El peligro hecho presupuesto

    El Presupuesto de Egresos de la Federación que presentará hoy la Secretaría de Hacienda al Congreso puede significar un verdadero peligro para México.

    No es un proyecto diseñado con criterios económicos, sino con un criterio burdamente político y eminentemente obtuso: el de lópez.

    Veamos:

    Según el 2o. informe de Gobierno de lópez, la deuda se elevó hasta junio en un 60.2% del PIB, casi 10 puntos porcentuales más que al cierre de 2019.

    La expectativa oficial ha fijado en 70% el umbral para la deuda pública total como porcentaje del PIB para 2021. 

    Lo más importante es saber qué hará el gobierno cuando la deuda se acerque a ese límite.

    Cuando me refiero al 2o. Informe de Gobierno, me refiero al que se entregó al Congreso de la Unión con sus Anexos, y no a lo que dijo lópez en Palacio Nacional frente al país la mañana del día primero de este mes, que es muy diferente.
    
    Aunque lópez ha mentido una y otra vez diciendo que no ha endeudado más al país, la verdad es que el endeudamiento total creció este año hasta el último de junio en 1 billón 485 mil 670 millones de pesos, según cifras oficiales de la Unidad de Crédito Público, dependiente de la  Dirección General de Deuda Pública de la Secretaría de Hacienda. 
(Estadísticas Oportunas de Finanzas Públicas: https://www.gob.mx/hacienda/#148) 

    Lo relevante del dato es que acercarse al umbral referido en los anexos del 2o. Informe de lópez, también acerca peligrosamente al país a la pérdida de la famosa nota soberana, que es la calificación crediticia del país, y se posiciona ya a dos pasos de convertir la Marca México en bonos basura.

    Esto significa que México ya no sería sujeto de crédito para enfrentar cualquier nueva contingencia, alguna catástrofe climática o simplemente para que el gobierno siga operando si los ingresos soñados no alcanzan. O si acaso México consigue algún crédito, será a tasas exorbitantes.

    Ya de por sí los últimos bonos colocados en el mercado internacional de deuda por 6 mil millones de dólares se debieron colocar a tasas superiores al 5.8 por ciento, cuando el premio en dólares está en cero.

    Es decir, a 530 por ciento de la tasa de los bonos de EU.

    De hecho, la deuda mexicana se negocia ya igual o arriba de la de algunos países con calificación menor.

    Por ejemplo, el referencial bono mexicano a 10 años operaba el lunes a una tasa de un 5.82%, con una calificación de BBB por parte de la calificadora S&P, mientras que el similar de Colombia ofrece un rendimiento menor, de un 4.960%, con una nota también menor de BBB-.

    O sea, peor calificado que México, Colombia tiene que pagar menos para vender sus bonos de deuda.

    O lo que es lo mismo, México ya tiene que pagar más réditos que países que están en calificación menor.

    Significa que el sector financiero ya está comenzando a descontar el nivel crediticio de México en los hechos, aun antes de que la calificación sea oficialmente disminuida.

    Las principales calificadoras coinciden en que un factor clave en sus próximas evaluaciones será el crecimiento económico, pues de allí se desprenden las estimaciones de ingresos del Gobierno y por lo tanto de su capacidad de pago.

    Un presupuesto caracterizado por la estrechez, como el que se prevé por los lineamientos marcados por lópez, contribuirá sustancialmente a encoger más aún la economía, como ya sucedió el 2019 y como sucede de manera atroz en 2020.

    Sobre todo si el Presupuesto no incluye, como es de esperarse, un vigoroso rango de inversión pública en proyectos rentables, que no hay ninguno en firme. 

    El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 prevé un crecimiento del país del 4% anual, mientras que para el 2024 lo ubica en seis por ciento. Queda claro que las falsedades demagógicas de lópez han quedado a distancias galácticas. 

    Pero eso no es lo grave, es sólo un chiste, pues siempre fue una mentira que quizá a muchos agradó.

    Lo grave es que el "Plan" no se ha actualizado a las circunstancias dramáticamente distintas que vive ahora el país, respecto a las que se vivían cuando se lanzó esa mentira.

    No hay un nuevo plan aterrizado, sigue en vigor el mismo, de crecimiento inicial de 4% y al final de 6%.

    El Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal 2020, que está en ejercicio y se aprobó hace un año, fue por la cantidad de 6 billones 107 mil 732.4 millones de pesos, con un déficit previsto de 547 mil 140 millones 800 mil pesos.

    Estaba previsto gastar poco más de medio billón de pesos en este año, respecto a lo que se esperaba ingresar. 

    El déficit de lo gastado acumulado hasta fines de julio pasado había rebasado al previsto en alrededor de 200 mil millones, según cálculos no oficiales.

    En un documento enviado al Congreso y publicado por ley en su página el viernes 28 de julio, la Secretaría de Hacienda informó que el déficit público de los primeros siete meses de 2020 arrojó un saldo de 414 mil 644 millones de pesos, lo que significó un crecimiento del rubro deficitario de 170% de enero a julio, respecto al año anterior.

    Tremendo boquete.

    La Ley de Ingresos para 2020 supuso que ingresarían vía impuestos, 3.5 billones; petróleo, 987 mil millones; empresas (IMSS, ISSSTE, CFE), 864 mil millones; por otros varios, 165 mil millones, y por deuda 585 mil millones de pesos. 

    Para julio teóricamente debían haber ingresado cerca del 60 por ciento de esos recursos, pero no llegamos ni al 50 por ciento. Es decir, está el gobierno de lópez 10 puntos por debajo de lo programado en ingresos.

     A julio, los ingresos del gobierno deberían estar en 3.6 billones, y alcanzaron poco menos de 3 billones. 

    De ahí se calcula el faltante de 600 mil millones de pesos en los ingresos, más lo acumulado en agosto.

    En suma, es previsible que el Presupuesto de Egresos para 2021 que se presentará hoy sea menor en cerca de un 10 por ciento en comparación con el de 2020, rondando los 5.5 billones de pesos.

    Un recorte brutal y quizá fatal.

    Ya lópez anunció que la prioridad serán sus programas sociales, que están de antemano especialmente blindados, sobre todo por tratarse de un año electoral, en el que se juega estratégicamente la mayoría en la Cámara de Diputados.

    Está dispuesto lópez a recortar cualquier otra cosa, incluyendo la salud y la seguridad, y no se descarta que incluya más beneficiarios en esos programas.

    De hecho, ya más mexicanos debieran estar en ellos, pues el efecto de la pandemia ha generado por lo menos 8 millones más de ciudadanos en situación de pobreza laboral, alimentaria y extrema.

    Júrelo que una vez más los institutos autónomos serán los más perjudicados y quizá algunos desaparezcan.

    Lo único que aportará algo de oxigeno vital son los remanentes que entregará al gobierno el Banco de México, quizá por unos 200 mil millones de pesos, y el factor más dinámico de la economía serán las remesas que envíen los paisanos.

    El gobierno ha agotado todas las reservas que le dejaron los gobiernos de Fox, Calderón y  Peña, por 279 mil millones de pesos, y ya no quedan "guardaditos".

    Sin embargo, no descarte usted una carta bajo la manga:

    Que se aumenten los impuestos o se creen algunos nuevos.

    Ciertamente, el compromiso de lópez es no hacerlo y lo repite con frecuencia.

    Pero eso es lo de menos.

    No faltaba más.

     Ya se escucha que bien puede no ser lópez quien lo proponga, sino que se disfrace como una iniciativa de los diputados o los senadores y se presente como una muestra de que ya no es lo mismo que antes.

    Y con eso se libra el compromiso, en fin que mucha gente cree todo lo que lópez diga.

    La decisión, por supuesto, será en base al cálculo electoral.
    
    Aún así no habrá dinero que alcance.

    Como sea, el impulso que vendrá a darle a la economía nacional el nuevo presupuesto estará en la linea cantada por el Secretario de Hacienda: 

    "Vamos a tener que poner a la economía en una trayectoria descendente".

    O sea, es de esperarse una mayor contracción del PIB, mayor desempleo, un disparo en la deuda relativa, una inminente caída en la calidad crediticia, mayor déficit presupuestal y un gasto raquítico a todas luces insuficiente.

    Súmele que lópez ha esparcido dentro y fuera un poderoso repelente a la inversión privada. 

    La apuesta es por la recesión aguda y prolongada.

    Un presupuesto diseñado para ser la soga que ahorque a la economía y al mismo tiempo demuestre por qué en algún momento se dijo con pleno acierto que lópez significa un peligro para México.