La madre de todas las batallas o la carrera presidencial que arrancó este primero de marzo, parece haberse convertido en una lucha por la supervivencia de la democracia en México.
Aunque Immanuel Kant desde el siglo XVIII soñaba con una paz duradera, la realidad actual nos muestra un panorama lleno de desafíos para la democracia en nuestro país.
El proyecto de democratización de Kant, con sus nobles principios de imperio de la ley, libertad e igualdad, parece desvanecerse en medio de la actualidad política. La historia mundial nos ha mostrado una y otra vez cómo supuestos defensores de la democracia terminan siendo dictadores o autoritarios, llevando consigo un disfraz democrático que rápidamente se desvanece.
En el contexto mexicano, no podemos obviar la polarización que se ha apoderado de la escena política. Las constantes referencias a "chairos" contra "fifis" y la demonización de aquellos que discrepan, así como los ataques a medios de comunicación, son claros ejemplos de cómo la democracia se ve amenazada por un discurso que busca dividir en lugar de unir.
En Palacio Nacional y en Morena, deberían comprender que aunque se autoproclamen como la voz del pueblo, no son la única representación de la diversidad que conforma a México. La democracia implica escuchar todas las voces, no solo las que coinciden con ciertas ideas o intereses.
Durante el actual periodo electoral, es crucial ser conscientes de que la democracia no solo se trata de elecciones cada seis años. Se trata de construir un proyecto de convivencia basado en la ética, la justicia y, sobre todo, en el respeto a la dignidad humana. La política debería ser un medio para el diálogo, no una herramienta para polarizar y dividir a la sociedad. La reciente marcha por la democracia lejos de ser minimizada, debe ser tomada en cuenta por el Presidente, pues fue un ejercicio libre, de ciudadanas y ciudadanos cansados de sus ataques a las instituciones y en general, a quien no piensa como ordena.
En ese mismo sentido y dentro del escenario político actual, me ha llamado la atención la propuesta -aún en espera de presentación formal- de la diputada federal Margarita Zabala, quien según mencionó, buscará redefinir el uso de la palabra 'pueblo' en la constitución, impidiendo su manipulación para excluir a aquellos que no siguen la línea de pensamiento de Morena o el presidente.
Las recientes propuestas legislativas que atentan contra la independencia de los poderes judiciales y legislativos son señales preocupantes de una erosión democrática. La democracia no puede permitir que las instituciones sean socavadas gradualmente, ni que el poder se concentre de manera autoritaria.
En este momento crítico, debemos superar los desafíos actuales, repensar el papel de la política y la ciudadanía, y promover un diálogo.
No permitamos que la democracia en México sea solo una ilusión cada seis años, sino un compromiso constante con la construcción de una sociedad justa y respetuosa.