Año 2020, ¿ocupación?: cambiar el mundo

Ya estamos a más de la mitad del mes de enero del año 2020, y lo comenzamos con grandes expectativas, esperanzas y algún que otro tropiezo. No es de extrañarnos que constantemente nos estén bombardeando con predicciones alarmistas, vaticinios poco alentadores, guerras, hambrunas, violencia… ¡uff!, sólo de pensarlo me abrumo, ¡no, no es cierto!, ya en un texto previo comenté que somos  creadores de la realidad que vivimos y, pues es tiempo para preguntarnos ¿qué queremos para el año 2020?, ¿adoptaremos como ciertos todos los temores colectivos o podemos hacer algo para cambiar un temido destino?.  Soy una firme creyente de que todo nuestro entorno, es nuestro reflejo, la realidad colectiva, es la suma de todos los pensamientos y creencias de un grupo inmenso, entonces, definitivamente podemos adoptar como nueva ocupación cambiar el mundo.

Hace poco escuché una historia, en la que una periodista platicó cómo fue que conoció a su esposo, ella platica que él es un entrenador de acondicionamiento físico, constantemente le enviaba a su correo electrónico rutinas de ejercicios, pero ella nunca le respondía, fue entonces que él se acerca a decirle que él quería entrenarla, ella, con un dejo de superioridad le dice que primero tiene que entrevistarlo; cuándo ella le preguntó a qué se dedicaba, él le respondió  “yo amo a las personas”, ella, incrédula le pregunta que qué objeto tiene, de qué, sirve, a lo que él respondió “para cambiar una nación”, entonces él le explica que él ayuda a una persona con amor a cambiar su actitud, y esa persona contagiará a otra, y esas otras a otras  más. ¿Te das cuenta?, cada acto, cada pensamiento, cada actitud genera eco, se va y crece generando y multiplicando todo aquello que enviaste.

Esta historia es inspiradora, y hace que me interese dedicarme a cambiar el mundo, definitivamente, podemos generar un impacto, podemos elegir nuestro destino como humanidad si nos decidimos y trabajamos para ello. En el mundo hay dos tipos de emociones, las que derivan del amor, que es lo más elevado, y las que derivan del miedo, el sentimiento más bajo, cuando actúas por miedo, nada funciona, y todo lo que generas es caos, ruptura, dolor, antagonismos, en cambio, cuando actúas desde el amor, generas unión, armonía, paz, alegría. Hace poco tuve la oportunidad, junto con una amiga, de compartir con varias mujeres en un taller para encontrar la fuerza y el valor de la energía femenina para cumplir los sueños, tuvimos la oportunidad de generar un impacto, compartir experiencias sin juzgar para ayudarnos entre todas a ser más felices, invariablemente eso podrá generar un cambio, pues ellas a su vez podrán ser más amorosas, primero con ellas mismas y luego con los demás, así podremos generar esa cadena.

Ya comenté que el rumbo de la humanidad puede ser modificado por nosotros, y me gustaría hablar de la ciencia noética, que estudia la potencia del pensamiento, a grandes rasgos, un principio de esta ciencia dice que cuando muchas personas empiezan a pensar o a enfocarse en algo, ese resultado en el que se enfocan tarde o temprano va a suceder en la realidad, podemos explicarlo de la siguiente manera: cada pensamiento es energía, ese pensamiento es lanzado al universo, y va y encuentra energía que es afín, se suma, se une y por ende se hace más fuerte, eso tiene un efecto boomerang, entonces regresará, pero con mucha más fuerza que con la que se fue, y ¡boom! va a impactarse generando una realidad física. Esto debe ser un motivo para reflexionar ¿qué queremos que se genere en el mundo?, ¿paz o guerra?, te invito a abandonar la psicosis, deja de envolverte en el miedo y genera el cambio.

Para ponerte un ejemplo, me veo en la necesidad de platicar un poco de mi vida, he dicho en otros textos que el año pasado me diagnosticaron con cáncer, había muchos pronósticos médicos desalentadores, sin embargo, tuve la fortuna de que miles de personas se dieran a la tarea de orar por mí, incluso gente en otros países, y de todas las religiones, judíos, budistas, católicos, cristianos, en todo el país, en Costa Rica, mucha gente, que ni siquiera me conoce en persona, todos ellos pidiendo por mi salud y, pese a todos los pronósticos, los tratamientos alternativos por los que opté después de que nada funcionaba, empezaron  a dar resultados, todos esos pensamientos, unidos han logrado mi recuperación (claro que hay un compromiso de disciplina de mi parte), pero, a pesar de que todo parecía ser negativo, a pesar de que los doctores decían que no había esperanza, yo he mejorado, cada vez estoy mejor, y lo atribuyo a toda esa energía que se unió y llegó a mí para hacer magia.

Las posibilidades alentadoras para el mundo son infinitas, podemos lograrlo. Ahora, cuando alguien me pregunta a qué me dedico, yo puedo decir con orgullo que me dedico a cambiar el mundo, ¿por qué? porque estoy cambiando mi actitud, me dedico a amarme a mí misma, y ese amor se reparte hacia afuera, la idea es generar ese amor en todos los demás. Te invito a que te unas a esta nueva ocupación, cambiemos el mundo, regala una sonrisa, una palabra amable, abraza, ríe, canta, contagia a otros, ignora el miedo, no te dejes envolver por predicciones, vaticinios o pronósticos desalentadores porque puedes cambiarlo todo, genera pensamientos que impacten en el mundo con cosas buenas, y no te desanimes por las noticias tristes o dolorosas, pues recuerda ese poema de Facundo Cabral “No estás deprimido”, donde dice que el  bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace mucho ruido, pero por una sola bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan el alma, entonces, hagamos ruido para cambiar el mundo.