GREEN BAY.- Cuando los 49ers de San Francisco, el equipo de sus amores, dejó pasar a Aaron Rodgers en el Draft de 2005, se le preguntó al quarterback qué tan decepcionado estaba con la decisión: “No tan decepcionado como lo estarán los 49ers de no haberme elegido”, respondió.
Rodgers tiene tres premios de MVP —y posiblemente uno más en camino—, un título de Super Bowl y una marca de 6-3 en temporada regular ante San Francisco. Pero, cuando se trata de ganar o morir, se equivoca.
San Francisco tiene marca de 3-0 en playoffs ante Rodgers y buscará mejorar ese registro el sábado cuando se mida a los Packers de Green Bay en Lambeau Field en condiciones climáticas extremas.
“No hay motivación extra”, declaró Rodgers esta semana. “Me he mantenido en la liga el tiempo suficiente, he jugado mucho, y entiendo la historia de esta rivalidad, la historia de nosotros contra ellos. Pero estos son dos equipos distintos”.
No del todo. El último enfrentamiento ante los 49ers fue hace apenas dos temporadas, cuando San Francisco fue la casa de los Packers y salió con un triunfo 37-20 y un boleto al Super Bowl.
Ahora, Green Bay buscará desplegar sus fortalezas —el cuidado del balón, el potente ataque aéreo y una sólida defensiva contra la carrera— para repetirle la dosis de la semana tres a San Francisco, cuando los derrotaron 30-28 gracias a un gol de campo de 51 yardas en el último segundo.
San Francisco, por su parte, fue el único visitante en ganar en la ronda de comodines y busca ser el séptimo equipo desde 2005 en llegar a la final de conferencia desde el sexto lugar de la siembra. Además, el entrenador Kyle Shanahan tiene registro de 3-1 en postemporada.
Los 49ers tienen a su favor la historia reciente y en contra la salud. El quarterback Jimmy Garoppolo (3-1 en playoffs) jugará pese a aquejar lesiones en el pulgar derecho y el hombro, mientras que el estelar defensive end Nick Bosa ha estado limitado toda la semana por una conmoción que sufrió en el triunfo sobre Dallas el pasado fin de semana.
Los Bengals buscarán avanzar a una final de conferencia por primera vez desde 1988 cuando visiten a los Titans de Tennessee, que terminaron con el mejor registro de la AFC y de paso podrían recuperar al estelar corredor Derrick Henry luego de dos meses y medio de ausencia.
El posible regreso de Henry supone un mundo de problemas para Cincinnati. La ofensiva de los Titans fue una con su potente corredor, 28.3 puntos por encuentro, y otra completamente distinta sin él (19.3).
Tennessee necesitará de toda la ofensiva de la que pueda echar mano ante unos Bengals que fueron el séptimo mejor ataque y presume a un quarterback de 4,000 yardas (Joe Burrow), un running back de 1,000 yardas (Joe Mixon), y dos receptores de 1,000 yardas en Ja’Marr Chase y Tee Higgins, todos menores de 25 años.
Tomado de Vanguardia
Con información de AP