Cd. de México (20 agosto 2019).- La esperanza es vital después de un desastre natural y un par de alumnas del Tec de Monterrey quieren facilitar el apoyo con Emergency Light, un dispositivo que nació después del temblor del 19 de septiembre de 2017.
"Pasó lo del sismo y fuimos a ver en las zonas de los escombros qué se necesitaba y de lo más usado eran las linternas y baterías porque en las noches sacaban escombros, entonces decidimos hacer una linterna que no usara baterías", comentó Daniela Carrillo, estudiante de sexto semestre de Ingeniería en Innovación y Desarrollo.
Con materiales reciclados, Carrillo y su compañera, Jimena Solis, crearon una lámpara que sustituyera la fuente de energía con líquidos ricos en sodio, como orina y bebidas con electrolitos.
Desde hace 2 años han creado 5 prototipos, cada uno más compacto que el anterior y con una autonomía que alcanza hasta los 15 días de iluminación con sólo 30 mililitros de líquido.
La lámpara convierte las sustancias en energía lumínica por medio de transferencia de electrones de un material a otro. Por el momento, es recomendable lavar el contenedor diariamente en caso de que se use orina, no obstante se espera que el modelo final de la lámpara tenga un contenedor pueda aislar los olores y bacterias.
Aunque el dispositivo no cuenta con la capacidad para iluminar una habitación pequeña, sí podría ser útil durante una catástrofe al tener una potencia similar a la de una linterna convencional.
"Si estuviéramos en una situación de completa penumbra, o que estamos debajo de los escombros, nos alcanzaría perfecto para poder ver y movernos para buscar un hueco para poder salir", explicó Adrián Díaz, el profesor del laboratorio de Química que las asesoró, junto al Maestro Samuel Rosas.
La lámpara está compuesta por vidrio, hierro y elementos biodegradables, para también contrarrestar el desecho de las pilas alcalinas, las cuales demoran hasta mil años en descomponerse.
En México se generan un poco más de 42 millones de toneladas de residuos sólidos al año, es decir 175 veces el volumen de la pirámide del Sol de Teotihuacán. Cada mexicano consume 13 pilas alcalinas al año, en promedio, según la Semarnat.
"Este tipo de proyectos nos ayuda a disminuir el calentamiento global, un problema sobre el que tenemos que hacer algo al respecto", concluyó Adrián Díaz.
Actualmente, el equipo sigue generando prototipos con el objetivo de diseñar una lámpara que sea aún más compacta para facilitar su uso en áreas reducidas, que su funcionamiento sea sencillo para facilitar el mantenimiento y que sea atractiva para aspirar a su posible venta en el futuro.
Axel Romero
Reforma