Facebook es una de las redes sociales más populares y utilizadas del mundo, con más de 2.800 millones de usuarios activos al mes. Sin embargo, detrás de esta enorme cifra se esconde una realidad preocupante: Facebook no es gratis, sino que nos cobra con nuestros datos personales, la plataforma realiza la venta de nuestros datos a miles de empresas que los utilizan para fines comerciales, políticos o incluso ilegales.
Un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid, reveló que los datos de un usuario de Facebook pueden llegar a 48 mil empresas, de las cuales solo el 9% son conocidas por el usuario. Esto significa que la mayoría de las empresas que acceden a nuestra información personal son desconocidas para nosotros, y no sabemos qué hacen con ella ni cómo la protegen.
¿Cómo funciona el negocio de Facebook?
El modelo de negocio de Facebook se basa en ofrecer a los anunciantes una segmentación muy precisa de los usuarios, según sus gustos, intereses, hábitos, ubicación, etc. Para ello, Facebook recopila y analiza una gran cantidad de datos que los usuarios generan al usar la plataforma, ya sea mediante sus publicaciones, sus interacciones, sus búsquedas o sus aplicaciones vinculadas.
Estos datos son compartidos con las empresas que pagan por anunciarse en Facebook, pero también con otras empresas que los solicitan o los compran, sin que el usuario tenga un control real sobre ello.
Además, sabemos bien que Facebook no siempre respeta la privacidad de los usuarios, y ha sido acusado en varias ocasiones de violar las leyes de protección de datos, como el caso del escándalo de Cambridge Analytica, que usó los datos de millones de usuarios de Facebook para influir en las elecciones de Estados Unidos y el Brexit.
¿Qué podemos hacer para proteger nuestros datos?
Ante esta situación, los usuarios de Facebook tenemos que ser conscientes de los riesgos que implica compartir nuestros datos personales en la red, y tomar medidas para protegerlos. Algunas de estas medidas son:
• Revisar y ajustar la configuración de privacidad de nuestra cuenta, para limitar el acceso de Facebook y de las aplicaciones de terceros a nuestra información.
• Evitar hacer clic en enlaces o anuncios sospechosos, que pueden contener malware o phishing.
• Usar herramientas de seguridad como antivirus o VPN, que nos ayudan a navegar de forma más segura y anónima.
Facebook es una herramienta muy útil y divertida para comunicarnos y relacionarnos con otras personas, pero no podemos olvidar que también es una empresa que busca maximizar sus beneficios a costa de nuestra privacidad. Por eso, tenemos que ser responsables y críticos con el uso que hacemos de esta red social, y defender nuestros datos personales como un derecho fundamental.