Con la quiebra de Aras Business Group se anticipa un problema social y político serio que requerirá la atención del Estado y sus instancias para dar solución a los afectados que en algunos casos invirtieron los ahorros de su vida, señalaron los abogados Héctor Olivas y Aldo Rivera.
La problemática que ha generado Grupos Aras, señalaron, supera a lo ocurrido en la década de los 90 en Parral, cuando la empresa Pegaso defraudó a cientos de inversionistas y generó marchas y reuniones de los afectados con autoridades estatales.
Los abogados, que representan a cinco afectados por el Grupo Aras, al analizar los contratos que estableció la empresa con los inversionistas, advirtieron que éstos no cuentan con validez a la vista del derecho, al carecer del nombre de los representantes de la empresa y sólo contar con la rúbrica impresa, es decir, no es de puño y letra.
"El contrato no está firmado por ningún representante de la empresa, ni el titular ni el dueño, y no aparecen nombres de las personas, sólo rúbricas que se desconoce a quién pertenecen, situación que es percibida por los abogados como dolo hacia el cliente o inversionistas", explicó Aldo Rivera.
Para Héctor Olivas, más allá de la propia naturaleza del contrato que es de compra de acciones, hay elementos para decir que no hay manera que el consentimiento se haya dado de manera libre e informada en cuanto a las obligaciones, pues "el contrato es muy ambiguo, a los inversionistas que son los clientes de Aras no se les expresó de manera clara los alcances ni los riesgos de la operación que iban a realizar", aseveró.
Explicó que la empresa diseñó el esquema piramidal pero con el formato de una compra de acciones de manera que las personas que invierten corren el riesgo de perder, lo que no viene especificado en ninguna parte del contrato, es decir, no se les informó de la situación.
"En un sistema como éste, que no tiene ninguna regulación, que no está realmente controlado al no estar en la Bolsa Mexicana de Valores, el problema es mayor, se advierte muy complicado", dijo.
Expuso Aldo Rivera que las inversiones tienes sus vaivenes siempre y cuando el contrato esté bien, "aquí se advierte que tiene vicios de consentimiento, entonces carece de validez, ese es el problema, por eso la complejidad de acudir ante las instancias mercantiles porque el contrato tiene sus vicios, se puede reclamar la nulidad y la devolución de las inversiones pero no hay a quién demandar, no están los nombres plasmados", subrayó.
Independientemente, señaló Héctor Olivas, de que si el esquema estaba planificado para defraudar a los inversionistas o si en realidad se buscaba crear un negocio estable, los cierto es que la manera que están estipulados los contratos, la manera en que se actúa en relación con las firmas, habla de que la gente de Aras buscó involucrarse de la menor manera posible para estar lo menos ligado a las obligaciones que se generaron, con la finalidad evitar el riesgo de responder ante cualquier situación .
En los últimos meses la empresa buscó crear una imagen de bonanza para atraer a más personas, con espectaculares en diferentes vialidades y apertura de oficinas. En Chihuahua capital, Grupo Aras cuenta con más 12 mil accionistas
La empresa, señalan, hasta hace unos días solicitaba a los clientes hacer una renegociación por seis meses para generar un plazo más grande y posiblemente desaparecer. Ayer, trascendió que empezaron a liquidar a muchos de los asesores, quienes alertaron a los clientes de que algo estaba sucediendo, pues incluso se empezó a sacar muebles de las oficinas del Grupo.