El PAN. Oposición indeseable.

Jorge Puentes 

@JorgePuentes05

Apenas han pasado los 50 días de gobierno de AMLO y debido a sus múltiples desaciertos ya hay reclamos serios por parte de un reducido segmento de la población que intenta enfrentarse a un 79% de votantes pro AMLO que, según la encuestadora Mitofsky, manifiestan tendrán plena confianza en el presidente durante todo el sexenio.

Cualquier demanda que se dirija contra las promesas incumplidas por López Obrador o algún error cometido durante su breve período de ejercicio del poder, se convierte en la oportunidad perfecta para reconvenir a la “Mafia del Poder” compuesta por neofascistas, canallas, fifís y mezquinos (dicho en los términos del recalcitrante y polarizador lenguaje utilizado por AMLO y sus huestes) y con ello animar a la continuidad de una campaña y una jornada electoral que debió terminar el 1 de julio.

Acción Nacional, la organización política a la que pertenezco por vocación y convicción, abona a que constantemente los seguidores de Andrés Manuel sigan en campaña pero ahora ensoberbecidos a sabiendas de que detentan un poder que se ejerce en términos absolutos. Por ejemplo, si nuestro coordinador parlamentario aparece manifestándose contra la promesa incumplida de bajar el precio de los combustibles, o argumentando a favor de la designación de un Fiscal General de la República independiente y autónomo, o bien intentando lograr una mayor equidad presupuestal para las Entidades Federativas, organismos públicos autónomos, o simplemente hacer algún señalamiento propositivo sobre los desaciertos de la administración obradorista, de inmediato arremeten contra él y contra el PAN no solamente los “bots” sino también ciudadanos identificables que son afines al nuevo régimen mexicano. Estos últimos sin más razonamientos que “apenas va empezando”, “miren como le dejaron el país”, “el prian está ardido por que ganamos”. Expresiones que por cierto las hemos empleado los propios panistas cuando recibimos gobiernos estatales o municipales en condiciones deplorables. Tal vez sopa de nuestro propio chocolate.

Aparece frecuentemente nuestro Presidente Nacional en medios y en redes sociales con exigencias justas a AMLO y la turba reacciona con insultos contra el PAN, sus liderazgos y sus gobernantes. Los militantes del PAN lanzamos alguna crítica constructiva o no, y nos quedamos pasmados ante el vilipendio de que somos objeto por parte de los ultraobradoristas.

Parece que contra Obrador no hay argumento presentado por la oposición que pueda ser digno de análisis. Al contrario esos razonamientos, aunque fundamentados y motivados, ensalzan aún más a la figura presidencial. Culto a la personalidad. Pérdida de tiempo, desgaste de fuerzas, ha sido hasta el momento el resultado doloroso para la primera fuerza política de oposición en México. En el esfuerzo por constituirse en oposición demandante, el PAN aparece como desesperado frente a la opinión pública y eso, hacia el interior de nuestra organización, puede hacernos caer en la desesperanza.

Desde la opinión que nadie me ha pedido pero que creo que estoy obligado a dar, primero como militante panista luego como Consejero Nacional, propongo que el PAN desaparezca como oposición beligerante en este tiempo que la tierra es infecunda para que germine la semilla de la argumentación fundada y motivada. Propongo que diseñemos estrategias de comunicación efectivas que, sin personalizar, tengan por objetivo concientizar al ciudadano de que hay cuestiones públicas que empiezan a deformarse aún más con el nuevo régimen; que el ciudadano tenga clara que no debe ser permisivo con ninguna agrupación o régimen político que atente contra la dignidad humana ni contra los valores y los principios que han configurado a la familia mexicana; que el PAN involucione para regresar a la formación de la conciencia que evita que el ciudadano sea laxo ante la perversa idea de que “ahora le toca robar a otros”.

Ojalá que en el PAN se quieran ocupar productivamente recursos y tiempo para una indispensable reestructuración interna; que se recurra a nuestra antigua tradición democrática y que ésta quede salvaguardada mediante la reforma de las normas estatutarias y reglamentarias; que se le de vida al partido congregándonos extramuros de los comités ofreciéndole a la ciudadanía una verdadera cercanía con nuestros gobiernos y que seamos proclamadores ejemplares de los pilares del humanismo político en práctica; que contribuyamos a potencializar las capacidades y aptitudes de las personas y así oponernos al gobierno que se empeña en mantener el asistencialismo como instrumento para crear clientelas electorales.

En estos momentos de la vida política nacional, da la impresión que gran parte de la sociedad quiere ver al PAN calladito y no porque se vea más bonito, sino porque nos tienen desconfianza dado que nos perciben como parte de un sistema corrompido contra el cual creen que votaron. Parece que Acción Nacional hoy por hoy es oposición indeseable no para Obrador sino para la población. Por ello al PAN en nada le resulta productivo ser oposición estridente. Sería desastroso para el País y para nuestra organización que se optara por continuar por esa senda. En términos prácticos la tarea consiste en evitar que el PAN contribuya a dar continuidad a la campaña electoral  y de defensa de López. No contribuya Acción Nacional a la perpetuación de ese personaje.  

Sin perder firmeza en la exposición de ideas en la plaza pública, hay que tener claro que el PAN debe también ser oposición que opere discretamente en lo más íntimo del tejido social. Como antaño.

Jorge Puentes 

@JorgePuentes05