Obesidad, cambio climático y aumento de la población impactarán nueva dieta alimentaria
Si bien la obesidad ha sido un factor definitivo para la creación de nuevo hábitos alimenticios. El crecimiento de la población mundial y ahora hasta el cambio climático también impactarán qué comemos en las próximas tres o cuatro décadas.
Sobre estos tres frentes, obesidad, población mundial y cambio climático veamos qué dicen organismos de prestigio internacional como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la propia Naciones Unidas. Todo ello lo recoge Betway a través de un exhaustivo análisis sobre la materia.
La ONU proyecta que la población mundial aumente hasta 9.700 millones de personas para el año 2050. La FAO ha dicho que la cría de ganado para obtener carne, leche y huevos genera el 14% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
De su lado la OMS advierte que con el actual patrón de consumo la obesidad mundial casi se ha triplicado desde 1975. Todas razones muy válidas para empezar a considerar una revisión sobre qué comemos de cara al 2050, para citar la mitad del siglo.
En este sentido, la tecnología alimentaria trabaja desde ya en varios frentes, dos de ellos: las proteínas de insectos y de aire y Co2. Sí, leyó bien, insectos en su plato de comida.
Y comeremos insectos. No sólo las personas, sino como alimento de otros animales. La FAO ya hace tiempo que habla de los insectos como una alternativa a la proteína animal. Y tanto en Malasia como en Indonesia se está empezando a criar, por ejemplo, a la mosca negra soldado para usarla. Esta mosca se alimenta de desperdicios y por tanto es mucho más barata y sostenible que la producción de pienso.
Las características más destacables de los insectos es su alto contenido en proteínas, (aportan entre 40-50 gramos de proteína por 100 gramos de insecto) y su elevado porcentaje ácidos grasos y omega 3, similar al del pescado en algunos insectos.
Las avispas, hormigas y abejas tienen hasta 77g de proteína por cada 100, mientras que los grillos tienen hasta el 65% de proteína. Una tercera parte de la población mundial ya come insectos regularmente, en lugares como México o el sudeste asiático es algo totalmente común. Son alimentos muy saludables con alto contenido en proteína, pero hay muchísimos tipos de insectos diferentes y un 80% de ellos son comestibles, a diferencia del 40% para vacas y cerdos.
En relación con las proteínas de aire y Co2, parece ciencia-ficción, pero una compañía asegura haberlo conseguido. Solar Foods, una compañía finlandesa, ha conseguido crear comida del aire. El producto que consiguen es una proteína en polvo y para producirla solo utilizan CO2, agua y electricidad. El polvo contiene 50% de proteína, 5-10% de grasa, 20-25% de carbohidratos y tiene un sabor similar al de la harina de trigo.
La compañía utiliza un proceso que captura el carbono presente en el aire, más concreto en el CO2. Una vez que lo ha separado lo combina con agua, nutrientes y vitaminas, todo ello con energía solar, que recrea un proceso de fermentación natural. Solar Foods está utilizando el aire natural de Finlandia, uno de los más puros que existen.