¿Te acuerdas del cortometraje de Disney y Pixar, “Lava”? En ese corto se muestra que no se vive alejado de los demás y que siempre hay alguien lejano, ajeno, o fuera de ti o cualquier persona que te da amor en alguna de sus diversas manifestaciones.
Todas las personas somos influyentes en la vida de otros, para bien o para mal. Primero piensa en lo que te molesta o en lo que te agrada, y como en algún momento aunque sea por un segundo alguna persona conocida o desconocida ha provocado agrado o molestia en ti y eso ha determinado de alguna forma tu día, unas horas unos minutos o tal vez hasta tu vida puede tomar otro rumbo influido por estar molesto o feliz ya tomas decisiones y determinaciones que pueden cambiar el rumbo de tu vida.
Piensa que la vida no se resuelve, pero podemos impactar en el día de otro para que sea feliz o infeliz y de una o de otra forma somos responsables por eso que provocamos en esa persona. Es decir nadie vive en solitario y nadie está exento de impactar en la vida de otros. Nos debería interesar que todas las personas estén felices, a mí me interesa que quien me rodea sea feliz para verlos sonreír y estar en paz al convivir conmigo. ¿Tú con quien convives? ¿Con todo mundo?, es decir ¿sonríes con quien se cruza en tu camino? ¿Tienes una palabra amable para todas las personas? Recuerda que aunque sea por unos minutos incluso por unos segundos puedes hacer un amigo, nadie es una isla, si lo fuéramos no habría lazos que nutrir. En ocasiones hay puentes que construir y quizás esto te lleve más tiempo pero siempre el amor recibe respuesta.
Es muy divertido y reconfortante enriquecer a todos los seres que nos acompañan en nuestra ruta de vida o incluso a aquellos que nos encontramos de manera fortuita ya que nada es casualidad, todo obedece a un propósito mayor, siempre habrá un buen resultado como respuesta a una sonrisa a un gesto amable, dependiendo como te conduzcas en tu día a día tu vida florecerá o simplemente si no te tomas el trabajo de sembrar a lo largo de tu caminar tu vida será un desierto. Pero por favor no olvides que las flores que siembres hoy alegrarán la vida de muchos de los que ni siquiera podrás llevar la cuenta y de igual manera quienes deban transitar por tu desierto padecerán la algidez de ese espacio de tiempo y lugar.
Debemos hacernos conscientes de que existen seres que mirarán y llegaran para hacerte daño, y bueno, eso nos demuestra que aprendemos también del dolor, es gracioso, porque al tomar camino ya nos percatamos en quien se puede confiar y en quién no. Una enseñanza seria que debemos permanecer alertas siempre, ya que después de todo siempre habrá ganancia si no hay un amigo o un aliado habrá sin duda un aprendizaje.
Ser islas seria inmortal y tremendamente aburrido y monótono, imagina todo los vacíos que habría en tu vida, tal vez puedas pensar que te ahorrarías muchos dolores y sufrimientos, vivir sin amar a alguien, vivir sin el trabajo de sembrar pero ¿se puede llevar una vida feliz sin una sonrisa, sin una caricia, sin un afecto? Los dolores son necesarios, las desilusiones, las caídas, los tropiezos, nos empujan a aprender y que mejor que aprender tejiendo lazos y afectos, sembrando sonrisas y desatando carcajadas, las tristezas esas vienen como parte del vivir y ahí tampoco hay desperdicio pues se aprende de absolutamente todo. Y tú, ¿quieres ser una isla?