Reflexiones sobre la coyuntura nacional provocada por el COVID-19

PRIMERA PARTE

I.- Repasando conceptos generales.

     Es conveniente repasar conceptos y caracterización de “COYUNTURA”:

Se puede decir qué es la suma de circunstancias y factores que inciden  sobre algo en un determinado momento, o bien que es una situación o problemática temporal, provocada por eventos y/o acontecimientos que pueden incidir en un momento histórico o generar una crisis de índole social, económica o política (o todas juntas).

Una coyuntura se puede entender como la forma de manifestación de la lucha de los diferentes grupos y actores en una sociedad específica y en un momento determinado.

Puede caracterizarse por el desplazamiento significativo de la correlación de fuerzas en un espacio de tiempo más o menos breve a raíz de un acontecimiento desencadenante que hace aflorar o magnificarse las contradicciones sociales e institucionales latentes o manifiestas en la dinámica de una sociedad, que puede extenderse desde semanas hasta meses e incluso años.

El mundo y México están viviendo un tiempo histórico inédito marcado por el surgimiento de una PANDEMIA que al igual que las de siglos pasados está provocando grandes estragos en todas las poblaciones, que rebasan los daños a la salud, modificando prácticas de convivencia en las sociedades y estados.

La pandemia del CORONA VIRUS denominado COVID-19 ha convertido al actual en un momento histórico de crisis, peligros y cambios aun sin avizorar por completo en las órdenes internacional o mundial y nacionales.

• Por otro lado, el NEGATIVISMO POLÍTICO y social es la posición que deformante y contraria al ejercicio del pensamiento y la acción de análisis crítico objetivo y veraz para la elaboración de juicios sobre la convivencia y desempeño de las personas en su vida de relación con sus semejantes así como con las asociaciones, órganos de gobierno y autoridad  públicos o privados.

Esta conducta se caracteriza por actividades persistentes de rechazo, hostilidad y desafío a las autoridades funcionarios o mandos jerárquicos, que desfasa las capacidades de análisis y juicio crítico de las personas, hacia la negación de los positivos y la deformación exagerada de los negativos.

Generalmente deriva en muchos casos de los resultados de procesos electorales y se manifiesta en posiciones personales o de coincidencia y compromisos de orden ideológico, partidista o que refleja la relación, dependencia e identificación de las personas con de nivel social, grupo de poder o control; proyectando hacia los demás, acciones y presiones de intolerancia que pueden rayar en el insulto, el divisionismo o polarización social entre sectores y bandos que buscan influenciar y predeterminar a los diversos segmentos de la población.

Vienen estas precisiones al caso, porque en México tras el cambio de gobierno determinado por la ciudadanía en 2018 y el inicio de la actual Administración Federal, se ha venido decantando aceleradamente posiciones antagónicas con actores, grupos y partidos involucrados en un proceso de confrontación en que cada quien busca influenciar a la opinión pública y pudiendo tener una parte de la razón o la verdad, pretenden ser dueños absolutos de las mismas.

Esta preocupante situación que no es nueva, sí se hace más grave en un país como el nuestro sin plena madurez de su clase política, que exigen pero no se comportan con civilidad ni corresponsabilidad, más que hasta donde le conviene a cada bando, creyendo además que la realidad social es en blanco y negro o sin matices.

Desde luego, cada parte considera que sus opiniones y juicios sobre la gobernanza son lo correcto (blanco) y las de sus discrepantes lo erróneo (negro) e incorrecto.

Es la situación política actual en México: entre quienes gobiernan y quienes no gobiernan. Entre quienes gobiernan ahora y quienes gobernaron antes. Entre quienes se identifican con las propuestas y acciones del actual gobierno de la república y quienes se identifican con los gobiernos anteriores de diferente signo. Entre actores y facciones políticas, pero también entre la Comentocracia nacional que en buena parte de sus integrantes ha perdido su objetividad y se ha sumado a una “CARGADA” en sentido contrario al concepto tradicional que se aplicaba a los políticos de antes.

Es pues, una situación del entorno político que agrava en el entorno social el grave problema de salubridad y de Salud Pública que significa la irrupción de una PANDEMIA inédita a nivel mundial y que como EPIDEMIA afecta a nivel nacional a la población toda de México.  Es la enfermedad por coronavirus denominada COVID-19 causada por un nuevo corona-virus de tipo 2 causante del llamado Síndrome Respiratorio agudo severo (SRA S-COV2 por sus siglas).

La actual coyuntura nacional es entonces, un momento  en que al serio problema de polarización política y de crisis económica; de escaso crecimiento (ahora nulo) de la economía nacional ya en virtual estancamiento; se suma la crisis de Salud Pública y la Emergencia provocada por el COVID-19, que ha semi-paralizado como nunca antes la vida social y económica del país; generado a su vez y agudizando una verdadera crisis económica que afecta y angustia a toda la Sociedad Mexicana en todos sus segmentos, pero particularmente en los sectores productivo y laboral y en las clases medias populares y de población en situación de pobreza, y al Estado en todos sus poderes y niveles de gobierno.

Es un momento en que la población en general tenemos que asumir –como en general se está haciendo- la corresponsabilidad con las autoridades y niveles de gobierno (a partir del Gobierno Federal) de aplicar las medidas de emergencia para la PREVENCIÓN, el Tratamiento de la enfermedad y el Combate a la PROPAGACIÓN y CONTAGIO del COVID-19, ayudando a que se logre el APLANAMIENTO y ABATIMIENTO de esta peligrosa enfermedad.

Es un momento que exige la máxima eficacia, esfuerzo y coordinación en el presente de todos los niveles de gobierno y poderes, así como de todos los actores políticos, sin importar su signo o procedencia partidista y “dejando para después” desavenencias, descalificaciones y aprovechamientos personales o de facción.

Es un momento que exige de los actores y grupos de poder económico, actuar con plena solidaridad para paliar los efectos negativos presentes y del futuro inmediato. Importan las posiciones declarativas y propuestas pero importan más las acciones colaborativas.  Es un momento que reclama de los informadores y “Formadores de opinión”, del sector denominado “Comentócracia” y de los medios de información y comunicación; mantener su sagrado derecho a la crítica y al señalamiento de errores, pero modular sus observaciones sin confundir juicios con prejuicios.

Todos los actores políticos y sociales, que desde sus posiciones de gobierno, de actividad económica y de opinión, influyen y confluyen hacia el “BIENESTAR COLECTIVO”, debieran tener presentes dos expresiones populares: “No tengas la piel tan delgada” “La buena fé y la sinceridad, se notan a leguas” (y lo contrario también).

Habría que recordarnos todos otro dicho de la sabiduría popular: “HECHOS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES.”

EL CONSEJO COORDINADOR EMPRESARIAL, presento públicamente un documento de 13 páginas que denominó “RECOMENDACIONES PARA EL ACUERDO NACIONAL” “68 IDEAS PARA MÉXICO”

Vale la pena hacer al respecto algunos comentarios, por la importancia que tiene como una propuesta del Máximo Organismo cupular del Empresariado Nacional.

Igualmente,  seguir en el análisis y comentario de las implicaciones y consecuencias de la actual “Emergencia Sanitaria” en México, sus efectos para la gente y el progreso del combate al COVID-19.

Lo haremos en la siguiente colaboración.

Mientras tanto, cuidémonos y colaboremos en las medidas contra la pandemia.