho de un producto, más vale hacer lo mismo “por las dudas” y “antes que se acabe”.

Es conveniente recordar que ante la amenaza de esta Pandemia extendiéndose a nivel mundial y su arribo a nuestro país,  el Gobierno determinó una estrategia a aplicar en tres fases.

La Fase 1.- Consiste en la Detección de casos sospechosos y el aislamiento de aquellos que se confirmaran mediante pruebas correspondientes como individuos contagiados por el virus COVID-19, y así iniciar la contención de la enfermedad, para evitar y/o disminuir que los casos de infección de origen externo, por personas procedentes de países con alto contagio, generaran un contagio extendido a nivel regional en el país.

Al mismo tiempo se inició la información a la sociedad de las MEDIDAS DE PREVENCIÓN o Recomendaciones para prevenirse contra el COVID-19 y como actuar si se presentan síntomas de la enfermedad (leves o agudas).

La Fase 2.- Que anunciaron las autoridades de salud y relacionadas, para aumentar y avanzar ya en la contención o disminución del impacto  y extensión de la enfermedad, a realizarse en todo el país a partir del 23 de marzo de 2020, a la cual se adelantaron en la aplicación de algunas de sus determinaciones las autoridades locales e Instituciones Educativas Autónomas y Privadas, establece medidas más fuertes y de mayor control e impacto en la población y en la vida económica y social de las comunidades, tales como:

          Restricción de contacto físico (ej. Saludos) y recomendaciones de SANA DISTANCIA. (personal y en lugares de reunión); suspensión de eventos masivos no necesarios (aunque sean de menor número de asistentes) y restricciones en Cines, Teatros, Auditorios y hasta en Playas; prohibición de reuniones de más de mil gentes (ahora de más de cien), reducción al mínimo del trabajo de oficinas públicas y aun privadas no esenciales y la posibilidad del “trabajo a distancia”, suspensión de clases (presencial) en todos los niveles educativos de 23 de marzo al 20 de abril, y algunas otras sugerencias.

El gran problema y amenaza que pende sobre nosotros es que pueda darse la necesidad de la FASE 3, que significaría ya no recomendaciones sino acciones radicales de obligado cumplimiento para todos y que puedan implicar (como está sucediendo en Italia y España por ejemplo) la suspensión general de todo tipo de actividades (incluidas las económicas), el aislamiento del país (cierre de Fronteras) y la limitación o suspensión de garantías y libertades como la de libre tránsito, reunión o manifestación, y otras medidas como la reclusión domiciliaria (salvo excepciones para aprovisionamiento y atención médica).

Para esto, hay que mencionar que ya al momento presente, muchos países han decretado diversas variantes de los llamados “Estado de Excepción” o “Estado de Emergencia”, como Italia, España, Portugal, Estonia, Hungría y Bulgaria en Europa, Japón y China en Asia; y Chile, Uruguay, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Honduras, Panamá, El Salvador, Colombia, Costa Rica en América Latina.

Claro que en la mayoría de los casos,  estas medidas  se han aplicado de manera matizada para evitar por ejemplo,  la suspensión total de garantías y libertades, propia del “Estado de Guerra”; pero aparte del tremendo daño que provocan a la economía de los países y su población, su éxito es muy relativo para una contención completa y eficaz de esta Pandemia.

Sin duda que nuestro país no está exento de los riesgos y consecuencias de esta pandemia mundial. Desde que llegó a México el primer caso (recuérdese que el contagio llegó de fuera) a la fecha, de menos de una decena de casos al principio, éstos han aumentado a 118 casos confirmados, 1 muerte y 314 sospechosos (y en observación). Este incremento es fuerte pero (afortunadamente) aún no exponencial o disparado, pues se ha dado en el lapso de 18 DÍAS.

Ahora bien, los datos de incremento de contagio y casos confirmados en México son preocupantes, sin embargo deben dimensionarse en relación al comportamiento de la   Pandemia en otros países, en un lapso casi igual  del tiempo, por ejemplo:

                 No. de Casos              Muertes

• China        81,155            3 249
• Iran           17,361      
• Italia         41,035             3 405
• España      17,395                803
• EU            11,219                157
• Francia       9,045                 243
• México          118                     1

Es evidente que a pesar de que la OMS (Organización Mundial de la Salud) nos catalogó como uno de los países solo con preparación media ante esta Pandemia; la estrategia y acciones de prevención y contención y la participación corresponsable de gobierno y Sociedad en general han tenido éxito razonable para evitar que se replicara la problemática situación que están sufriendo otros países.

Creo que la estrategia y medidas en curso adoptadas por Gobierno Federal y Locales y por las autoridades de salud han sido prudentes, oportunas y adecuadas a nuestra realidad para evitar en el afán de la contención, caer en el alarmismo y el apresuramiento. Son también perfectibles y de necesarios ajustes y correcciones constantes para superar omisiones y errores, así como para lograr una mayor difusión y sensibilización de todas  las personas y comunidades.

Es loable el sentido solidario de corresponsabilidad de los medios de comunicación y de las organizaciones civiles y empresariales para responder a la aplicación y difusión de las disposiciones y sugerencias de las autoridades.

Ahora bien, los programas y acciones en marcha para combatir el COVID-19 tienen que ser acompañados de las medidas y disposiciones para enfrentar los efectos de este mal en los terrenos de la economía nacional y para la protección de la economía de las familias y la estabilidad de gobiernos y bienestar de la población.

La problemática que se presenta es muy compleja y difícil, requiere del concurso sin regateos de todos los niveles de gobierno, agentes y actores políticos, económicos y sociales para optimizar esfuerzos y resultados de todo los que se haga para enfrentar la crisis; elevar los ánimos de la gente, no exacerbarlos.

Dimensionar bien, no sobre dimensionar los problemas derivados de esta crisis y planear las acciones y secuencia de las mismas para obtener resultados exitosos en el aplanamiento de los índices de contagio y afectación de la salud de las personas y su bienestar.

Ante la realidad de que este fenómeno de una pandemia por un virus con gran capacidad de contagio pero baja letalidad, va a durar por lo menos de 10 a 12 semanas y de que al no haber medicina para su curación, son los cuidados de higiene personal sistemática, de distanciamiento social el (programa de sana distancia) y de colaboración y respeto a las disposiciones generales de las autoridades de salud, remitámonos a estos cuidados y a compaginar el cuidado de nuestra salud, con el cuidado de la salud de nuestros semejantes. Habría que resaltar que la obligación moral al respecto es de todos sin distingo de personas ni jerarquías.

Habría también que demandar de los gobernantes que se apliquen plenamente a hacer acopio suficiente de todo lo que se requiere desde ya, para hacer frente a los previsibles  requerimientos de atención hospitalaria y médica, apoyos y facilidades fiscales y de estímulo a los sectores productivos y a los trabajadores y a las actividades de abasto y transporte de artículos de 1ª necesidad en todo el país.

Es muy bueno que se establezcan y fortalezcan los llamados filtro sanitarios en los aeropuertos del país (sobre todo los internacionales) pero es urgente también que estén ya ese  mismo tipo de filtros en todos los puntos fronterizos de acceso al país, tanto en la Frontera Norte como en la Sur.

EU ya acordó con Canadá cerrar su frontera (de común acuerdo) y se prepara a cerrar o restringir el acceso de personas en su frontera con México; Guatemala ya  hizo lo mismo (de manera absoluta).

México debiera replicar la medida en el sentido de restricción para no aceptar el paso de personas con sospecha de infección, sin cerrar el internamiento a México de personas que presenten condiciones de salud normales. Obviamente debe reclamarse reciprocidad de los países vecinos.

De igual manera por consecuencia, debiera fortalecerse la vigilancia y control migratorio.

Igualmente es de reconocerse que a nivel Legislativo Federal, la Cámara de Diputados haya logrado por mayoría la aprobación para dotar al Ejecutivo Federal de un Fondo Emergente por 180 mil 733 millones de pesos, a fin de que el Gobierno de la República cuente con recursos para enfrentar cualquier emergencia, como el caso del COVID-19.

Esto permitirá que el Gobierno Federal corrija la insuficiencia que la propia autoridad de salud ha reconocido, de Kits de Detección de COVID-19 (PCR) suficientes para atender todos los casos sospechosos de infecciones de este virus a nivel nacional y sin distingos de pertenencia o no a las instituciones de seguridad social. Esto facilitará sin duda la identificación y confirmación de todo caso de infección de COVID-19 para ser más efectiva su atención, tratamiento y control.

Además de facilitar la adquisición de todos los medicamentos para atender suficientemente las enfermedades asociadas por hacer vulnerables a las personas a infectarse con este virus.

Concluiría mencionando que tanto en China como en EU, sus respectivos gobiernos han anunciado que están en capacidad de desarrollar una vacuna contra el COVID-19 y que iniciaron los ensayos clínicos e incluso pruebas ya en humanos (en el caso de China) para lograrla.

Mientras tanto, la única forma de protegerse mejor contra el miedo y la desinformación sobre ésta Pandemia, es “vacunarse” contra las FAKE-NEWs.