«Bellum Semper. Universum Bellum. Universum Exitium». «Guerra siempre. Guerra Mundial. Destrucción Universal» con estas palabras dicen las comunidades indígenas zapatistas que se puede definir el sistema económico que gobierna el mundo entero. Siglos antes el mayor general Karl Von Clausewitz presentó una definición complementaria: «La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas por otros medios». En resumen: la guerra es la continuación de la política por otros medios. Economía y política hacen su comunión en la violencia.
La real academia de la lengua española por su parte define la guerra como: Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación. contienda, enfrentamiento, conflicto, conflagración, lucha, pelea, pugna, pleito, lid, batalla, combate, choque, refriega. En la actualidad sin embargo, cada vez más vemos guerras "asimétricas", es decir, no siempre hay dos bandos, o dos fuerzas similares que se oponen la una a la otra, sino que cada vez es más frecuente observar "guerras" donde un poder militar mayor ataca a la población civil, aunque esta se encuentre desarmada, aunque los objetivos de las balas y las bombas sean mujeres, adultos mayores y niños.
Así ha sucedido en Palestina, donde ocurre un verdadero genocidio a manos del gobierno y fuerzas armadas del ilegítimo estado de israel, con acontecimientos tan atroces como la llamada "masacre del pan", donde recientemente los soldados del apartheid zionista dispararon contra gente que acudió a recibir pan como anzuelo para las balas, o con el bombardeo de hospitales infantiles con el pretexto de buscar dirigentes de Hamas, o en tantos momentos y lugares donde la "guerra" ha tenido como objetivo el exterminio social y étnico y la ocupación territorial. Destruir la madre tierra y las comunidades humanas para imponer una forma de sociedad a imagen y semejanza de su dios, el dinero.
La guerra mundial que actualmente presenciamos tiene su expresión más clara en ese territorio, pero en cada rincón del planeta ya observamos las consecuencias de que la economía, la política y la violencia humana tenga como único objetivo la acumulación de mercancías y capital: Si el principal motivo de existencia de sociedades enteras, de clases sociales en su conjunto, es obtener riquezas materiales sin importar lo que esto ocasione, no es una sorpresa que la degradación del tejido social haya llegado tan lejos. Por eso cada día se expanden los límites del horror, la desaparición forzada de personas, familias y comunidades enteras, el asesinato a activistas defensores de la madre tierra y el Territorio, como Samir Flores protector de los pueblos del volcán, la explotación, la destrucción, la contaminación de ríos, de aire y de espíritu.
Dicen que en la guerra y el amor todo se vale, pues quienes se benefician de la ausencia total de principios y valores son justamente los políticos, empresarios, militares y clases sociales que lucran con las balas, las bombas y la muerte. Como en Palestina, hay que fijarse quiénes cuidan de los árboles de Olivo y quienes los talan. Así podríamos ver en cada lugar: quiénes cuidan de los bosques, de las playas, de los cerros, y quiénes los destruyen, así podemos ir definiendo cuáles son los bandos de esta guerra, quién está a favor de la vida, y quién está a favor de la muerte.
Por eso hay que prepararnos, como dice el filósofo italiano Antonio Gramsci: “Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza.” Se viene la temporada electoral en México, pero eso no debe distraernos, votemos o no, de la tarea principal: organizarnos y luchar por la paz, por la vida, por la humanidad, por la madre tierra y el territorio. Si seguimos en resistencia, contra todo gobierno racista, toda empresa contaminante, todo interés destructor, el día de mañana tal vez podamos decirle a las futuras generaciones: detuvimos la guerra, ahora pueden ser libres. O tal vez les digamos: les dejamos un ejemplo de lucha para que sigan resistiendo y algún día nazca una niña o un niño en un mundo distinto, más pacífico, más justo