Expertos en difundir mentiras -así hicieron creer a millones de mexicanos que el país estaba en la lona y que no podría estar peor-, lopez y sus secuaces batearon ayer home run con casa llena. Pero fue por error. No calcularon la reacción del respetable.
En principio, la "revelación" del BOA dejó un testimonio insólito de que nadie le falta tanto al respeto a la investidura presidencial como el mismo lópez. Leer un documento apócrifo cocinado en sus sótanos no lo ha hecho ni Trump. Un jefe de Estado así no lo tienen ni los gringos ni los brasileños, ni los venezolanos. Lo que hizo ayer el presidente fue proclamarse campeón de las fake news y reclamar su título mundial desde palacio nacional, flanqueado por el escudo y la bandera. Campeón de las fake news no sólo en difundirlas, sino también en inventarlas.
Es posiblemente el uso más ruin que ha hecho de una mañanera. Con circense descaro "aclaró" que se desconocía su autoría y legitimidad, - "llegó aquí a Palacio, seguramente de un simpatizante", dijo- pero en lugar de verificarla- ordenó a su jefe de comunicación social que lo leyera.
En la misma conferencia, unos minutos antes había dicho: "somos autorida, estamos obligados a actuar con responsabilida".
Evidentemente se enmarca esta tramposa falsedad en su estrategia de seguir mintiendo para polarizar, etiquetar y calumniar. Como ya todos sabemos, lo suyo, lo suyo es el maniqueismo barato. Así lo declaró esta semana: "algunos dirán que no se debe ser maniqueísta, pero no hay de otra: o se está con la transformación o se está en contra... Y no es que esté yo diciendo como aquel político conservador de escasas luces:" Están conmigo o están sinmigo. No, no, no es eso..."
Y es que, ciertamente, el mensaje es más a fondo: Estás conmigo o estoy contra tí".
Manes, una especie de monje Persa que vivió entre 215 y 273 de nuestra era, se decía el último de los profetas enviados por Dios a la humanidad, como Cristo y como Buda. Su filosofía ordena ver la realidad en términos de blanco y negro, sin ningún matiz.
Pese a la antigüedad y lo arcaico, ese pensamiento ha sido actualizado y promovido por decenas de dictadores a través de la historia. Es para quienes ha sido útil.
Pero sin detenernos en lo que ya sabemos, prefiero destacar las pretensiones del sainete:
-Ubicar a un puñado de personas e instituciones como responsables de la crítica que está generando el hartazgo de un amplio sector de la población nacional, asqueado del lopismo. Los dictadores siempre crean un fantasma al cual culpar. En este caso lopez se quedó corto, pues habría que agregar en el "Bloque Amplio Opositor" a millones de ciudadanos que ansían un hilo organizador y conductor de la oposición, que hasta ahora no se ha dado.
-Involucrar calumniosamente a consejeros y magistrados del INE y el TRIFE en el supuesto BOA, como preparativo para cantar "fraude" cuando el próximo año pierdan, lopez y sus aliados, la mayoría en la cámara de diputados, lo cual es cada vez más factible que suceda.
-Advertir a algunas empresas que las tiene en la mira, con el propósito de amedrentarlas con el acoso violento de sus huestes.
-Seguir etiquetando a los periodistas críticos más importantes del país, para que sus incondicionales no lean lo que escriben o comentan, sino maniqueamente los ubiquen como parte del BOA.
-Lanzar un llamado a sus huestes para que se preparen para una posible guerra civil.
De cualesquier manera, el home run le salió como tiro por la culata - o al revés-. La amenaza abierta y directa resultó un llamado prácticamente ineludible a responder a la necesidad de la unificación a todos los que no estamos de acuerdo con su propósito.
Quienes lo han pensado, hoy seguramente lo tienen absolutamente claro: o se da la unidad opositora o vendrán las represalias y nadie podrá defenderse individualmente. El BOA es forzoso.
A partir de ayer, BOA será no sólo un motivo para miles de memes que hablan del ridículo presidencial, sino conforma en el imaginario colectivo el factor por el que se podría triunfar en la Revocación de Mandato.
La Sonora Santanera, orquesta tropical creada por el tabasqueño Carlos Colorado Vela, que hizo famosa la pieza musical La Boa, vuelve a sonar a casi 70 años de su creación bajo los ritmos del danzón, el mambo, el bolero, la rumba, el chachachá, la guaracha, la cumbia y los que se agreguen, como un himno libertario. Un imparable con casa llena.