Duarte, regalazo al amigazo

    Los discursos fueron de entrañables amigos. Abrazos y no codazos. El que pronunció lópez sobresale porque fue esmeradamente preparado, como pocos, quizá como ninguno, aunque sin duda excedido y dotado de cinismo al ponderar la palabra "gentileza" para describir el trato de trom a México.

    Y para no dejar de mentir, la afirmación de que trom "nunca buscó imponernos nada" y que "ha honrado nuestra condición de nación independiente..."

    Bueno, no pudo lópez evitarlo. Mentir está en su naturaleza.

    ¿Gentileza la de trom?

    Wooow, difícilmente alguien se lo había dicho.

    ¡En toda su vida!

    ¿Qué nunca buscó imponernos nada y que honró nuestra condición de nación independiente?

    No manches, carajo. 

     ¿Y la manota de puerco que le hizo trom a lópez  -a México- con la amenaza de poner aranceles si no destinaba a la Guardia Nacional como muro humano pagado por México contra los migrantes?

    Pero como sea, lo cierto es que los dos, lópez y trom, se comportaron con un decoro que no se les conocía.

    Y lo mejor del día: el regalazo del presidente norteamericano a su amigazo:

    La fabulosa detención de César Duarte. 

    De presidente a presidente, trump le obsequió la noticia a lópez en la reunión privada. En la posterior reunión de comitivas se expusieron como fiesta los detalles.

    Hay indicios de que Duarte no fue detenido ayer, sino desde el lunes. 

    Sólo les faltó ofrecerlo en charola rodeado de lechuga y rebanadas de tomate en pose de cohinita al horno, tipo los de los tacos que venden en las ferias.

    Por supuesto, la aprehensión de César Duarte tiene un significado de gran resonancia, por lo pronto para Chihuahua. 

    Pero pronto veremos lo suculento que resultará para los propósitos electorales de lópez.

    La detención de Duarte es un tema que la cancillería mexicana había venido colocando en la mesa de las negociaciones con el Departamento de Estado y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos desde hace meses.

    Ebrard le puso especial interés.

    De hecho, el gobernador Javier Corral sabía que la comitiva mexicana insistiría ayer en su reunión con sus pares en la Casa Blanca. No esperaban la sorpresa que les tenían reservada.

    Entre paréntesis, desde ya hay que posicionar a Corral como uno de los gobernadores simpatizantes de Ebrard. Apúntelo.

    Es un gran logro del gobierno de lópez, que con todo derecho seguramente querrá disfrutarlo. Le corresponde. Es su trofeo. Su regalo. Y querrá disfrutarlo sobre todo en materia electoral.

    Por supuesto, el obsequio de trom es para lópez, no para Corral.

    A primera vista, la captura de Duarte tiende a entenderse en la misma lógica de la negociación con el ex director de Pemex,  Emilio Lozoya, para que venga a México a revelar con lujo de detalles los entretelones del lodazal en que se batía la corrupción del régimen de Peña.

    Todo un festín de jugosa trascendencia electoral para el gobierno y el partido de lópez.

    Aún es muy temprano para visualizar el destino de Duarte, que quizá hoy mismo sea presentado en una corte de Florida, o si no hoy, mañana. Se le informará en esa audiencia de los motivos de su detención y de sus derechos. En delante, su defensa podrá luchar por hacer valer sus recursos, allá, atendiendo al procedimiento, los posibles vicios que se pudieran tener, las consideraciones sobre las hipótesis del pais solicitante, y si hubiera alguna violación de tipo procesal conforme al convenio bilateral entre México y EU, etcétera.

    De ahí puede devenir un laaargo proceso. Podrían pasar meses antes de que Duarte llegue a México. Quizá más de un año. 

    Pero también pudiera operar una manera de hacerlo todo más rápido: negociar.

    Negociar con Duarte para que acepte la extradición voluntaria y se preste como vehemente relator y delator... y recibir beneficios a cambio.

    El Gobierno Federal podría así evitar que tan jugoso pastel quedara desperdiciado si se demora su extradición hasta después de las elecciones del próximo verano.

    Así se negoció con Lozoya, quien se desistió de todos los recursos que había utilizado su defensa para tratar de evitar la extradición o retrasarla. A Lozoya se le ofrecieron una serie de beneficios a cambio de que hable y le diga a todo el país cómo operaba el mecanismo de corrupción, o uno de los mecanismos de corrupción de la época de Peña.

    Una repugnante novela que será el deleite del electorado. 

    Algunos juristas aventuran que incluso Lozoya podría no pisar la cárcel.

    Habría que decir aquí que Lozoya tendrá cancha abierta y todos los reflectores mediáticos del país para -entre otras cosas- desquitar su rencor y odio contra Luis Videgaray, el poderoso y estúpido hombre fuerte de Peña, con quien llegó a escalar una enemistad de antología aún no publicada.

    Videgaray es el siguiente platillo de ese festín, júrelo.

    Duarte también tendrá, seguramente, mucho que revelar de la implicación de las autoridades de Hacienda en los delitos federales de que se le acusa... y también de Peña. 

    Sin embargo, las apuestas se inclinan a que lópez no tocará a Peña. Por lo pronto son meras apuestas basadas en especulaciones.

    Primero debe analizarse con lupa cuáles son precisamente los delitos imputados por los cuales la justicia norteamericana aceptó la extradición de Duarte.

     Finalmente, serán los únicos delitos por los que Duarte pueda ser juzgado aquí. Ni uno más. Delito que no esté en aquella lista, delito del que Duarte ya se libró.

    Se sabe que contra Duarte en México se giraron alrededor de 20 órdenes de aprehensión por delitos en agravio al erario chihuahuense y una más por delitos de orden federal.

    Pero aún no sabemos cuáles son las que aceptaron las autoridades norteamericanas para proceder a su extradición.

    De eso dependerá si Duarte es entregado a las autoridades de Chihuahua o cae primero en manos de la justicia federal, algo que puede hacer las cosas muy diferentes. O la aplicación del cuestionado rigor corralista o la exaltación de la propaganda electoral  lopista.

    Corral no debe permitir que, ya atrapado el pez, se le vaya de las manos.

    Sea como sea, los chihuahuenses celebramos ayer la visita de lópez a la Casa Blanca olvidándonos de todo lo demás que implicó. Ya habrá ocasión de comentar.

    Pero a los que les importó un bledo la detención de Duarte es a los méxicoamericanos, que fueron ayer despreciados por lópez. Se negó una y otra ocasión, antes y durante la visita, ya no digamos a dialogar con ellos, sino tan siquiera a saludarlos.

    Son los que mandan las remesas.

    Hay mucho que agradecerles en el discurso, pero no son cuates de trom.