Ahora que se ha puesto tan de moda comprar bitcoins con la esperanza de que sea un activo que se revalorice más y más con el tiempo, como pronosticó Wenceslao Casares (CEO de una de las empresas más importantes del mundo en relación con las criptomonedas, la billetera digital Xapo) que apuesta a que el bitcoin va a alcanzar el millón de dólares transcurrida una década, quizás sea un buen momento para poner en valor el activo más codiciado por los seres humanos con independencia del momento de la historia o el lugar geográfico en el que se encuentren: el oro.
El oro ha sido hasta el siglo XVII el medio predilecto para realizar transacciones económicas, y, durante mucho tiempo después, fue el respaldo que el papel moneda tenía detrás, garantizando su estabilidad. Incluso cuando el dólar se convirtió en divisa internacional de referencia, se hizo a cambio de que su valor estuviese respaldado por el oro.
Por lo tanto, comprar oro nunca va a ser una inversión descabellada. Con independencia de qué activo o empresa esté de moda en un momento determinado, si tenemos oro podemos estar bastante seguros de tener un activo valioso y cuyo valor nunca caerá tanto como para no ser rentable, a menos que la alquimia logre finalmente convertir plomo en oro, claro está.
Comportamiento de la cotización del oro durante el 2019
La cotización del oro que vemos en bolsa es la del oro de 24 quilates u oro puro. El noble metal comenzó el 2019 cotizando cerca de los 1.300 dólares, y al igual que pasó con las criptomonedas ha ido subiendo de manera gradual durante todos estos meses. Sin embargo, al contrario de lo que pasó con las grandes criptomonedas, que tuvieron su pico allá por finales de junio (cuando bitcoin casi alcanzó los 13 000 dólares por unidad de bitcoin) el oro ha seguido creciendo, con ligeras caídas, hasta alcanzar los 1.500 dólares actuales. No ha sido un crecimiento tan espectacular como el de otros activos, pero ha sido constante y sirve para poner de relieve la faceta del oro como valor de reserva por excelencia, con permiso del resto de metales nobles.
Factores que afectan al comportamiento de la cotización del oro
Uno de los factores que más afectan a un activo como el oro es la tasa de interés, o tipo de interés de los bonos nacionales. Cuando la tasa de interés aumenta, el dinero migra hacia productos financieros como los bonos del estado y otros activos que dependan de dichas tasas, con lo que ese capital no está disponible para comprar oro y la cotización del mismo baja. La tasa de interés la fijan organismos financieros centrales tales como la Reserva Federal, que actualmente es el “banco central” más importante del planeta, o el Banco Central Europeo.
La geopolítica es sin duda un factor decisivo en el valor del oro. Mientras se cebaba la burbuja que estalló en el 2008, el oro no era ni mucho menos tan apreciado como cuando estalló la crisis y de repente el dinero necesitó un puerto seguro en el cual capear el temporal. Los pocos que supieron prever lo que se nos venía encima pudieron haber puesto su dinero a salvo comprando oro.
Lo mismo ocurre ahora con la incertidumbre internacional: la guerra comercial entre China y EEUU, las tensiones en torno a las rutas y pozos de petróleo (el último acontecimiento en disparar el precio del petróleo ha sido el ataque a instalaciones petrolíferas de Arabia Saudí por parte de una flotilla de drones hace pocos días, y que parece que hará resentirse la producción de crudo durante los próximos meses) probablemente han ayudado al oro a subir estos últimos meses.
Obviamente la extracción del mineral también afecta al precio, como pasaría con el precio de cualquier otra materia prima. La producción varía con el tiempo y que suba o baje afectará al precio debido a la ley de la oferta y la demanda.
Curiosamente la costumbre de China e India de regalar oro en sus días festivos, unido a la enormidad de la población de los dos gigantes asiáticos, puede hacer que alrededor de esos días especiales el precio del oro aumente, al aumentar de manera puntual la demanda.