El rescate ineludible

Hoy quiero realizar un ejercicio deductivo: el presidente de la república basó (así lo dijo) su plan de desarrollo económico en el petróleo y en el TMEC. Es sencillo describir lo que ha sucedido con la parte del petróleo: PEMEX perdió más de 350 MMDP en 2019 y este año en que el precio del petróleo se encuentra actualmente en 14.23 dls. la mezcla mexicana, el gobierno le está inyectando 65 MMDP.

La otra parte de la ecuación es un poco más elaborada. El TMEC ya fue firmado, pero sus frutos están en entredicho. México exporta a Norteamérica 435 MMDD, realizadas por las empresas establecidas en territorio mexicano. Por su parte, estas empresas se nutren de empresas de una gran cadena de suministro compuesta por grandes, medianas, pequeñas y microempresas. Dicha cadena se encuentra en peligro de desaparecer.

Debido a la emergencia actual, la CONCAMIN estima que desaparecerán 200,000 empresas y se perderán hasta 1 millón de empleos. El 95 por ciento de las empresas son microempresas. Y las grandes, el 0.22 por ciento, son las que aportan el 60 por ciento de los impuestos. Entonces, si las chiquitas NO tienen apoyos, desaparecerán, y las grandes se quedarán sin competitividad contra las empresas en el mundo que sí recibieron ayuda de sus gobiernos, el resultado será la destrucción de la planta productiva y laboral del país y, por ende, el empobrecimiento del país.

Sin apoyo gubernamental las empresas mexicanas desaparecerán y siendo la economía número 14 del mundo nuestro mercado es muy apetecible: las americanas se van a quedar con nuestro mercado, siendo finalmente las beneficiadas del TMEC (Ejemplos: la banca, las aerolíneas, etc.)

La ayuda ofrecida por el IMSS a una tasa de 1.9 por ciento es equivalente a ir con un agiotista y mientras en el mundo los gobiernos están condonando el pago de la luz, aquí la CFE nos aplicó un incremento de 4 por ciento.

Como si no hubiera la urgencia de una crisis sanitaria que atender, desempleo que evitar y mortandad de empresas que impedir, el Presidente anunció ayer que “vamos a iniciar un plan para reforzar la capacidad de refinación de las refinerías”. Pemex Refinación pierde al año más de 60 mil millones de pesos, y nuestro Presidente anuncia que vamos a gastar dinero en perder dinero.

Se requiere urgentemente un plan de financiamiento de apoyo a las empresas, de todos los tamaños. Pero si se implementa, que sea de manera ágil, sin burocracias y que el recurso se integre al sistema económico lo antes posible, con el objetivo primordial de retener los empleos: Una pequeña explicación económica: sin empleos no hay consumo, no hay mercado, no hay producción, no hay ingresos, no hay impuestos, no hay recursos para los servicios públicos (Sólo México y Venezuela no han entregado apoyos fiscales).

Las pequeñas empresas no conservan 6 o 7 meses de flujo de efectivo, ellas dependen de los flujos de sus proveedores y de sus clientes; pero si el mercado se cierra, ellos también cerrarán.

Quizá se persigue el empobrecimiento del país (Cuba, Venezuela, Nicaragua, etc.) y si es el objetivo, lo han estado logrando. En 2019 se tuvo una economía en recesión y se perdieron 350 mil empleos. Para 2020, los pronósticos son de una desaceleración aún mayor hasta del -8% de crecimiento del PIB. Por otro lado, el FMI anticipa una deuda de 61.4%, un incremento de 8%.

Las calificadoras también pronostican una reducción en sus calificaciones para México. FISCH ya se adelantó, pasó de BBB a BBB-. El próximo nivel es el de “Basura”, o que llevará a que México tenga muchas dificultades para colocar bonos en el extranjero o en contratar deuda. ¡Todo esto logrado en 14 meses!