El día en que la Tierra habló

Alguien importante alguna vez me dijo ‘La ciudad habla’. Estaba en lo cierto, comprender la evolución constante del entorno es posible al poner atención en todo aquello que nuestros sentidos son capaces de percibir al vivir en carne propia la caótica experiencia citadina. Desde la comodidad que pudiera ofrecer la urbanidad, las preocupaciones del individuo giran en torno a la labor a desempeñar como miembro de una sociedad cambiante, que incita al constante progreso, a la inmediatez del momento en el que se pueden presentar un sinfín de circunstancias adversas propias de la dinámica de cualquier metrópoli, dejando de lado el origen e importancia de las cosas que inmerecidamente solemos obviar.

Quizás un poco más cercano o lejano, por algún rincón de la memoria ha de rondar el recuerdo de aquellas clases de geografía de cuarto grado en las que rigurosamente fuimos instruidos sobre la importancia de las actividades económicas que desempeña cada sector y la riqueza que estas aportan al crecimiento de un país. Ahora bien, es posible que de pronto olvidemos la relevancia de aquel tema al estar inmersos en la cotidianidad, pues resulta normal consumir de forma sistemática y continuar con lo planeado. Haciendo un poco de espacio en la apretada agenda que a todos nos rige, hoy toca voltear hacia donde, desde hace un tiempo, las cosas dejaron de ser ‘tan obvias’.

Imaginemos despertar un día sintiéndonos desprovistos de porvenir, lo estremecedor que resultaría el momento en que la amenaza toque a nuestra puerta dejando un ultimátum que nadie más que nosotros podemos escuchar y entender. La imaginación y sus limitantes se hacen presentes al tratar de dimensionar cómo ha sido enfrentarse a una realidad inminente como la que hoy en día viven las miles de familias que subsisten y generan empleos honradamente a través de la agricultura sobre las más de 1 millón de hectáreas en el estado de Chihuahua, dedicadas a la producción de recursos alimentarios que son exportados tanto al extranjero como al interior del país y que actualmente, enfrentan una problemática que va más allá de cualquier clase de ‘politiqueo’ o interés particular.

De acuerdo con el Informe sobre la Sequía en el Estado de Chihuahua 2020 la situación de sequedad en los campos se ha agravado en 52 municipios debido a que en los meses de junio y julio se registraron los niveles más bajos de precipitaciones en los últimos seis años, lo cual ha derivado en una baja percepción de líquido vital en las presas del estado; aunado a lo anterior, este verano hubo registro de altas temperaturas por encima de los 33 grados centígrados. Es por esta razón, que el gobierno de Chihuahua ha solicitado a la Dirección General de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) la declaración de desastre natural en la región, coincidiendo con la Comisión Internacional de Limites y Aguas (CILA) en que se vive la peor sequía en los últimos 21 años. Según lo establecido en el Plan de Contingencia contra la Sequía de la Cuenca Baja de Estados Unidos y el Plan Binacional de Contingencia Ante la Escasez de Agua, la CILA ha advertido sobre el ahorro de recursos hídricos que deberá ser llevado a cabo tanto en México como en Estados Unidos durante el próximo año.

Claramente las condiciones climáticas van más allá de cualquiera al que pretendan señalar como culpable de impedir el abono al pago correspondiente al ciclo 35 del Tratado de Aguas de 1944, pues tan solo en agosto se registraron únicamente 30 milímetros de lluvia, lo cual no fue propicio para que se formaran los escurrimientos naturales que, año tras año, han servido como fuentes de pago de dicho convenio.

Por otro lado, los intereses internacionales no logran ocultar la grave situación que experimentan la Sierra Tarahumara y la región noroeste al formar parte de la zona con mayor afección por la sequía, pues no cuentan con sistemas de captación efectivos a pesar de que el agua que surte a gran parte del estado es recibida en esta región. Así pues, se advierte sobre el impacto que sufrirá el sector ganadero durante el próximo año debido a la pérdida de producción de forraje; René Almeida Grajeda, secretario local de Desarrollo Rural, también advirtió que se ha perdido el 80% de la producción de frijol de temporal y que existe una baja entre un 50 y 60% en la producción de maíz de grano.

La extracción de agua a la presa La Boquilla en aras de cumplir con el pago señalado a Estados Unidos desde 1944, augura que, de concretar el objetivo de la federación, al finalizar el ciclo agrícola 2020 el próximo 30 de septiembre, los niveles de agua se encontraran en una condición fatal, lo cual no garantiza que el ciclo 2021 inicie correctamente en el mes de octubre. Por último, el fenómeno climático conocido como La Niña prolongará la sequía de la zona noroeste, lo cual hace aún más imperativa la rápida apertura al dialogo por parte de la federación y los agricultores.

La mística de la tierra solamente puede ser comprendida por quienes gozan de sus virtudes y que coexisten en armonía con la naturaleza; siempre hemos escuchado de la nobleza del campo y de quienes lo trabajan, así pues no olvidemos que el esfuerzo de unos pocos e indudablemente valientes individuos, ha de significar el beneficio de todo un estado cuya economía, al igual que en cualquier parte del mundo, no podría dirigirse hacia el progreso de no ser por la importante labor que realiza el sector primario.

Al igual que las ciudades, el campo habla y necesita ser escuchado tanto por quienes tienen la facultad de poner fin a este conflicto, como por todos aquellos que directa o indirectamente gozamos de los beneficios de su tierra.

El Estado debe garantizar el derecho a la protesta en la práctica al igual que como se encuentra consagrado en la nuestra Carta Magna, así como salvaguardar la integridad y libertad de las y los defensores de los derechos ambientales.

Hemos vuelto a presenciar el fatídico desenlace que conlleva la falta de asertividad por parte de aquellos que aparentemente llevan las riendas de este país. Tal parece que vamos por la dirección equivocada, pues pueblo no debería morir a manos del pueblo.