Los Obispos mexicanos, a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano, enviaron un mensaje a todos los fieles y personas de buena voluntad que habitan en México.
En la reunión de los sacerdotes decidieron externar un mensaje con el cual explican que dan un abrazo a todos los mexicanos, a los enfermos y vulnerables, a los hermanos pobres y desamparados, a los que están sufriendo a causa de la violencia que se vive en el país, a toda la sociedad democrática y que promueve el bien común, a toda la comunidad educativa, y como pastores a todo el pueblo de Dios.
En su mensaje los Obispos explican que solamente estando unidos se podrán superar los desafíos globales y nacionales, buscando la voluntad de Dios.
"Compartimos con sencillez, nuestra palabra profética y esperanzadora, ante la compleja realidad que nos toca vivir, y que trae consigo innumerables preguntas y profundos cambios, a los que es necesario responder y enfrentar, ante la disparidad y rapidez con la que está viviéndose esta pandemia", externaron.
A continuación el mensaje integro de los Obispos:
"Nos preocupan las condiciones de nuestros hermanos enfermos a causa del COVID-19 y de quienes padecen enfermedades crónico-degenerativas. A pesar de las medidas implementadas por las autoridades sanitarias en los distintos niveles de gobierno, la cifra de personas enfermas y fallecidas a lo largo y ancho del territorio nacional sigue en aumento.
Ante esta realidad, para tener conciencia clara del alcance de la pandemia y sus consecuencias, es necesario que las autoridades civiles realicen todo el esfuerzo posible para proporcionar, información sólida y transparente sobre la extensión del contagio y su evolución, así como del número de muertes que causa. Por lo que será oportuno que la aplicación de pruebas sea amplia, constante y expedita. El derecho a la información sobre el alcance real de la pandemia, en México como en todo el mundo, no puede ser limitado o restringido en modo alguno. La búsqueda de esta información, con todos los recursos disponibles, no sólo es un requerimiento técnico sino una obligación moral de quien tiene la responsabilidad de promover el bien común y dar certidumbre al pueblo cuando se encuentra desconcertado.
La pandemia ha evidenciado en nuestro país la necesidad de fortalecer el sistema de salud, la falta de insumos suficientes a los asistentes sanitarios, y la urgencia del acceso a los servicios de salud para todos. Así mismo, en esta circunstancia se ha hecho particularmente visible el papel insustituible de la familia y su capacidad extraordinaria para proporcionar cuidados a los enfermos y a los más vulnerables. Especial mención merece el hecho de que estas tareas, en la mayoría de los casos, han sido asumidas por mujeres. Es fundamental, que la labor de las familias junto con la entrega, hasta dar la vida, por parte de numerosos agentes sanitarios, sea ampliamente reconocida y correspondida por todos: gobierno, Iglesia y sociedad civil.
En este sentido, los valores de las familias mexicanas, que llevan a la reconciliación, a la solidaridad y a no decaer en la esperanza, habrán de ser protegidos y jamás vulnerados.
Las familias merecen ser reconocidas no solo como célula básica de la sociedad, sino como instancia que compensa en algún modo las carencias en materia de salud que tenemos en el país, sin que esto signifique dejar de buscar cómo superar dichas carencias con políticas públicas apropiadas".