México ocupa una de las primeras posiciones en los países de América Latina, por el incremento en los precios de los alimentos y bebidas.
Ya que durante marzo de 2022 la inflación de alimentos y bebidas en México fue de 12.1%, colocando al país como el tercer con la inflación más alta en América Latina para ese periodo y siendo todavía mayor a la de febrero de 2022 que registró 11.7%, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Así mismo, Colombia es el país que encabeza la lista al registrar una inflación en el rubro de dichos productos de 23.5% en marzo pasado, seguida de Paraguay con 16.2%, de acuerdo con la Comisión.
La inflación de alimentos en marzo reflejó una señal de alerta sobre la debilidad de la seguridad alimentaria en la región, pues el crecimiento de los precios de los víveres se aceleró y superó la inflación general en todos los países analizados, con la excepción de Ecuador.
Estos incrementos responden sobre todo a los elevados precios de los insumos agrícolas.
“Las altas cifras se deben principalmente al traspaso de los altos precios internacionales de las materias primas agrícolas (principalmente cereales y aceites) y de las materias primas relacionadas con la energía y el transporte”, se destacó en el informe.
Si bien la región de América Latina y el Caribe en su conjunto es superavitaria en el comercio exterior de alimentos, pues al año registra más exportaciones que importaciones, es altamente deficitaria en materia de fertilizantes al importar 78 por ciento de ellos.
Asimismo, dentro de una perspectiva de mediano plazo, la Cepal manifestó que si continúan los altos precios de los alimentos de base agropecuaria se impulsará el aumento de las superficies agrícolas actuales, lo que a su vez tendría un impacto negativo para los bosques al tener que destruir áreas de estos ecosistemas para destinarlas a la producción de alimentos.
“Aumentará la presión en el sentido de incrementar la extensión de las superficies agrícolas y de pastizales, con el consiguiente impacto negativo en las áreas forestales y de matorrales, como ya se ha comprobado en el caso de los decenios de 2000 y 2010”, alertó.
Con información de Vanguardia