La oportunidad: estreno especial

Para no estar interesado en apoyar la cultura o el cine mexicano, el gobierno de López Obrador nos ha regalado quizá una de las producciones teatrales más emocionantes que hemos visto en las últimas décadas.

La investigación de la “Estafa Maestra”, como ha sido apodado el enorme desvío de recursos que ocurrió durante el sexenio del ex-presidente Peña Nieto, ya va para su segunda temporada de acusaciones y el argumento central de la trama permanece, cazar al pez gordo del desfalco.

El nombre de las criaturas acuáticas que desea atrapar la Fiscalía General de la República (FGR) ya son de conocimiento general, pero como en toda novela detectivesca, el crimen no se resuelve hasta el final de la película y en este caso el filme  se seguirá rondando mientras siga siendo un recurso útil para distraernos de todo los errores que ha cometido la 4T, que por cierto no han sido pocos y ya se están acumlando.

Porque no nos engañemos, para dar al pueblo pan y circo, es necesario generar polémica,  ver a  los animales luchar entre sí y en este sentido el gobierno anterior  tiene mucho de donde sacarle jugo, no importa que sea pura pantalla.

De qué otra manera explica que los servidores públicos que ya han sido procesados por haber participado en el desvió multimillonario del erario para campañas electorales del PRI han salido tan bien librados. Digo está bien que eso de cortar manos era muy radical, pero para un gobierno que ondea la bandera de la lucha contra la corrupción, comportarse tan indulgente  me suena a simio no mata a simio.

Hasta hace algunos días, Rosario Robles era la única que  se encontraba en prisión preventiva y solo porque se había rehusado a colaborar en el reality show o como ella misma expresó en una carta publicada el 26 de octubre desde su Twitter :

“Llevo más de un año privada arbitrariamente de mi libertad. La prueba más contundente es la confesión pública del propio Fiscal General de que prácticamente me tiene como rehén ‘porque no he querido colaborar’ para que tengan la información que ellos quieren (no importa que no sea verdad) y contemplar así, el guión que han fabricado y que nada tiene que ver con la justicia”.

Pero luego de 15 meses de permanecer calladita, ocurrió un plot twist, Rosario Robles, ex-secretaria de la Sedatu y de la Sedesol, decidió acogerse a la figura de testigo colaborador o mejor dicho al criterio del oportunista. Así como lo hiciera en su momento Emilio Lozoya Austin, antiguo director de Pemex cuando presentó una serie de grabaciones relacionadas con la compra de la planta de fertilizantes.

Sí, ese salvavidas que contempla la ley en el artículo 256 del Código Nacional de Procedimientos Penales para que las personas imputadas vean reducida su condena total o parcialmente a cambio de ser un soplón. Lo curioso es que en la misma carta que cité arriba, Robles había dicho que ella no iba a denunciar a sus superiores jerárquicos, porque no estaba dispuesta a mentir para obtener su libertad.

¿Debemos prepararnos para escuchar mentiras sobre  Videgaray y Peña? O es que ya se le refrescó la memoria.  Supongo  que eso de ser la mártir ya no es rentable,   sobre todo cuando los cargos por delincuencia organizada y operación de recursos de procedencia ilícita se suman a la ya esperada sentencia.  Miren que aguantar tanto tiempo con las cuentas congeladas y en el reclusorio  Santa Martha Acatitla, es bastante difícil.

Pero más interesante que lo que pueda declarar Rosario Robles,  el hecho del  que criterio de oportunidad ya es tendencia entre los funcionarios públicos me parece fascinante,  por ejemplo el gobernador ya le propuso a nuestra alcaldesa que se apegue a este concepto jurídico aunque “Hasta donde tope” no me suena encaminado en esta dirección,  así que tendremos que seguir pendientes del espectáculo local.

Cabe resaltar que el criterio de oportunidad parece haberse convertido en un recurso de chantaje, en el que el presunto delincuente se atiene a esta figura a cambio de sujetarse al capricho del guionista, donde poco interesa la justicia y la revancha política es el protagonista.

Lo bueno es que mientras estemos  confinados en nuestros hogares, el entretenimiento no va a faltar; la mala noticia es que veremos afectado nuestro buen juicio cuando están tan  cerca las elecciones.