El peor de los abandonos

La pandemia ha arrebatado incontables cosas de la vida que no será posible recuperar por completo una vez que la tan añorada cura llegue a manos de cada individuo. A esta hora, el escenario internacional continúa en la víspera de más noticias sobre el momento en que la vacuna correcta llegue a cualquier país y muestre resultados fiables para la toda la humanidad. Son muchas cosas las que esta crisis nos ha arrebatado y quizás serán otras tantas las que echaremos en falta una vez que termine este capítulo y comencemos a transitar por esa nueva realidad donde quizás, las dudas sean menos o tal vez, se hayan formulado otras más.

Con 1,041,875 contagios por COVID-19 en México según datos de la Universidad Johns Hopkins, comienza a ser de mayor relevancia otra cifra silenciosa que la pandemia ha mantenido latente a lo largo de casi 9 meses: la deserción escolar. Fue el 10 de diciembre de 1848 cuando el escritor francés Víctor Hugo hablaba ante la Asamblea Constituyente sobre la defensa de las instituciones de enseñanza; Nuccio Ordine, autor del libro “La utilidad de lo inútil” recupera dicho discurso en las páginas de su obra, cito un fragmento del texto:

 - Pero error aún más grave es que el rigor del gasto se aplica en el momento equivocado, cuando el país necesitaría, por el contrario, potenciar las actividades culturales y la enseñanza pública: ¿Y qué momento se elige? Aquí está, a mi juicio, el error grave que les señalaba al principio: ¿Qué momento se elige para poner en cuestión a todas las instituciones a la vez? El momento en el que son más necesarias que nunca, el momento en el que, en vez de reducirlas, habría que extenderlas y ampliarlas-

-Cuando la crisis alcanza a una nación es más necesario que nunca duplicar los fondos destinados a los saberes y a la educación de los jóvenes, para evitar que la sociedad caiga en el abismo de la ignorancia: ¿Cuál es el gran peligro de la situación actual? La ignorancia. La ignorancia aún más que la miseria-

La vigencia de estas palabras resulta abrumadora cuando miles de estudiantes en nuestro país se han tenido que enfrentar a una serie de obstáculos que los han orillado a decidir entre su formación académica o su estabilidad económica, pues claramente el efecto de la crisis sanitaria ha golpeado fuertemente en los ingresos una población entera, mismos cuyo punto de equilibro ha sido difícil de alcanzar a lo largo de la historia.

A pesar de las iniciativas implementadas por instituciones educativas y el gobierno, tales como la educación en línea, préstamo de equipos de cómputo o cuestiones como el programa Aprende en Casa en el caso de la educación básica, el nivel potencial de deserción se mantiene amenazante ante una realidad donde las brechas sociales se han vuelto más evidentes.

 A finales de septiembre de este año, la Universidad Nacional Autónoma de México señalaba que 20% del alumnado se encontraba en riesgo de desertar debido a las limitaciones tecnológicas, o bien, por verse en la necesidad de contribuir al ingreso de sus hogares; desgraciadamente hoy ese porcentaje no ha disminuido a pesar de ser la educación y el conocimiento una herramienta fundamental para combatir cualquier crisis tal como mencionaba Víctor Hugo en su discurso.

La Universidad Autónoma de Chihuahua no ha sido exenta de este fenómeno que ha afectado a los estudiantes de la institución y a quienes pretenden incorporarse a la casa de estudios, tan solo a inicios del semestre agosto-diciembre 2020, hubo una reducción del 15% en la demanda de fichas para ingresar a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, lo anterior aunado a la posibilidad de que el siguiente semestre el alumnado se reduzca de manera significativa debido a la crisis económica que, tanto el estado como el país, ha vivido a raíz de la pandemia.

Apoyar el desarrollo de profesionistas nunca va a representar una mala inversión, el apoyo institucional puede ser la pieza clave para que miles de jóvenes alcancen un desarrollo académico integro a pesar de lo adverso que se ha tornado el panorama para la educación en una realidad como la que estamos enfrentando.

 La recuperación uniforme que todo pueblo espera no podrá llevarse a cabo si no se atienden las necesidades del sector estudiantil cuya función formativa siempre ha sido invaluable, ya que precisamente, el desarrollo de hombres y mujeres críticos capaces de hacer un análisis de fondo sobre el entorno, constituye un verdadero logro para cualquier sociedad, pues se habrá incentivado el desarrollo de ideas, la potencialización de habilidades, la difusión de conocimiento científico tan necesario en épocas donde impera la desinformación y la fe ciega en cualquier dato sin reparar en si es verídico o no, lo cual arrastra a la pérdida de la batalla contra la ignorancia, cuestión que desde hace 172 años Víctor Hugo percibía como una gran amenaza para la humanidad.