#Friday4Future

En agosto del 2018, una joven sueca empezó a faltar a clases para acudir a las oficinas del Congreso parlamentario en Estocolmo. Llevaba solo consigo una pancarta que decía “Skolstrejk för klimatet”, huelga escolar por el clima. Greta Thunberg, a sus 15 años, decidió tomar acción pacíficamente contra el cambio climático, un fenómeno que compromete su futuro no muy lejano, el de sus contemporáneos y el de las generaciones por venir.

El cambio climático es una modificación en las condiciones climáticas caracterizada por el aumento en la temperatura global, vinculado al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero. El cambio climático ha sucedido anteriormente en la historia del planeta, sin embargo, en este periodo ha ocurrido de una manera más rápida debido al frenético desarrollo humano. Algunas de las consecuencias que ya hemos observado son las alteraciones en la ocurrencia, intensidad y severidad de ciertos fenómenos naturales, como las inundaciones y las sequías, ocasionando a su vez, disminuciones en la producción de alimentos, el deterioro de los recursos naturales y hasta pérdida de vidas.

De acuerdo al informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que presentó a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en el 2018, estamos en la recta final de lo que parece una última oportunidad para evitar el aumento de la temperatura de 1.5 a 2°C. La meta mundial es disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un 45% al 2030, con respecto a los datos del 2010 y para el 2050, debemos alcanzar el cero neto. De no hacerlo, los efectos serán todavía más graves de los que ya se pronostican.

La joven, ahora nominada al premio Nobel de la Paz, tomó la idea de iniciar una huelga al conversar con políticos de su país y notar su falta de urgencia. La respuesta fue muy simple: “mi trabajo es ganar las elecciones y tener votos; sosteniendo políticas climáticas radicales no voy a obtener más votos. Si no tengo el apoyo de la gente, no puedo hacer nada”.

Lamentablemente, estamos en un momento donde solo los ajustes en las políticas nacionales que conciernen a la energía, la industria, el transporte, los edificios y las ciudades pueden lograr cambios significativos para reducir las emisiones de gases de invernadero a tiempo. En respuesta a esto, el 20 de agosto de 2018, Thunberg inició una huelga escolar sentándose durante 15 días consecutivos afuera del congreso de Suecia con el propósito de demandar la actuación inmediata contra el cambio climático. Después de esto, Greta continuó la huelga solo durante los viernes, pero poco a poco se fueron uniendo otros manifestantes llegando a más de 20,000 personas, en 270 ciudades, al final de ese mismo año. El pasado 15 de marzo se convocó una huelga global, logrando reunir a jóvenes de más de 1,000 ciudades, en más de 89 países, incluyendo México, en donde particularmente se cuestionó a nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, la construcción de refinerías y plantas carboeléctricas.

México forma parte de los 10 países que emiten el 68% de las emisiones globales, contribuyendo con el 1.68%. Las principales fuentes de emisiones de los gases de efecto invernadero en México son el transporte, la generación de electricidad y la industria. Cabe mencionar que si bien, el Gobierno mexicano planea hacer una reforestación masiva en el sur del país, el presupuesto que opera la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que es la agencia que teóricamente estaría encargada de liderar estas y otras iniciativas contra el cambio climático, sufrió un recorte del 17% en el primer año de la cuarta transformación.

Greta Thunberg tendrá casi 30 años cuando nos enfrentemos a las terribles predicciones de las Naciones Unidas. ¿Cuántos años tendrás tú y tus seres queridos?