Es común escuchar en el discurso de los candidatos y de los gobernantes que combatiremos a la corrupción desde las estructuras de gobierno y que será desterrada de las administraciones como por decreto. Cosa distinta es encontrar los hechos, los programas y las políticas que avalen ese discurso.
El camino hacia la competitividad pasa por implementar desde el gobierno una serie de medidas y mecanismos que transparenten todo el actuar público; de valores públicos que deben ser aprehendidos por todas las personas servidoras públicas en su labor diaria. Y si bien el trabajo diario en esta tarea no puede eliminar en sí mismo todo riesgo y posibilidad de corrupción, si la inhibe, la minimiza y en su caso la sanciona de manera ejemplar para que la posibilidad de repetición sea cada vez menor.
En el municipio de Chihuahua, a dos años y medio de gestión, los hechos hablan por sí mismos: el someter a la administración a la evaluación internacional de Gasto Público y Rendición de Cuentas (PEFA); el alcanzar la calificación perfecta de 100 puntos en la evaluación de Ciudadanos por Municipios Transparentes (CIMTRA); el tener un Plan de Gobierno Abierto municipal; las calificaciones crediticias AAA de Fitch Ratings y HR Ratings; la certificación ISO 37001:2016 Antisoborno al sistema de adquisiciones, arrendamientos y contratación de servicios públicos del municipio; todos estos son hechos que avalan el compromiso del alcalde Marco Bonilla y de su administración con la honestidad y la cero tolerancia a la corrupción.
Pero estos esfuerzos internos no se entienden sin el compromiso de la sociedad chihuahuense de expulsar de la vida cotidiana las prácticas de soborno y de corrupción. Vale la pena recordar que muchas de estas medidas y programas han sido una exigencia del sector académico, de la sociedad civil organizada y del sector empresarial, que de su parte también han puesto interés y compromiso en participar activamente de la mano del gobierno en los distintos consejos consultivos y en todos los mecanismos de participación ciudadana que se han generado en la presente administración.
El más reciente mecanismo de participación que se ha implementado es el programa de Observadores Ciudadanos para las contrataciones públicas del municipio. ¿Quiénes son? Son ciudadanos de muy diversos sectores de la sociedad: estudiantes, profesionistas, académicos, periodistas, jubilados, jefas de familia que de manera abierta y pública han decidido participar en estos procesos tanto en las adquisiciones como en la obra pública para conocer de primera mano cómo compra, a quién le contrata, a qué precios y en qué condiciones el municipio a los particulares -proveedores o contratistas- para verificar que el procedimiento se apega a la ley y a las mejores prácticas en la materia. Tienen voz y rinden un informe de su participación que tiene dos posibilidades de atención y seguimiento: pueden denunciar si a su juicio un procedimiento se ha desapegado de la normatividad aplicable con lo que da inicio, en su caso, una investigación en el Órgano Interno de Control; o bien también pueden realizar propuestas de mejoras, desde su perspectiva ciudadana, que se traducen en la adopción por parte de las instancias gubernamentales de dichas acciones de mejora.
Actualmente el padrón de observadores ciudadanos está integrado por veintiún personas que participan en ambas materias y la convocatoria se encuentra abierta hasta el próximo 31 de marzo. Este programa está rindiendo resultados más allá de los esperados y tiene expectativas de seguir ampliándose no solo en número sino en alcance, pues incluso han manifestado interés en presentar iniciativas ciudadanas de reforma a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Contratación de Servicios como a la Ley de Obras Públicas y Servicios relacionados con las mismas del Estado de Chihuahua.
En el gobierno municipal estamos ciertos que solo con la participación de la ciudadanía se alcanzan y rebasan las metas fijadas en un Plan Municipal de Desarrollo y sabemos que es a través de este involucramiento social que los programas y políticas se mantienen, se refrendan y se amplían, incrementando la confianza que nos depositan en la administración de los recursos públicos para seguir entregando a los chihuahuenses el trabajo y los resultados que merecen.
Mariana de Lachica Huerta
Directora del Órgano Interno de Control