Poder femenino

La lucha constante por equilibrar la balanza entre hombres y mujeres históricamente sin duda ha sido extenuante, tanto para ellos como para nosotras y, es que para ser honestos la historia no se ha caracterizado precisamente por ser justa con la mujer. Actualmente las mujeres gozamos de derechos y libertades a los que nuestras abuelas probablemente no podían si quiera aspirar a tener, mas también es cierto que en pleno siglo XXI todavía nos falta mucho por hacer como humanidad para que las cosas se encuentren totalmente equilibradas, pero ¿el movimiento feminista está siendo encauzado correctamente o se está creando una controversia que lo desvirtúa de su objetivo?, ¿qué es lo que busca el movimiento feminista?, actualmente se ha creado un encono tal que pareciera que se busca una guerra (nada más alejado de la realidad). En este texto no pretendo enfocar la atención hacia todo lo que está mal (la lista no terminaría), sin embargo sí es importante hablar de un feminismo constructivo en aras de dignificar a lo femenino, a la mujer, pues lo cierto es que el mundo necesita cambiar.

Últimamente hemos sido testigos de la lucha feminista, en algunas manifestaciones de mujeres que han sido criticadas (en su mayoría por hombres), pudimos ver a mujeres destruyendo monumentos, mas no es el caso hablar de estos detalles ahora, lo que se pretende es fijar la atención hacia el rumbo que toma el feminismo, pues ha sido controversial y criticado incluso por mujeres, honestamente, puede que no esté de acuerdo con las formas en que se ha venido desarrollando el movimiento, pero no por ello puedo juzgar  o señalar a mis congéneres por hacerlo, cada una de ellas seguramente han vivido situaciones que muchas mujeres hemos tenido la fortuna de no experimentar, e insisto, puede que no se esté de acuerdo con la manera, pero sí con el propósito. El punto de este texto es compartir una perspectiva feminista dirigida a construir, no generar una pugna que pretende defender a víctimas, sino un movimiento a favor de la mujer en aras de cambiar el mundo.

Como ya comenté, la historia no ha sido justa con las mujeres, pues por poner un ejemplo ínfimo y a la vez brutal, está el hecho de que en nuestro país la mujer pudo tener derecho a votar hasta el 17 de octubre de 1953, es decir, que a la mujer no se le consideró una ciudadana sino hasta el siglo XX, como este podríamos poner miles de ejemplos, aunque hemos avanzado, existe mucho camino que recorrer, pero ¿cómo lograr un verdadero cambio?, la lucha por nuestros derechos igualitarios ¿en realidad está logrando tener el impacto que se busca?, queremos un cambio, pero ¿el cambio realmente puede lograrse creando revuelo y tumultos?, a mi parecer y como experiencia podría decir que no, y quizá me gane ser señalada como una mala feminista por mis congéneres, sin embargo en mi lucha yo doy un enfoque diferente, un feminismo constructivo, existen muchas mujeres que no buscan una guerra para exigir lo que merecen, pero sí buscan obtenerlos a través de sus actos.

Alguna vez Isabel Allende en su discurso “¿Qué quieren las mujeres?” que dirigió en el Congreso Internacional de la Experiencia Intelectual de las Mujeres en el siglo XXI en México, dijo que las mujeres estamos decididas a cambiar el mundo, que la mujer quiere seguridad, amor y belleza, un mundo donde las especies convivan en paz y en armonía, en este sentido estoy de acuerdo, como ya dije, pero no con las formas, pues  la lucha feminista en muchos casos ha sido mal entendida, ya que es eso: una lucha, estableciendo como propósito destruir a un enemigo (el patriarcado y el machismo), aunque el propósito es el correcto, la dirección no es la adecuada, pues una guerra implica que no exista paz, luchar en contra de algo siempre va a implicar odio, negatividad, donde hay pugna jamás existirá armonía, jamás existirá belleza, ni justicia ni paz. Las mujeres unidas somos capaces de cambiar el mundo, hablo de un feminismo constructivo, en lugar de luchar contra un ente cultural arraigado, crear un movimiento que contagie y con hechos cambie a favor de todos. La mujer es capaz de generar impacto, y para lograr un equilibrio, un verdadero cambio, se debe generar desde el ejemplo que dejan las obras, pues las acciones perduran, los enconos, reclamos y pugna hacen ruido, generan un impacto momentáneo, pero no permanecen.

El poder femenino reside en la creatividad, energéticamente la mujer tiene la capacidad de crear, el poder creativo procede de nuestra naturaleza de dar vida, y no, no me refiero a la procreación, esto va mucho más allá de una mera función biológica, las mujeres somos capaces de dar vida a ideas, proyectos, somos plenamente capaces de materializar nuestros sueños, y a la vez tenemos la maravillosa capacidad de empatizar creando lazos, los lazos generan unión y la unión nos hace fuertes. ¿Cómo podremos generar un impacto más grande? ¿peleando y exigiendo desde la pugna o construyendo y propiciando con acciones tangibles tomando lo que nos corresponde a través de nuestras obras?. Como un ejemplo puedo mencionar a Malala Youzafzai, activista pakistaní, quien ha sido defensora de los derechos civiles de las mujeres, pues en su país, el régimen talibán prohibió la educación a las niñas, e incluso ella fue víctima de un atentado terrorista recibiendo un disparo en la cabeza, esta mujer no se ha enfocado en condenar al régimen opresor, y sorprendentemente en una entrevista ella dijo no tener rencor ni desear el mal a los hombres que la agredieron, más el hecho de no mantener una pugna no significa que no haga algo, ella promueve el derecho a la educación de las niñas de su país, ha fundado escuelas, ella está cambiando el mundo desde el poder de sus acciones constructivas y propositivas, no desde la pugna contra un enemigo, sino a favor de las niñas, por su educación y su libertad.

Como Malala hay muchos ejemplos, la mujer es capaz de cambiar el mundo a través del ejemplo, la lucha se ha enfocado en una guerra que sólo ha provocado más guerra, como mujeres podemos generar la evolución con el impacto que invariablemente se percibirá si nos proponemos materializar todos nuestros sueños, nuestros propósitos. Creando y generando guerra, se provocará más guerra, y las mujeres queremos paz.

Tal vez como mujer que me lees, te estés preguntando yo qué he hecho para atreverme a escribir sobre el tema, y sin duda, puedo decirte que mi experiencia y mis obras  no han sido tan extraordinarias como las de Malala, pero he tenido la fortuna de estudiar y tener una carrera (licenciada en derecho), fundé mi despacho hace poco más de tres años, y he tenido la fortuna de asesorar a mujeres empresarias para que construyan con bases sólidas sus negocios, todas ellas me han mostrado que las mujeres enfocadas somos capaces de crear grandes obras y compartirlas con otras mujeres. Somos capaces de crecer y generar, sin la necesidad de entrar en una controversia que tal vez no nos lleve a ningún lado, al contrario, las mujeres podemos lograrlo caminando firme, tomando lo que por el simple hecho de existir nos corresponde sin necesidad de arrebatarlo.

La humanidad necesita un cambio, eso es definitivo y como mujeres podemos hacerlo, sólo tenemos que decidirnos a ello, tomando el control y dejar de colocarnos en el papel de víctimas, traer al presente cuestiones negativas que sólo nos re victimizan, revive lo que ya no deseamos que exista, los reclamos tumultuosos generan ruido, pero su eco no perdura, no se generará un cambio real, pues nos sigue haciendo parecer débiles, y la mujer no es débil, somos fuertes, poderosas y merecedoras, no debemos esperar que el mundo cambie para nosotros, cuando somos plenamente capaces de generar un mundo mejor por y para nosotras mismas, de esta manera nuestras acciones servirán de ejemplo para otras, y de esta manera perdurarán en el tiempo, mostrando a las generaciones futuras (niñas y niños) que la paz, la igualdad y la armonía son posibles y existen pues nosotros lo propiciamos a través de la materialización de nuestros proyectos para disfrutarlos y heredarlos a ellos.