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ryY1EeBLa historia de México tiene un conjunto de pasajes en los que, desgraciadamente, la injusticia ha imperado. El desarrollo y conquista de derechos ha sido un proceso donde han participado activamente sectores enteros de la población. Es así que la lucha de muchos mexicanos ha asegurado que no regresen esas situaciones totalmente condenables. En el caso del estado de Yucatán, entre los siglos XIX y XX, la élite de los hacendados henequeneros explotó sin piedad a los mayas. A este grupo de nefasta memoria se le llamó sarcásticamente «La casta divina».ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBEl origen directo de «la casta divina» se encuentra en el inicio de la Guerra de Castas (1847-1901). Y es que la sublevación de los mayas yucatecos se dio, en buena medida precisamente, por las condiciones infrahumanas en las que eran obligados a trabajar en las haciendas henequeneras de la región. Tras las derrotas iniciales, las autoridades del estado, con apoyo del gobierno federal, lograron contener la insurrección. Esto dio pie a que los hacendados pudieran echar mano de las poblaciones mayas sometidas al gobierno local para crear un orden social de discriminación racial y explotación continua.ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBPor si fuera poco, durante esta época, gracias al aumento de la demanda internacional del henequén, se disparó su producción. Los ingresos que percibieron los hacendados los hicieron literalmente millonarios. Esto hizo que firmas extranjeras, como la norteamericana Thebaud Brothers, financiaran los centros henequeneros. Familias de abolengo, activamente militantes del partido conservador, como los Escalante, Cámara, Peón, Vales, Castillo, Ponce, Regil, Barbachano, Arrigunaga, Palomeque y Zavala, se hicieron intocables. Se volvieron la élite de la élite de Yucatán. De ahí que en esta época surgiera el mote sarcástico hacia este grupo: «la casta divina».ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBCon el triunfo de la República, el partido liberal y la posterior llegada de Porfirio Díaz a la presidencia, hubo muchos reacomodos en la península de Yucatán. En 1901 el invicto general sofocó por fin la rebelión de los mayas cruzo’ob, iniciada el siglo pasado. Esto le dio oportunidad de sacar del poder local a los conservadores Escalante y apoyar la llegada a la gubernatura de Olegario Molina Solís, otro empresario henequenero, afín a las ideas liberales. Por si fuera poco, para someter a «la casta divina» a su autoridad, en 1902 fraccionó el territorio peninsular para conformar el estado de Quintana Roo.ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBA pesar de ello, Díaz apoyó a este grupo de poder económico. Precisamente el auge del henequén se dio en esta época y estuvo acompañado del crecimiento de otras materias primas locales, como son el azúcar, el caucho y el chicle. Durante estos años se llegó a afirmar que la industria henequenera produjo más millonarios per capita en Mérida que en cualquier otra parte del mundo. Las antiguas familias criollas que conformaban este grupo se vieron más que beneficiadas, reafirmando el orden social que controlaban. Fue entonces que recibieron otro de sus famosos nombres: “los cincuenta reyes del henequén».ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBTras el estallido de la Revolución Mexicana y el triunfo de Francisco I. Madero en 1911, se trató por fin de regular el poder de «la casta divina» y erradicar la explotación que sufrían los mayas. En ese año fue designado gobernador interino el futuro vicepresidente de la República, José María Pino Suárez. Este político se oponía activamente a la oligarquía henequenera. ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBA pesar de que tuvo que retirarse del cargo por su nombramiento en el gabinete federal, su sucesor electo, Nicolás Cámara Vales, pertenecía a su grupo político. Por ello estableció la Comisión Reguladora del Mercado del Henequén en 1912, un serio intento de regular los precios y permitir mayor acceso al mercado a los hacendados. La idea era reducir el monopolio de las empresas henequeneras International Harvester y la Molina-Montes.ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBSin embargo, tras la Decena Trágica y el golpe militar de Victoriano Huerta en 1913, Cámara Vales renunció a la gubernatura. «La casta divina» apoyó activamente a Huerta, mientras Molina Solís seguía manejando los poderes locales desde su exilio en Cuba. Por fin en 1915, con el triunfo del Ejército Constitucionalista, llegó a Yucatán el general Salvador Alvarado. Este se encontró con las injusticias cometidas por la «nobleza henequenera», por lo que dispuso de diversas iniciativas para contrarrestar su poder. De hecho, Alvarado fue el que popularizó el término «casta divina». También, a instancias del general revolucionario, Felipe Carrillo Puerto regresó a su estado natal y fundó una Comisión Agraria con la intención de iniciar el reparto de tierras en 1917, cuando ya militaba de pleno en el socialismo.ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBEn marzo de 1917, se fundó Partido Socialista Obrero de Yucatán por Felipe Carrillo Puerto y se convirtió en una de las organizaciones que más combatieron a «la casta divina» y que defendieron a los mayas. En 1922, Carillo Puerto se convirtió en gobernador del estado. Su impulso a diversas políticas de justicia social le hicieron acérrimo enemigo de los henequeneros. Por ello, este grupo fue de los principales artífices de su asesinato el 3 de enero de 1924, en el contexto de la rebelión delahuertista.ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBAfortunadamente con la introducción de la Reforma Agraria, la repartición de tierras y la conformación de sindicatos, cooperativas y empresas estatales durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, se logró mermar a «la casta divina». A pesar de ello, aún era visible el poder que tenía este grupúsculo, como atestiguó el poeta Octavio Paz durante su labor docente en Yucatán en el año de 1936. Solo la llegada de los materiales sintéticos al mercado internacional puso punto final a esta nefasta élite de explotación.ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBY así fue como la casta divina fue el conjunto de hacendados henequeneros que, entre los siglos XIX y XX, explotó sin piedad a los mayas de Yucatán.ryY1EeB Omnia.com.mx
ryY1EeBVíctor Hugo Estala BandaryY1EeB Omnia.com.mx
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