México y el síndrome de Estocolmo

El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica paradójica por parte de una persona que es víctima de un secuestro o retenida contra su voluntad. Este estado psicológico se basa en el desarrollo de una relación de complicidad y de un vínculo afectivo por parte de la víctima hacia la persona captora.

Si nuestro país fuera un ser humano, estaríamos sufriendo el síndrome Estocolmo; en efecto analice usted nuestra historia y observara que de manera recurrente nuestra nación y la población sufre de esta patología, si entramos al estudio de este fenómeno de manera objetiva, sobre el acontecer de los hechos de los últimos cinco años, encontramos una constante que se refleja en los actos del poder en turno que consiste en que de manera paulatina; sin que lo perciba la gran mayoría de la población, se nos han venido restringiendo nuestras libertades y nuestro régimen democrático, lo cual se ha realizado de una manera muy inteligente por parte del gobierno en turno, paso a explicarme:

Vea usted como la actual narrativa oficial consiste en limitar cada vez mas nuestras libertades, y nuestras instituciones, a grado tal que esta semana fuimos testigos por primera vez en la historia moderna de un nombramiento de una ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, -impuesta de manera constitucional por cierto-, por el titular del poder ejecutivo federal, y con una total opacidad sigilosa se han presentado iniciativas para desaparecer entre otras instancias como el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública, sin que pase desapercibido que una gran cantidad de entidades del sector público han venido desapareciendo, como son las estancias infantiles, los refugios para mujeres violentadas, las escuelas de tiempo completo, el fondo nacional de desastres, mejor conocido como el FONDEN, cientos de fideicomisos, el seguro popular, el propio INSABI creado durante la actual administración pública federal, los apoyos al campo y a los campesinos, lo que demuestra sin lugar a dudas el rumbo que los dueños del poder le han dado a la vida publica en nuestro país, de tal manera que solamente un ciego o un adorador del sistema no quiere ver, puesto que lejos de construir instituciones, se han encargado de destruirlas y de desmantelar una parte importante de la infraestructura institucional con la que contaba nuestro país, sin embargo en contra prestación de todos los agravios de transas, ineptitudes criminales como lo son los abrazos para los delincuentes y los balazos para el ciudadano de a pie, de un sistema de salud colapsado, y de un modelo educativo con una clara carga ideológica en favor de modelos económicos que en el mundo han demostrado su ineficiencia e ineficacia: contra todo ello tenemos todo un andamiaje de dadivas matizadas de apoyos sociales que mantienen con agradecimiento a un pueblo que esta siendo saqueado por el grupo gobernante sin que los niveles de aceptación bajen a niveles que le preocupen al régimen, por lo que sostengo que este país esta sufriendo de una patología  comparable al síndrome de Estocolmo, pues por una parte es maltratado a través de un sistema que no le garantiza su seguridad, su bienestar económico, su crecimiento personal, su salud, su educación y sus libertades, pero sin embargo una gran mayoría se siente cómodo y agradecido  con quienes le han quitado medicinas, tranquilidad, libertades, instituciones y a pesar de ello consideran que deben agradecer a los dueños de esta narrativa tan falsa como sus logros, pues es innegable que aun con los números propios del gobierno este a sido el sexenio más sangriento de la historia reciente, más corrupto que el del sexenio anterior, más falso y mentiroso que cualquiera que le haya antecedido, el peor en materia de salud, el peor evaluado en materia educativa de acuerdo a la prueba PISA, la nación con el peor manejo de la pandemia que cobro miles de muertos, y aun así una parte importante de la población les guarda agradecimiento por las migajas que recibe de sus captores, es por ello que afirmo nuevamente que este país sufre del síndrome de Estocolmo.

Con un afectuoso saludo, y deseándoles una feliz navidad y un prospero año nuevo 2024.

Lic. Ángel Jesús Figueroa