MI DOLOR DE LA MUERTE DE LOS JESUITAS no es que sea más grande en sí mismo que el dolor que siento cuando veo cualquier otra masacre o asesinato individual de hombres o mujeres, niños o niñas ... todos me duelen igual... pero estos asesinatos de los sacerdotes y otro hermano me duelen más por lo que exhiben de mi país y Estado... me duelen más porque exhiben a los políticos y a los gobernantes como lo que son ... unos valemadristas de su gente... que solo y únicamente como siempre lo ÚNICO que
les importa es la percepción de sus "desgobiernos" ... qué se diga de ellos y en consecuencia sólo les importa si lo que pasa acrecienta o merma su poder ... si les da o les resta votos ...
A diario en nuestro país y en nuestro estado "aparecen" en carreteras y brechas ejecutados de la manera más cruel hombres y mujeres ... asesinan en plena luz del día y en cualquier lugar a uno más o masacran a varias personas y pueden huir a pie frente al gran escudo Chihuahua y sus nuevas patrullas ... en el sierra es indescriptible esta bárbarie y en el centro - sur de nuestro país es igual o peor ... Los gobernantes desestiman este terror y cultura de la muerte diciendo que son luchas entre criminales, bandas que pelean "plazas" ... y distinguen con un cinismo y frivolidad inimaginable a delincuentes asesinados e inocentes, como si los "miembros de cárteles o bandas" hubieran sido juzgados en segundos frente a sus micrófonos y merecieran la muerte ...
Hoy todos se conduelen ante la barbarie del
asesinato de estos dos hombres que entregaron su vida en favor de nuestros hermanos indígenas ... pero a diario todos callamos ante la muerte miles y miles de hermanos mexicanos que son asesinados y/o desaparecidos, callan los gobernantes, políticos, empresarios ( que solo alzan la voz cuando la barbarie afecta sus empresas), callan los líderes religiosos mientras no afecten a los miembros de sus comunidades y callamos los ciudadanos cuando no afectan a nuestros familiares o amigos ... El dolor la muerte de nuestros hermanos sacerdotes me duele no sólo por la grandeza humana de sus personas en la entrega diaria que fue su vida, sino que me duelen más las reacciones de todos los miembros de la sociedad que hoy quedamos exhibidos.