Fideicomisos no son liebres

           Qué buena monserga es para los lacayos lidiar día a día con un dictadorzuelo tan necio como ignorante.

            Si no lo cree, pregúntele a los que sirven sumisamente a lópez.

            ¡Qué estómago, caramba!

            Hoy veremos un brevísimo ejemplo.

            Nos enfocaremos en los fideicomisos que tanto han dado de que hablar y que han hecho a lópez pasar berrinches y rabietas gracias a su vasta ignorancia en el tema.

            Atendiendo una promesa que ventiló en el zócalo capitalino el día que tomó posesión de la Presidencia, lópez ordenó la desaparición de todos los fideicomisos públicos por decreto publicado en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación el pasado jueves 2 de abril.

            En ese decreto, lópez instruye:

            "... a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, a la Oficina de la Presidencia de la República, así como a los Tribunales Agrarios" para que a partir del día siguiente (¡lo quiero pa´mañana!) "lleven a cabo los procesos para extinguir o dar por terminados todos los fideicomisos en los que funjan como unidades responsables o mandantes".

            O sea, barre parejo.

            Primero matas y después viriguas.

            Primero el bombardeo y luego el recuento de víctimas laterales, incluyendo niños y ancianos.    

            Aunque puedan ser centrales.

            La especialidad de la casa.    

            Y ordena lópez en el decreto que a más tardar el día 15 de abril concentren en la Tesorería de la Federación la totalidad de los recursos que formen parte de dichos fideicomisos.

            No sabemos cuánto dinero fluyó a la Tesorería y mucho menos cuál será o haya sido su destino.

            En aquel entonces lópez justificó la decisión argumentando que los recursos se destinarían a apoyar los programas sociales y a rehabilitar las refinerías de Pemex.

            Pudo no gustar, pero pareció creíble.

            En varias ocasiones ha prometido desaparecer más de 260 fideicomisos, que "sólo sirven para ocultar el dinero" y que "fueron creados en sexenios pasados", como si esta última fuera razón suficiente.

            En primer lugar, su decreto se topó con pared porque muchos de ellos requieren de la autorización del Congreso para ser "extinguidos".

            Otros son de vital importancia para la vida nacional, lo cual fue ampliamente demostrado, y respecto a varios la absurda orden levantó poderosas protestas, como la de los cineastas que desnudaron la estupidez implícita.

            Recordará usted las claridosas expresiones de laureados de la talla de Del Toro, Cuarón, Iñárritu, Tenoch Huerta y otros.

            Huerta se pronunció y señaló que desaparecer un fideicomiso que se ha manejado con absoluta transparencia “habla de una ignorancia brutal de quienes lo proponen”.

            El proyecto ponía también en riesgo recursos que son utilizados para proteger a periodistas y activistas amenazados, e impulsar la ciencia y la tecnología.

            Este último sector sería el más afectado, pues 35 de los 44 fideicomisos a desaparecer corresponden a fondos que apoyan investigaciones del Instituto Politécnico Nacional, el Cinvestav, los Colegios de la Frontera Sur y Norte, así como centros de investigación de diversos estados.

            No sólo eso, también pretendían desaparecer el Fonden. Es el famoso fondo para atender los desastres naturales, creado desde 1990 como instrumento financiero para responder con urgencia a los efectos de temblores y huracanes, entre otros.

            Pase lo que pase, esté como esté el país, ahí hay un recurso para hacer frente a los desastres naturales.

            ¿Quién se puede oponer a eso?

            Se acordó entonces tras reuniones de Parlamento Abierto con la comunidad artística, científica, deportiva y autoridades de Protección Civil, entre otras, que 34 fondos  permanecerán, entre ellos el propio Fonden y Estímulos al Cine (Fidecine) y el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar).

            Empezó a ser evidente para todos que los fideicomisos tienen una razón de ser.

            Y que no son "para esconder" el dinero, como dijo lópez.

            Al contrario.

            Aunque los fideicomisos son recurrentes de la economía actual, su origen se registra en el ordenamiento jurídico de la Antigua Roma.

            Vale la pena acudir a la etimología para entender el germen del concepto.  La palabra proviene del latín fideicommissum, cuyas raíces son fides —fe o confianza— y commissus —comisión o encargo.

            De modo que, etimológicamente, un fideicomiso es un encargo de confianza.

            La forma más segura de tener el dinero en el banco. 

            Entonces se informó que quedaron 44 que sólo pueden desaparecer con la aprobación del Congreso.

            No se sabe quién los eligió, pero el decreto le da la facultad al Secretario de Hacienda.

            El 20 de mayo la vicecoordinadora de morena, Dolores Padierna, presentó ante la Comisión Permanente del Congreso la iniciativa de reformas legales para extinguir los 44 y expuso como argumento que "fueron creados por administraciones pasadas".

            De nuevo hubo reacciones de expertos.

            Por ejemplo, el director de la Financiera Nacional Agropecuaria, nombrado por lópez ( al frente de la entidad que fusionó Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, de Agroasemex, del Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural, del Fideicomiso de Riesgo Compartido, Firco, y del Sistema Nacional de Garantías), les  dijo que la iniciativa de Padierna y de Delgado ponía en riesgo a la institución y a todas las operaciones que realiza como soporte financiero del campo mexicano y les aclaró que el fondo que le da vida no es un fideicomiso.

            Es un fondo con múltiples fideicomisos.

            Fue tal la reacción ante la iniciativa de Padierna que ni siquiera los diputados de morena se convencieron de que la ocurrencia de lópez tuviera viabilidad... ni mucho menos razón.

            Se tuvo que retirar la iniciativa de Padierna al comprobarse que era un galimatías de baja estofa.

            El miércoles 17 de junio Mario Delgado, el coordinador de los diputados de morena, presentó en la permanente oootra iniciativa para desaparecer los 44 fideicomisos.

            Ante un nuevo fracaso, el 22 de junio la retiró.

            En conferencia de prensa, anunció que esa iniciativa se iría a la congeladora y que abrirían un espacio de diálogo con la Secretarías de la Función Pública y Hacienda, así como con la Consejería Jurídica de la Presidencia y con todos los sectores involucrados.

            Además, dijo que no tenían prisa y que no irían a legislar de manera responsable.

            Craso error.

            Tal vez los diputados y el país no tenían ninguna prisa, pero lópez sí.

            Valiéndole si implica legislar irresponsablemente.

            Ese mismo día 22 de junio, en la mañanera lópez regañó en público a los dos pastores morenistas de las cámaras, a Delgado y a Monreal, porque no habían atendido velozmente sus instrucciones con los mentados fideicomisos.

            Ni tardo ni perezoso, Delgado incluyó en la agenda de un nuevo periodo extraordinario la desaparición de 5 de los 44 fideicomisos, los únicos hasta entonces más o menos sacrificables y "planchados" con la oposición y en el Parlamento Abierto. Para el resto simplemente no había acuerdo legislativo. Ni siquiera con todos los de casa.

            El nuevo argumento fue que el dinero se requería para atender la pandemia, en la que las inversiones de gobierno mexicano han sido mínimas, desatendidas, las más bajas de los países de la OCDE, y muy por debajo de países más pequeños.

            ¿Por fin, el dinero se quiere para programas sociales y para Pemex, o para la pandemia?

            Pero el día 28, Delgado retiró de nuevo el tema de la agenda, luego de recibir oootro regaño e insulto de López, quien en público se quejó:

            ¿Nomás cinco?

            ¿Creen que con cinco me voy a quedar conforme?

            ¡Toma tu chupón!, les dijo por televisión e internet a los integrantes del "poder" legislativo.

            Y sentenció: ¡los quiero tooodos!

            Luego se anunció que la presidencia enviaría su propia iniciativa, dejando de pasada con ello de manifiesto que sus achichincles legisladores no le sirven para un carajo.

            Mientras tanto, el dinero de cerca de 170 fideicomisos que supuestamente desaparecieron al calor del decreto del 2 de abril, ni sus luces.

            Se mantiene en secreto cuáles fideicomisos ya se vaciaron antes del 15 de abril, cuánto dinero se obtuvo de ellos y en que se usó o se va a usar.

            Debió llegar el dinero a la tesorería, que no lo ha confirmado, y de ahí su destino es incierto y misterioso, como las liebres de Aldama.

            Ah, no, perdón. Esas son misteriosas y pendejas.

            Nada que ver.