El ascenso de Genaro García Luna en la estructura policiaca mexicana, fue gracias a sus habilidades para el espionaje, la propagación de chismes y la manipulación, que sumado a su falta de escrúpulos, lo llevaron a convertirse en el hombre más cercano al ex presidente Felipe Calderón.
Esta es la manera en la que retrata el periodista Francisco Cruz al llamado “súper policía” en su libro García Luna, el señor de la muerte, editado por Grupo Planeta México, quien otorgó un adelanto de la obra al portal SinEmbargo.
El autor del libro señala que durante años, García Luna mantuvo una imagen pública de funcionario honesto, sin embargo, vio en la publicidad, en el espionaje, en la calumnia y en la desaparición de documentos, su mejor arma para encumbrarse y aniquilar a sus enemigos.
El libro aborda la vida del segundo hombre más poderoso en el sexenio de Felipe Calderón, desde su niñez, juventud y su vida adulta, hasta los cabos sueltos que ha dejado la narrativa oficial sobre la vida profesional de García Luna, quien hoy se encuentra preso en Nueva York, luego de que las autoridades de Estados Unidos lo detuvieron el pasado 10 de diciembre de 2019, acusándolo de tres cargos relacionados con el narcotráfico y uno más por mentir.
No obstante, el adelanto que proporciona SinEmbargo, se sitúa en el momento en el que García Luna, horrorizado, comprobaba lo que ya habían predicho las encuestas y el Centro Nacional de Inteligencia (Cisen): luego de 70 años en el poder, el PRI perdía las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2000, a pesar de todos los artilugios de espionaje y desprestigio usados en contra del entonces candidato del PAN, Vicente Fox Quesada.
Francisco Cruz relata que a pesar de todo, García Luna y sus más cercanos colaboradores, (Luis Cárdenas Palomino y Wilfrido Robledo Madrid), le habían apostado a la permanencia del PRI, pero al ver que a pesar de sus esfuerzo para desacreditar al político guanajuatense, llegó la orden de desmantelar todas las oficinas de seguridad que sirvieron para espiar a políticos, empresarios y a otros personajes; bajo la instrucción de mandos superiores de la Policía Federal Preventiva (PFP). Fue así que desaparecieron archivos, documentos, grabaciones y cualquier otra prueba de espionaje.
Lo anterior -dice el autor- sería recordado por Toma?s Borges, seudo?nimo que se dio a un exagente de inteligencia del Cisen y de la PFP, quien en 2013 publico? Diario de un agente encubierto: la verdad sobre los errores y abusos de los responsables de la seguridad nacional en Me?xico.
Borges aseguró que por cuestiones de rango y seguridad, Garci?a Luna, se encargari?a de desmontar y destruir los expedientes peligrosos, estrate?gicos o informes de alta clasificacio?n —para consumo exclusivo de unos cuantos funcionarios y guardados con claves de secreci?a— archivados en los sistemas informa?ticos de las oficinas centrales.
Pero hay dos versiones sobre esta situación: que García Luna cumplió cabalmente con la instrucción de desaparecer todo o que sustrajo y guardo? ese archivo para posteriormente utilizarlo y “hacer doblar las manos de poli?ticos como Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien abiertamente movi?a los hilos del PRI en la Ca?mara Baja del Congreso de la Unio?n”, señala el libro.
“La bancada del PRI en la Ca?mara de Diputados, que en un momento de la presidencia de Caldero?n habi?a representado su mayor obsta?culo, dio un giro interesante. Beltrones se convirtio? en una especie de vicepresidente del re?gimen panista y a partir de entonces Caldero?n convirtio? a Garci?a Luna, su secretario de Seguridad, en su mismi?sima sombra”, apunta el autor.
El periodista recordó que fue entonces cuando se hizo pu?blico que, en la casa de espionaje de Naucalpan, municipio del Estado de Me?xico, habi?a conversaciones grabadas de Manlio Fabio Beltrones, asi? como de Andre?s Manuel Lo?pez Obrador, Marcelo Ebrard Casaubo?n, Ricardo Monreal A?vila, Santiago Creel Miranda y Juan Camilo Mourin?o Terrazo, quien era hasta ese momento, el hombre ma?s cercano a Caldero?n.
El poder de García Luna superó incluso al de las fuerzas armadas (Ejército y Marina). El autor recordó el pasaje de la toma de posesión de Felipe Calderón como presidente de la República. Aunque el Estado Mayor Presidencial otorgó la seguridad de Calderón a la Marina, quien a su vez, cedió de “forma dócil y obediente” el control a Genaro García Luna, quien “se habi?a comprometido a doblegar, incluso por la fuerza, a los legisladores, diputados y senadores de oposicio?n que desaprobaban la juramentacio?n de su jefe Caldero?n”.
Este es sólo un fragmento del relato que hace el periodista Francisco Cruz, quien desnuda una parte de la vida oscura de Genaro García Luna, quien a pesar de estar preso en Estados Unidos, aún tiene muchos secretos escondidos.
Con información de Infobae