Aunque la política sea unos de los oficios más viejos del mundo, se encuentra en constante cambio, es líquida, cuando quieres comprenderla cambia de forma, y sus coyunturas moldean las reglas de quienes aspiran a gobernar.
Un claro ejemplo es la pandemia originada por el Covid-19, cambiando la relación autoridad-ciudadano, ya que a partir de mediados de marzo del 2020, la mayoría de los actores políticos se fueron a su casa, y de ahí tuvieron que estar en contacto por las redes sociales y boletines de prensa dirigidos a los medios de comunicación.
El punto de inflexión fue el extrañamiento de las reuniones, el saludo, el chascarrillo y esa emotividad que distingue a quien se dedica al quehacer político. El home office y las reuniones por zoom, se convirtieron en la “nueva normalidad” desde la “comodidad de su hogar”.
Con el paso de los meses y al momento de realizar ésta redacción, la coyuntura política cambió, la carne fue puesta en el asador. Para el 2021 se deberá contemplar además de la famosa operación política, la estrategia digital, ya que es un nicho que no todos los que aspiran han logrado capitalizar, confían en las viejas hazañas y prácticas, que pueden ayudar bastante, faltaría colocar la cereza del pastel que sería el posicionamiento de la marca personal en las diferentes redes sociales, creando así nuevas narrativas proyectadas a un público objetivo diferente.
El otro factor importante a tomar en cuenta en ser auténtico en las plataformas digitales, ya que en la mayoría de los políticos parece un retrato con formato de línea del tiempo con su agenda diaria que a la mayoría de los ciudadanos realmente no le interesa. El ciudadano quiere ver resultados, cercanía, interacción con su representante popular, por tal motivo es de suma importancia que el nuevo político “Covidiano” publique contenido original en sus redes, sea irreverente pero con responsabilidad, y que regrese con la base que los ha votado.
En el caso de quienes aspiran a gobernar, será trascendental abrir cancha en terrenos aún virginales para la política y la digitalización de la misma, ya que se desconoce hasta cuando se volverá a tener contacto “normal” con otras personas y aquí una serie de preguntas que el tiempo nos responderá:
¿Cómo serán las campañas del 2021? ¿Tocando la puerta casa por casa ó reuniones vecinales por zoom? ¿Habrá mega eventos de inicio y cierre de campaña? ¿O se ceñirá a invitar algunos ciudadanos a actos presenciales abiertos y los demás lo verían transmitidos por las plataformas digitales?
Serán peras o manzanas, pero es el momento oportuno para invertir en la marca personal en las diversas plataformas digitales, para que de ahí puedan salir candidaturas ciudadanas que hayan nacido de las redes sociales.