La otra crisis

Colaboración especial / Lucía Ramírez Lira

Con anterioridad a la pandemia, el diario acontecer del mundo se veía inmerso en una serie de problemáticas que llamaron la atención de organismos internacionales que, al estar frente a un escenario preocupante donde la forma de coexistir de los seres humanos se veía cada vez más alejada de ser sostenible e igualitaria, consideraron necesaria la creación de proyectos globales que atendieran dichos asuntos de manera puntal, viable y flexible. Tal es el caso de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aceptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2015, dicha agenda conforma un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Es un acuerdo internacional que reconoce la importancia de tratar asuntos como: la lucha contra la pobreza, el cuidado del planeta y la disminución de las desigualdades en la búsqueda de un desarrollo sostenible.

Su contenido está guiado por cinco elementos fundamentales: 1) No dejar atrás a nadie garantizando la igualdad y dignidad de todas las personas en un medio ambiente saludable, 2) Colocar la protección del planeta como tema principal, 3) Transformar las economías para disfrutar de una vida en armonía con la naturaleza, 4) Propiciar sociedades pacíficas y 5) Crear una alianza mundial entre los diferentes actores involucrados.

Para cumplir con el propósito de esta Agenda universal, se han planteado los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales versan sobre la erradicación de la pobreza en todas sus formas, seguridad alimentaria, promoción de la agricultura sustentable y la mejora de la nutrición, educación inclusiva, lograr la igualdad de género y el empoderamiento a mujeres, garantizar la disponibilidad sostenible del agua y saneamiento, asegurar el acceso a energías limpias y modernas, promover el empleo pleno y productivo, fomentar la industrialización inclusiva e innovadora, reducir la desigualdad entre los países y al interior de estos, lograr que los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros y sostenibles, garantizar modalidades de producción y consumo sostenibles, adoptar medidas urgentes para enfrentar el cambio climático, conservar y utilizar de manera responsable los mares, océanos y recursos marítimos, proteger y restablecer el uso sostenible de ecosistemas silvestres, promover sociedades pacíficas e inclusivas garantizando el acceso a la justicia para todos y por último fortalecer los medios de implementación revitalizando la alianza mundial para el desarrollo sostenible.

Un lustro después de que se firmara este acuerdo internacional y a una década de poder hacer un amplio análisis final sobre el desarrollo de los objetivos establecidos, la crisis sanitaria por COVID-19 ha traído consigo el replanteamiento de todo tipo de estrategia relacionada con el desarrollo socioeconómico mundial. Siguiendo este orden de ideas, es importante comenzar a hablar acerca de la crisis ambiental que indudablemente ha comenzado a dejar estragos importantes en cuanto a temas de contaminación originados por la acumulación de residuos plásticos, la deforestación, gestión de residuos, etc. los cuales se suman a la delicada situación referente a la salud que probablemente aún nos acompañará en buena parte del próximo año.

Según información de la revista Science publicada en septiembre del año en curso, a partir del inicio de los confinamientos alrededor del mundo, la demanda de petróleo sufrió un colapso, lo cual ocasionó la reducción de costos en la fabricación de plásticos vírgenes a partir de combustibles fósiles. Lo anterior, aunado a los cambios de vida que han implicado un aumento en el uso de plásticos, complica superar la contaminación ocasionada por este material. Comenzando por la alta demanda de Equipos de Protección Personal y mascarillas de un solo uso, el artículo señala que, si al finalizar los confinamientos la población mundial se adhiere al uso de una mascarilla desechable por día, la pandemia podría resultar en un consumo global de 129 mil millones de mascarillas al mes.

Menciona que las estrategias en la gestión de residuos no han sido las más adecuadas durante esta crisis sanitaria, pues se han implementado la incineración móvil, los vertederos directos y las quemas locales. Tan solo la eliminación inadecuada del 1% de las mascarillas se traduce en más de 10 millones de artículos con un peso de 30,000 a 40,000 kg. Por último, el artículo señala que, debido a la priorización de la salud humana sobre la salud ambiental, se han retrasado o revertido las políticas destinadas a la reducción del plástico de un solo uso; como consecuencia, la demanda del material plástico reciclado ha disminuido al igual que los márgenes del beneficio del reciclaje mientras que la huella medioambiental de este polímero ha aumentado.

Otro tipo de impactos ambientales como el aumento de la pobreza y la disminución de recursos estatales para la protección de los ecosistemas son algunos de los factores que pueden incidir en el deterioro general de la naturaleza; tal es el caso de América Latina y el Caribe, regiones que debido a las características de la expansión del COVID-19 y la situación económica que impera en esta parte del del mundo, corren un riesgo mayor en cuanto a afecciones ambientales se refiere. Así lo plantea el artículo académico titulado Impactos ambientales y respuestas políticas al Covid-19: Una mirada desde América Latina publicado por la revista Environmental and Resource Economics.

El primer impacto señalado por dicha publicación habla sobre la disminución de NO2 y CO gracias a la implementación de confinamientos en ciudades como Buenos Aires, Quito y Bogotá. A pesar de ser en primera instancia una buena noticia, países como México no han sufrido un cambio relevante en la reducción de partículas contaminantes; caso contrario al de Río de Janeiro donde estas concentraciones han incrementado. En el caso de zonas rurales, es probable que exista un aumento en el uso de madera como medio de subsistencia a partir de la disminución de ingresos ocasionada por la pandemia y la carencia de servicios públicos de gas.

En temas de deforestación, la ausencia de autoridades estatales en Colombia durante la pandemia ha propiciado que grupos armados se adueñen de territorios biodiversos con el objetivo de llevar a cabo actividades ilícitas como la minería ilegal o la siembra de coca. Aunado a lo anterior, los países latinoamericanos están entrando a una etapa de recesión que impactará directamente el desarrollo económico y ambiental.

 Ante esta problemática, es de vital importancia que los países de esta región elaboren políticas que propicien la reactivación económica de la mano de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que marca la Agenda 2030, los cuales no deben perderse de vista dentro del análisis del impacto de la pandemia a nivel poblacional y ambiental.

Hoy en día los cubrebocas desechables se han convertido en el desperdicio mayor que debe atenderse antes de que genere una crisis de contaminación mayor a la que ya se ha generado a la fecha. Según una publicación hecha por la organización de conservación marina OceansAsia, los océanos serán inundados por aproximadamente 1.560 millones de cubrebocas desechables en 2020; dichas mascarillas tardarán 450 años en romperse y convertirse en microplásticos que afectarán negativamente la fauna y los ecosistemas marinos. Los humanos no estamos exentos de esta polución, pues los microplásticos antes mencionados pueden llegar al agua potable a través de la filtración en la capa freática al ser transportada por el agua en la tierra.

La crisis ambiental continúa siendo una problemática la cual nos hemos enfrentado desde hace años, misma que ahora se ve agravada por la conocida pandemia que nos atañe. Es por esto que en la búsqueda de un nuevo equilibrio y la elaboración de proyecciones donde exista una mayor armonía con el entorno, las políticas internacionales deben estar orientadas con mayor rigor hacia la reducción de contaminantes, la conservación de la tierra y la gestión sostenible de residuos que permitan la disminución del impacto ambiental en todo el orbe.

Tips al momento

Cerrará López Obrador con el mayor déficit fiscal en cuatro sexenios

De acuerdo con Yolanda Morales, en su colaboración para el periódico El Economista, el actual gobierno tendrá el 2024 el mayor déficit fiscal en un año electoral y el más alto en al menos cuatro sexenios, según informa con base a datos del Fondo Monetario Internacional.

Destaca que la actual administración Federal tendrá un déficit de 5.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), al considerarlo el más alto, cuando menos, desde el año 2000, al señalar, que el antecedente más cercano de un déficit mayor al 4 por ciento, lo tenía Enrique Peña Nieto, en el 2014, cuando llegó al 4.54 por ciento del PIB.

Según expone en su texto, luego de que se mantuvo como uno de los gobiernos más prudentes en el manejo de cuentas fiscales durante la pandemia, el actual, terminará con el déficit fiscal más alto.

Con Felipe Calderón, según lo expone, el mayor déficit presupuestario fue en 2019 y alcanzó el 4.3 por ciento del PIB; mientras que con Vicente Fox, en 2003, llegó al 2.36 por ciento del Producto Interno Bruto.

Lo anterior, señala, que de acuerdo a un reporte del Fondo Monetario Internacional, en el último año, la deuda del gobierno, promediará 55.6 por ciento del PIB, menor a 58.5 por ciento del Producto Interno Bruto que representó en 2020, en plena pandemia.

Señala que los expertos del FMI proyectan que la deuda general del gobierno mexicano se mantendrá estable durante 2025 y 2026. no obstante, tenderá al alza en 2027 para alcanzar, según expuso, un máximo del 56.1 por ciento del PIB para el 2029, aumento que atribuye al pago de intereses. Así los pronósticos.


IEE en turismo político 

Varios vieron inconveniente la presencia de la Consejera Presidenta del Instituto Estatal Electoral, Yanko Durán Prieto en un evento del  Plan Estratégico de Juárez y esto debido a que en este mismo encuentro hubo actores políticos de los que dicen, sólo salen a hacer ruido en cada proceso electoral.

La inconformidad de esta asistencia de la consejera del IEE llegó a grado de señalar que el proceso electoral ya inició y que si bien todo lo esta manejando el INE, al menos el IEE debería revolver un poco de trabajo al glamour y al turismo político.

A esto añaden que mientras el personal, la magistrada y magistrados del Tribunal Estatal Electoral se encuentran encerrados las 24 horas tratando de sacar adelante las impugnaciones por las inconformidades en el registro de candidaturas, por su parte los consejeros y consejeras del IEE disfrutan del tiempo electoral.

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Destaca que la actual administración Federal tendrá un déficit de 5.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), al considerarlo el más alto, cuando menos, desde el año 2000, al señalar, que el antecedente más cercano de un déficit mayor al 4 por ciento, lo tenía Enrique Peña Nieto, en el 2014, cuando llegó al 4.54 por ciento del PIB.

Según expone en su texto, luego de que se mantuvo como uno de los gobiernos más prudentes en el manejo de cuentas fiscales durante la pandemia, el actual, terminará con el déficit fiscal más alto.

Con Felipe Calderón, según lo expone, el mayor déficit presupuestario fue en 2019 y alcanzó el 4.3 por ciento del PIB; mientras que con Vicente Fox, en 2003, llegó al 2.36 por ciento del Producto Interno Bruto.

Lo anterior, señala, que de acuerdo a un reporte del Fondo Monetario Internacional, en el último año, la deuda del gobierno, promediará 55.6 por ciento del PIB, menor a 58.5 por ciento del Producto Interno Bruto que representó en 2020, en plena pandemia.

Señala que los expertos del FMI proyectan que la deuda general del gobierno mexicano se mantendrá estable durante 2025 y 2026. no obstante, tenderá al alza en 2027 para alcanzar, según expuso, un máximo del 56.1 por ciento del PIB para el 2029, aumento que atribuye al pago de intereses. Así los pronósticos.


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Varios vieron inconveniente la presencia de la Consejera Presidenta del Instituto Estatal Electoral, Yanko Durán Prieto en un evento del  Plan Estratégico de Juárez y esto debido a que en este mismo encuentro hubo actores políticos de los que dicen, sólo salen a hacer ruido en cada proceso electoral.

La inconformidad de esta asistencia de la consejera del IEE llegó a grado de señalar que el proceso electoral ya inició y que si bien todo lo esta manejando el INE, al menos el IEE debería revolver un poco de trabajo al glamour y al turismo político.

A esto añaden que mientras el personal, la magistrada y magistrados del Tribunal Estatal Electoral se encuentran encerrados las 24 horas tratando de sacar adelante las impugnaciones por las inconformidades en el registro de candidaturas, por su parte los consejeros y consejeras del IEE disfrutan del tiempo electoral.

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