Sequía y saqueo de agua en Chihuahua

Nuestra amada tierra enfrenta un peligro nunca antes visto. Los desiertos, bosques, matorrales y pastizales que nos dan vida, agua, aire, identidad y hogar, las ciudades, industrias y campos, todo está en riesgo de desaparecer. Así no podemos buscar la felicidad ni la realización de nuestros planes y sueños, así no se puede garantizar el respeto al estado de derecho. Esto significa como tal, el fracaso de un modelo político, social y económico.

¿Estamos a la altura de este desafío?

He de pedir disculpas a la gente que lucha por la defensa de los derechos y el territorio, porque este primer párrafo es del todo desesperanzador y escandaloso, pero es que la misma realidad cuenta con esas características, y actualmente no existen iniciativas a nivel privado o público que sean conscientes del gravísimo riesgo que atravesamos las gentes y pueblos de Chihuahua:

Se está acabando el agua.

Pero no es una condena divina ni una sentencia. No ocurrió por equivocación ni es un proceso natural e inevitable. Es una situación provocada por la actividad humana y como tal, la acción humana puede revertirla o empeorarla. Tampoco es un problema de decisiones individuales. Nadie puede decir, sin faltar a la verdad y por lo tanto ser considerado un mentiroso, que es gracias a que la gente de Chihuahua tomamos mucha cerveza o mucho refresco que haya una crisis de agua. Tenemos que arrancar de la consciencia colectiva estas mentiras, pues solo sirven como pretextos emotivos para juzgar a los demás, y realizar un análisis serio y científico para poder diagnosticar y ejecutar una solución real al tema de agua.

¿Qué está pasando con el agua?

Una gran parte está siendo contaminada por la minería, la industria y la urbanización. Las áreas naturales en el desierto, la sierra y los cerros, están siendo sistemáticamente destruidas, lo que impacta negativamente en la capacidad de captación de agua de los acuiferos, los cuales en su abrumadora mayoría se encuentran gravemente sobre-explotados. Sin cerros no hay agua, se ha dicho, y sin agua no hay vida, sin embargo las autoridades de todo el estado, en especial de las grandes ciudades como la capital del Estado y Ciudad Juárez, han sido ineficaces o cómplices en la contaminación de los ríos y arroyos y en la total destrucción de áreas naturales, como resalta la tan amada Sierra Nombre de Dios que fue defendida en una histórica votación con un 97% de aprobación para su protección.

Mientras las cuencas hidrológicas, las sierras, cerros, bosques, ríos y arroyos, desaparecen aceleradamente, los pozos siguen abatiendo a los acuíferos sin que las autoridades tomen medidas contundentes para frenar y revertir este mortal proceso.

Según los datos presentados en su ANÁLISIS DEL CONSUMO DEL AGUA EN CHIHUAHUA DEL SECTOR AGROPECUARIO, a cargo del Dr. Gilberto S. Aquino, los cuales comparto en este ensayo, el déficit de acuíferos como el de Aldama-Tabalaopa alcanza los más de 9 billones de litros. Este acuífero es alimentado por la Sierra Nombre de Dios, por lo que los cerros de esta zona son fundamentales para la recuperación del acuífero. Sin embargo, a las autoridades regionales no parece importarles la protección de esta zona.

Otros datos que presenta este estudio son:

- El Kilo de nuez consume 6970 litros por kilo y se producen más de 5 millones de kilos de nuez al año aproximadamente.

- Los principales acuíferos del municipio han sido sobre-explotados al punto de que su déficit es de 150 mil millones de litros al año y aún así les siguen extrañando más de 1500 litros por segundo.

- La alfalfa y la avena de forraje, es decir, cultivos que sirven como alimento para animales, consumen más de 4 billones de litros al año, que en comparación con el agua que consume la población de la capital del estado (36,500 millones de litros, es decir, 100 litros diarios por habitante aproximadamente) podría alcanzar para abastecer de agua a la ciudad por más de 82 años, cuando la Junta Central de Aguas fijó en 10 años el tiempo que tiene de agua la ciudad capital.

- El algodón, con más de 1 billón de litros anuales, podría abastecer de agua a todo el estado por casi 7 años, tomando en cuenta que somos 4 millones de personas y consumimos 100 litros al día por persona.

- La tecnificación de los cultivos no modificaría sustancialmente la desigualdad en el acceso al agua.

De lo anterior, interpreto que por más modificaciones que se hagan en el consumo individual de las personas, tanto en su acceso al agua potable como en su acceso a productos y servicios, es el sector agrícola de exportación, sobre todo los 4 cultivos de más consumo, la alfalfa, la avena forrajera, el algodón y la nuez, los responsables de un excesivo consumo de agua que podría llevarnos a una crisis de escasez y desabastecimiento, como ya la viven en regiones de Chihuahua, por ejemplo, el Ejido Barreales, y otros estados como Nuevo León.

Podemos hacer boicots a los refrescos y a las cerveceras, sin embargo, el algodón seguirá extrayendo nuestra agua, y esa mercancía es exportada, por lo que no tenemos control sobre el consumo de algodón. Este problema no se va a resolver dejando de comprar una marca o dejando de consumir un producto. No es un problema individual ni de los consumidores. Es un problema sistémico, relacionado al modelo económico y político vigente. Para solucionar este problema debemos atender las raíces:

- Reformar la ley de aguas del estado para que el agua de consumo personal sea prioridad por sobre todas las actividades económicas

- Proteger las áreas naturales, cerros, ríos y arroyos, para favorecer la captación de agua y evitar su contaminación

- Implementar tecnologías no solo de tecnificación de riego, sino sobre todo de restauración de suelos, diversificación de cultivos y reconversión hacia productos orgánicos como fertilizantes, etc.

- El establecimiento de corredores biológicos en la Sierra de Juárez y Río Bravo, en la Sierra Nombre de Dios y Río Chuvíscar y en todas las demás zonas donde amenaza la crisis ambiental, climática y de agua, sobre todo en la Sierra Madre y la cuenca del Conchos.

Como ciudadanía nos cor

responde alzar la voz y exigir la protección del territorio y la adecuada autogestión del agua mediante denuncias, demandas, reformas, movilizaciones y reflexiones, para que las autoridades no tengan pretexto en tomar las decisiones que estén a la altura de esta crisis y poder garantizar un futuro digno y con agua para nuestras familias.

Aclaración: los datos y tablas son tomados del estudio del Dr. Gilberto S. Aquino