Conservar la Paz, peligro para AMLO

Colaboración especial
Érika Edith Rosas Villalobos

Desde las primeras clases de historia de México, cuando nos enseñan en la escuela pública sobre la lucha del poder en nuestro país se nos explica de la existencia de dos bandos: el liberal y el conservador. Al hablar de la época de la Reforma, nos pintaban al bando liberal como el mejor proyecto político para México como Nación y uno de los principales exponentes de esa doctrina entendíamos era Benito Juárez García, era pues el bando de los buenos. Frente a aquel encontrábamos a los conservadores, los que según los libros de historia oficial no querían que México tuviera su propio gobierno, los que concentraban el poder económico, político, religioso y social, eran los malos de la película. Para quienes han tenido la oportunidad de leer más allá de los libros de texto gratuitos sabrán que ésta polarización histórica no ha resultado ser más que una falsa apreciación de la realidad. Sin embargo, en la gran mayoría de los mexicanos se ha quedado esta idea de que los conservadores son los malos de la historia de nuestro País. Veamos como en nuestro tiempo si a alguno se le quiere insultar por sus ideas se le ha de etiquetar con el calificativo de conservador, o de derecha, como si todos los conservadores fueran perversos y todos los liberales fueran seres de bondad absoluta.

Una vez más el presidente López Obrador se aprovecha del nivel de conocimiento histórico de una buena parte de los mexicanos en cuanto al tema de los liberales y los conservadores, y vuelve una vez a dividir a la sociedad mediante el uso del lenguaje basado en la errónea idea de que los conservadores son los malos del cuento. Este aprovechamiento de López se dio en su rueda de prensa del día 23 de abril cuando al cuestionársele sobre la exigencia de Paz que hacen algunos sectores de la población refiriéndose específicamente a la tragedia de Minatitlán, él contestó que quienes hacen dicho reclamo son básicamente los conservadores, y que esto es así porque ya no pueden saquear ni robar y porque les molestan las acciones de su gobierno.

Hay quienes sostenemos que los asuntos de seguridad pública no deben politizarse, pues cuando eso sucede no existe una exigencia genuina ni bien intencionada para lograr el cambio que requerimos. Esa postura de politizar la inseguridad es de lo más inmoral que puede existir un País como el nuestro en el que existe una sociedad ya acostumbrada a la apología del crimen organizado, véase como proliferan series  de televisión, películas, libros, música, charlas y hasta actitudes personales nos lo indican que hemos perdido la consciencia del mal que causa dichos contenidos.

El presidente López politiza el tema de la inseguridad, y fiel a su estilo polarizador llama conservadores a quienes exigen Paz. No entiende López Obrador a la Paz como un valor para la convivencia humana y un fruto que le da sentido a la Democracia que él tanto dice defender, sino que afirma que la exigencia de Paz es un instrumento para atacar a su gobierno. Politizando a la Paz, López Obrador etiqueta de conservadores para desacreditar a quienes la piden y así hacerlos objeto del escarnio de sus fieles seguidores y de las personas que disfrutan de la apología del delito (segmento poblacional que tristemente va en aumento en México).

Quizás por su incomprensión del valor de la Paz y por politizar el tema de la inseguridad es que hoy México está dejando de ser atractivo para las inversiones. Tal vez porque López tiene una nula visión de ciudadanizar la Paz e institucionalizarla es que la generación de empleos ha disminuido en 46% desde que inició su gobierno. Es muy probable que por ignorar el verdadero sentido de la exigencia de Paz se hayan perdido más de 109 mil empleos directos desde el inicio de su gestión, y que los precios de los productos básicos han llegado a  su nivel más alto en los últimos 3 meses respecto al mismo período en años anteriores. Seguramente por lo devaluado que tiene la idea de Paz es que sus cifras respecto a los homicidios son otras y ellas revelan que para él la Paz no es prioridad porque es un tema para golpear a su gobierno. Dice que la Paz la logrará repartiendo dinero a los jóvenes a través de sus programas sociales sin reglas de operación sin darse cuenta que con ello reduce las capacidades de las juventudes mexicanas.

¿Qué hace el gobierno federal de López Obrador para limpiar el cochinero que le dejaron administraciones pasadas en materia de seguridad? Politizar el tema de la inseguridad y la Paz.  Dividir a la Nación en conservadores y liberales bajo aquella errada idea arraigada de que los primeros son los malos y los segundos son los buenos. Una medida inmoral porque ante su novedosa y desastrosa administración debería el pueblo estar unido. Si nos unimos para exigir la Paz seremos el peligro más grande para el presidente (recuérdese las reacciones que tuvo en el 2004 siendo Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal). El pueblo unido por la Paz lo pone a temblar.    

Se debe ser comprensivo lo suyo no es generar política pública sino mercado electoral siempre dividido entre buenos y malos. Por eso a quienes justamente exigimos Paz nos llama conservadores porque queremos un México productivo en el que se conserven los empleos y que sean mejor remunerados, esa idea no la tiene clara.  Queremos conservar aunque sea el mínimo de Paz en nuestro país para no seguir perdiendo atracción de inversión nacional y extranjera, no lo entiende. Nos califica así porque por lo menos queremos conservar y no disminuir nuestro poder adquisitivo, y eso lo ignora. Somos conservadores porque tenemos el deseo de mantener los pocos espacios públicos que quedan para convivir sanamente en familia, y ante eso es insensible. Queremos conservar la libertad de expresión que hace pocos años estamos aprendiendo a ejercer y esa idea él la detesta. Deseamos conservar lo que nos queda de la unidad nacional que él cada mañana rompe.  Para eso exigimos Paz y por eso somos conservadores.

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Ataque contra candidato a gobernador deja a inocentes heridos

A través de las redes sociales, el candidato a gobernador de la coalición Mejor Rumbo Para Puebla, Eduardo Rivera Pérez, anunció que ha suspendido su gira de campaña al interior de la entidad, luego que su domicilio fuera blanco de ataque armado y aseguró que sería de un móvil político.

"Me han informado que la seguridad del lugar donde vivo ha sido vulnerada. He suspendido mi gira en el interior del estado y en este momento estoy regresando a la capital. Mi familia está bien. Me comentan que hay personas inocentes heridas. Información apunta a que hubo un móvil político contra mi persona. Más adelante estaré compartiendo más información. ¡No se vale carajo!", compartió en redes sociales. Eduardo Rivera solicitó protección a las autoridades estatales en enero.

Hubo muestras de solidaridad para con él y su familia, pero también el enfatizar que estas elecciones serán recordadas como las más violentas en mucho tiempo.

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