Las siete y todo sereno

Recientemente, el Consejo Estatal de Salud acordó la restricción de la movilidad en la entidad, para reducir el número de contagios que ha ido en escalada en las últimas semanas.

Lo anterior,  desató la publicación de una serie de falsos documentos y  comentarios infundados que aseguraban que el gobierno del estado había establecido un toque de queda  y por ende se había prohibido la circulación a la ciudadanía, y quien incumpliera la normatividad, enfrentaría desde multas económicas hasta detenciones.

Nada más lejos de la verdad. Sin embargo, muchos cayeron en la trampa de creer las ‘fake news’ que se compartieron en las distintas redes sociales o en limitarse a  leer los títulos amarillistas de  algunos medios informativos.

La pandemia nos ha convertido en devoradores de información. La situación actual es  incierta y en un intento por mantener el control, nos hemos vuelto adictos a consumir y compartir contenido noticioso. Pero al no verificar fuentes y datos nos hemos vuelto cómplices de otra enfermedad que aqueja a nuestra sociedad y sobre la cual la OMS ha advertido constantemente sus riesgos:  la infodemia.

Por eso, es importante aclarar un par de cuestiones sobre la implementación de las nuevas medidas.

Un toque de queda consiste en limitar la circulación o permanencia de las personas o vehículos en determinada hora o lugar en caso de que exista un motivo —una emergencia sanitaria, por ejemplo— para decretar estado de alarma.  Esta medida ha sido adoptada por diversos países como Italia, España, Francia y Bélgica para evitar la proliferación del virus.

En España las personas que incumplan o se resistan a las órdenes de las autoridades competentes del estado de alarma, son acreedoras a sanciones administrativas, multas de 100 euros y hasta cárcel según corresponda.

El toque de queda por lo tanto resulta más convincente que una caricatura de una superheroína, a la hora de decidir si te quedas en tu casa o te vas de “pachanga”. Pero en México ni siquiera ha entrado en vigor una ley que obligue a los ciudadanos a portar el cubrebocas.

Cabe destacar que nuestra constitución, sí contempla la restricción de los derechos en una situación extrema. En el artículo  29º constitucional, se establece que en caso de que la sociedad se encuentre en grave peligro o conflicto, sólo el presidente de la República, con la aprobación del Congreso de la Unión puede suspender o restringir las garantías individuales.

El toque de queda entra dentro del marco legal, sin embargo, cuando se le  preguntó el pasado 23 de octubre al presidente Lopéz Obrador, sobre la adopción de esta medida, al igual que en marzo volvió a descartar la propuesta; afirmó: “Nosotros estamos más en la idea de que se convenza a la gente” pues considera que el pueblo de México es muy sabio.

Por lo tanto, un toque de queda resulta poco probable— aunque no imposible— y es una acción que requiere un proceso legal.

Lo que se implementó en Chihuahua es harina de otro costal.  El acuerdo 127/2020 publicado en el Periodico Oficial,  el 4 de noviembre tiene sustento el Art. 5º , que dice “A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen los derechos de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad [... ]” . Por lo tanto, el derecho a laborar puede negarse para asegurar el derecho a la salud, a la población en general.

La Alerta Sanitaria que anunció el gobernador implica, el cierre y la suspensión de todas las actividades y establecimientos en el Estado de Chihuahua durante los fines de semana y de lunes a viernes en el horario de 19:00 a 6:00 am .

Únicamente serán permitidas las esenciales de salud, seguridad y protección civil. Las disposiciones establecidas en el color rojo del semáforo de riesgo COVID-19, se siguen acatando y se limitó el tiempo de circulación del transporte público. Además, se dispuso que las restricciones serán evaluadas cada 14 días para atender al desarrollo epidemiológico.

En conclusión, las restricciones buscan evitar que las personas salgan de sus hogares y puesto que no lo hacen de forma voluntaria, cerrar los establecimientos  es la única opción, una trastocada forma de apreciar la expresión: “ Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.

La ironía de este plan es que, se pone en marcha tras el fracaso de una acelerada apertura de los  establecimientos con el objetivo de reactivar la economía. Saltamos del color rojo al amarrillo, sin pensarlo dos veces, pensando en el beneficio económico y dejando en segundo plano, los estragos sanitarios.

Ahora las finanzas de empresarios y trabajadores volverán a desplomarse en el fin de semana que prometía más esperanzas para la recuperación: El Buen Fin.

De poco servirá que el evento celebre su edición más larga, del 9 al 20 de noviembre en las condiciones actuales, difícilmente veremos a las personas peleando por tablets y televisiones al estilo “El dos de mayo de 1808 en Madrid” de Goya.

Lo cierto es que, la prohibición de las aglomeraciones no será lo único que merme  las disputas entre clientes como hemos visto en ediciones pasadas.

El miedo al contagio, la cartera gastada entre insumos de higiene personal (cubre bocas, antibacterial), la devaluación del peso, el desempleo y el aguinaldo comprometido por las deudas adquiridas durante el año  dejan poco margen para hacer las compras navideñas.

Las empresas que no han emigrado al e-commerce sufrirán nuevamente las consecuencias de no adherirse a las plataformas digitales para la distribución de sus bienes y servicios. Por lo pronto, los restaurantes sin servicio a domicilio y las tiendas departamentales que no tienen compra por internet han quedado rezagados, ante marcas principiantes que con una cuenta de Instagram logran contactarse con su mercado.

La situación pinta muy difícil y la prudencia no es la que nos condujo a la sobreocupación hospitalaria, esperemos que no surjan un par  lords y ladies en este Buen Fin.