De entrada creo que no va a suceder, no porque ambos eventos no presenten puntos de contacto similares como podremos analizar mas adelante, sino porque no existe hasta este momento una directriz nacional encaminada a señalar hasta la saciedad la responsabilidad que por supuesto tienen con su actuar los gobiernos emanados del partido en el poder; lo anterior es así pues no se debe perder de vista que los tres niveles de gobierno municipal, estatal y federal provienen de la misma corriente política; sin embargo, salvo voces aisladas aun no toma la fuerza nacional el reclamo y la recriminación de las omisiones de los gobiernos para responsabilizarlos de manera directa de la falta de previsión y de la inoportuna ayuda a la población afectada, por lo menos hasta este momento en que escribo esta colaboración.
Contextualicemos las cosas para poder saber si existe alguna semejanza en los acontecimientos sucedidos así como en la responsabilidad de estos gobiernos, y en su caso el costo político que genero para cada uno de ellos:
En primer lugar, Ayotzinapa fue un evento en el que estuvo involucrado el crimen organizado, en tanto que en Acapulco fue un fenómeno meteorológico.
Analicemos los hechos de ambos eventos:
En Ayotzinapa las personas desaparecidas son 43, en Acapulco a dos semanas del evento aún siguen sumándose muertos y desaparecidos, que por supuesto superan más de un centenar.
En Ayotzinapa nunca realizaron ningún nivel de gobierno acciones preventivas para contener una posible masacre de la magnitud que se dio con los estudiantes de la normal de esa población.
En Acapulco los tres niveles de gobierno fueron omisos en lo que se refiere a la implementación de medidas preventivas en tiempo y forma oportuna, para advertir a la población sobre el efecto destructor de este fenómeno meteorológico.
En Ayotzinapa desde un primer momento se detuvieron y procesaron a cientos de personas desde ex funcionarios hasta simples agentes de policía.
En Acapulco, parece que no existe responsabilidad de funcionario alguno hasta este momento, a pesar de la omisión de realizar oportunamente los avisos a la población civil a través de los sistemas que se supone tienen a su alcance los tres niveles de gobierno, sin que parezca que se vaya a detener o investigar a nadie.
En Ayotzinapa el candidato opositor de aquel momento Andrés Manuel López Obrador, prometió llegar hasta las ultimas consecuencias y castigar a los responsables, lo que se convirtió en una promesa de campaña incumplida según los propios padres de los jóvenes asesinados o desaparecidos.
En el caso Acapulco la principal figura opositora Ing. Xóchilt Gálvez no ha responsabilizado a los gobiernos del partido en el poder y se ha hecho un llamado a la unidad de los mexicanos para reconstruir Acapulco, de donde se puede concluir en lo que se refiere al dolor de las víctimas de una tragedia y de la otra, el candidato en aquel momento López Obrador si lucro políticamente con Ayotzinapa, en tanto que la hoy opositora hasta este momento no lo ha hecho con Acapulco.
En ambos casos existe una omisión de los tres niveles de gobierno, solo que en Ayotzinapa se realizaron acciones para el esclarecimiento de los hechos, en tanto que en Acapulco hasta este momento no se ha pronunciado ningún nivel de gobierno abriendo alguna carpeta de investigación en contra de funcionario responsable por la grave omisión de no alertar a la población del peligro que representaba este fenómeno climatológico.
En Ayotzinapa se desgasto la figura presidencial a pesar de que los gobiernos municipal y estatal eran de otro partido distinto al del presidente del república para aquel momento.
En acapulco a pesar de que los tres partidos pertenecen al del titular del ejecutivo aun no se ha percibido el daño político de la omisión en la prevención y la responsabilidad en la atención oportuna eficaz y eficiente, salvo voces expresadas en algunos medios nacionales de comunicación; luego entonces, si el presidente en su inmensa habilidad política logra sortear como siempre lo ha logrado hacer el desviar la agenda pública, tenderemos un problema más sin atender y sin resolver, el cual a pesar de todo no logro lastimar la figura presidencial, por eso creo que aun y cuando pareciera que pudiera afectar al régimen en turno el tema de Acapulco, lo cierto es que el rey de las cajas chinas tiene para eso y para más, y en consecuencia no se vera mermada su popularidad aunque la realidad diga otra cosa.
Con respeto a su mejor opinión
Lic. Angel Jesús Figueroa.