Déjà vu: la 4T, una mala secuela

Con el estreno reciente de la tercera temporada de Dark y el aniversario 35 de la exitosa saga Back to the future el concepto de viajes en el tiempo se ha popularizado en la comunidad global; por lo que muchos se han cuestionado si viajarían a otra época para cambiar decisiones mal tomadas que hoy repercuten de forma negativa en su vida.

Desafortunadamente este tema sigue siendo ciencia ficción, a pesar de los avances tecnológicos que poseemos en la actualidad. Lo que sí es posible, es verse atascado en problemas e ideologías del pasado que nos impiden ver la realidad en aras de construir un mejor futuro.

El pasado 1 de julio se dio a conocer el Informe del presidente de la República al pueblo de México con motivo del 2º aniversario del triunfo electoral. En el evento se enunciaron las metas alcanzadas tras 19 meses de gobierno, como el comienzo de la construcción de 922 km de vías férreas para el  tren maya; la construcción de la refinería Dos Bocas, Tabasco y la reconstrucción de otras seis.

Se atribuyó la crisis económica, agudizada por la pandemia, al modelo neoliberal. Se afirmó que la violencia se ha combatido con profesionalismo y no a través del uso de la fuerza; destacando que ahora son más los heridos y detenidos que los muertos, a diferencia de otros tiempos se acabó el “mátalos en caliente”.

Y finalmente se anunció que se busca reactivar la economía a través del apoyo a los pobres, para incrementar el consumo, como se plantea en el Plan liberal de 1906.

Lo anterior es alarmante. ¿Cómo podremos prosperar como nación, cuando se sigue culpando a los gobiernos anteriores y no se asume la propia responsabilidad?

Es inimaginable que la administración federal obstaculice la generación de energías limpias pero promueva estrategias y programas obsoletos, apostándole a la producción de combustibles fósiles. Sobre todo cuando el mercado ha perdido interés en el crudo y  ha posicionado a Tesla (marca de coches eléctricos)  como el fabricante de automóviles más valioso del mundo.

El presidente siempre ha expresado su admiración a tres momentos históricos que busca igualar en grandeza: la Independencia,la Reforma y  la Revolución mexicana. Pero no se puede imitar las políticas implementadas durante los siglos XIX y XX porque el éxito de estos movimientos radicó en dar una respuesta acertada a los problemas, cambios y corrientes que acontecían en un contexto particular.

La 4T resultó ser  una mala secuela, un conjunto de ideas anticuadas centradas en una falsa moralidad  que se oponen al rumbo internacional, el cual plantea:  el cuidado del medio ambiente; el desarrollo y la investigación científica; la apertura de redes comerciales;  apoyo a las medianas empresas para la generación de empleos; libertad de expresión; promoción sanitaria, cultural, educativa, turística y deportiva.

Una frase atribuida generalmente a Albert Einstein dice: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. No podemos esperar que el país se transforme mientras siga existiendo corrupción, impunidad, desigualdad social, violencia e inseguridad.

En la esfera política los personajes son interpretados siempre por el mismo elenco que solo cambia de afiliación partidaria. Pareciera que México está condenado a repetir el mismo ciclo cada sexenio. Depende de nosotros, los ciudadanos cambiar el destino de la nación.

Intentarlo no es suficiente.